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Italia Italia · Borgomanero
Voto de italianjob:
10
Thriller. Acción. Romance El joven y solitario Clarence (Christian Slater) celebra su cumpleaños como de costumbre, viendo películas de kung-fu en un destartalado cine de Detroit. Estando en la sala conoce a Alabama (Patricia Arquette), una rubia explosiva con la que tiene una noche de pasión. Ella, en realidad, es una prostituta pagada por el mejor amigo de Clarence como regalo de cumpleaños. A pesar de ello, Clarence decide alejarla de la prostitución, pero ... [+]
4 de junio de 2021
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comienzan los títulos de crédito, aparece Amor a Quemarropa y por el insulso título ya piensas que va a ser un insípido blockbuster de tres al cuarto lleno de tiros y explosiones. De repente aparece en la pantalla "Written by Quentin Tarantino" y empiezas a prestar más atención, "¿cómo? ¿escrita por Tarantino? Jamás había oído hablar de ella". La terminas viendo entera y casi que es imposible no derramar una lagrimilla.

Nos encontramos con una pequeña joya maldita del celuloide, un filme injustamente condenado al ostracismo y que aún hoy pone los pelos como escarpias.

True Romance (Amor a Quemarropa en español) fue un guión original que Tarantino, escrito al inicio de su carrera, vendido por no poder rodarlo en condiciones, y que acabaría dirigiendo Tony Scott, hermanísimo de Ridley, famosos ambos por sus mega-taquillazos.

La trama nos sumerge en una persecución, inicialmente a dos bandas, más tarde a tres, de dos ingenuos recién casados (Christian Slater y Patricia Arquette) con un alijo de droga y muchas ilusiones, rodada con grandes dosis de humor y drama, y sumergida en el universo tarantiniano de personajes fatales, diálogos en plan más difícil todavía y situaciones extremas.

El guion en sí se puede pensar como semi-autobiográfico, mostrando a un Christian Slater que era un vivo reflejo de la vida de Tarantino cuando era un mindundis en los 80, un tipo solitario trabajando en una tienda de VHS y comics, cuyo máximo aliciente vital era ver películas, escuchar a Elvis, vivir rápido y buscar polvos de una noche.

Tony Scott, por el cual Tarantino al principio no daba un duro, fue el encargado de llevar el guion a la gran pantalla. Contra todo pronóstico, realizó un fabuloso trabajo de dirección, consiguiendo captar toda la esencia tarantiniana, pero al mismo tiempo dotándola de un toque muy personal y noventero, que le imprimió un atractivo carácter a la puesta en escena.

Gran conocedor del lenguaje cinematográfico, es tremendo como Scott sabe saltar del romance a la road movie, del humor ácido a la acción extrema, en cuestión de segundos, intercalando planos de tramas paralelas con gran maestría, dejando omnipresentes los icónicos leit-motivs de los años 50 durante todo el metraje, y añadiendo una extraordinaria banda sonora de fondo, creada por Hans Zimmer, habitual de los hermanos Scott. El propio Tarantino alabó la cinta, poniendo como única pega las posiciones de las cámaras en ciertas escenas de acción, "yo las habría puesto más al fondo", decía. Polémicas aparte, salió de post-producción una película redonda en todos los sentidos, destinada a ser de culto desde su mismo estreno.

Contrariamente a la moda de aquellos años de llenar minutos y más minutos de muertos gratuitos, el maestro Scott jugó la gran baza de darle mayor relevancia al juego del ratón y el gato, mientras acotaba y dosificaba la violencia a momentos muy concretos de fatalismo, saltando de forma explosiva tras unas secuencias de incómoda tensión que hacen moverte del asiento. De esta forma, recuperaba también la mejor tradición del cine de suspense, más centrado en la vueltas de tuerca de la trama y en los diálogos desafiantes cargados de ironía e ingenuidad.

Muy acertado también el enorme elenco de secundarios de lujo, destacando un inolvidable duelo interpretativo entre Christopher Walken y Dennis Hopper que sin duda ya ha pasado a la Historia del Cine. En el fondo, es como si unos cuantos amigos de Hollywood se hubieran reunido y hubieran decidido hacer una buena peli de suspense y acción en plan colegas; en cierto sentido, algo de homenaje a la industria del cine, y a toda la gente detrás que la hace posible, sí que se ve.

Respecto a los actores principales, Christian Slater y Patricia Arquette, dos estrellas fugaces de los 90, hacen un papel soberbio, mostrando registros inesperados y giros repentinos que sorprenden al espectador. Quizás True Romance sea un símil de sus carreras: vive rápido, muere joven y con una cara bonita, básicamente lo que les sucedió a ellos, hoy en día casi nadie los recuerda y consiguen un papel de uvas a peras.

Casi 30 años después de su estreno, True Romance ha quedado pues como toda una masterclass del mejor thriller moderno, poderoso visualmente, atractivo dramáticamente, con gran fuerza interpretativa y una atmósfera extrañamente tensa. La calificación de película maldita ayuda aún más si cabe a magnificar su leyenda.
italianjob
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