Calificarlo de telefilm sería injusto. A pesar de los esfuerzos de HBO en esta materia no es una versión menor en pequeña pantalla. No creo que sea tampoco una serie. Se acerca más al cine que a la televisión, más allá que True Detective, a la que se considera ahora el eslabón perdido entre los dos géneros. No va sobre nuevas tecnologías. No es ni parecido a esas series de informáticos frikis que son última moda. Decir satírica sería desdibujarla demasiado pues no entra en estereotipos. Ni es tampoco filosófica al estilo lento-reflexivo. Es dinamita pura. Lo mejor que se me ocurre para definirla es que es como la película Her pero en buena de verdad. Y este es seguramente el mejor capítulo para engancharse. Con actores de lujo (para empatar con true Detective en ese aspecto) pero con un concepto más novedoso. Capítulos con argumento e historias independientes más allá del nexo de la influencia de las nuevas tecnologías en nuestras vidas. En este especial navideño encontraremos un buen resumen de lo visto hasta ahora, con las prisiones, el control de la mente, la privacidad, los implantes cerebrales y sobre todo realidades aparentes. Lo novedoso seguramente sea el acento en el bullying social con respecto a otros episodios que invitan a releerlos desde esa óptica. Un Gran Hermano más democrático y participativo, de abajo a arriba y no como una figura maligna a lo fahrenheit 451. Más humano. Más Jack el destripador que Moriarty.

Muchos ataques se han hecho contra esta nueva trilogía, sin duda por la colosal valía de sus hermanas mayores. No os quedeis con la simple crítica de que no vereis el perfil característico de Vader. Si de verdad comprendisteis la historia, este episodio también os será indispensable, y además revivir la Antigua República y ver al niño Anakin, ¿acaso no merecen la pena?

Quedense con la frase de George Lucas cuando le preguntaron con que película de las seis se quedaba: "No es que capítulo del libro te gusto más, es más bien si te gusto el libro o no". Y desde luego el libro es magnífico.

La ponen como referencia de las grandes creadores de series americanas, en los top de las mejores del año, en el saco del boom de las series nórdicas. Me parece sin embargo que tiene más que ver con The Good Wife que con ninguna otra (qué decir de los parecidos con The West Wing, se parece como un huevo a una castaña). Sin chirriar ningún aspecto excesivamente le falta lucimiento. Papel protagonista para una Primera Ministra con un corte demasiado simplista, y porqué no decirlo, patriarcal. Mujer demasiado sensible que neceista siempre de algun soporte masculino. Algo parecido pasa con la trama. Pesa mucho más la intrahistoria del capítulo que el largo plazo, y los personajes aparecen y desaparecen al antojo del guinista, sin fuidez aparente. Por momentos parece más la alcaldía de mi pueblo que el gobierno de Dinamarca. Todo tiene que pasar por un periódico, o un informativo. La Presidenta sólo tiene un asesor, y los políticos relevantes se cuentan con los dedos de una mano.

Conmovedora cinta que mereció mucho más protagonismo. Increíble actuación de Sarah Polley delante de las cámaras y de Isabel Coixet detrás de ellas. La belleza y lo cuidado de la fotografía y el guión son dos de sus mejores avales.

No creo que sea la mejor película del año, pero desde luego se merece un hueco en los Oscars, que injustamente la olvidaron. Una buena historia, con buenas interpretaciones, tensión hasta el final. Completa, seguramente sin excesivo brillo pero es más de lo que se puede decir de alguna de las nominadas a mejor película. Si los Oscars necesitan su cuota afroamericana bien debería haber sido esta la elegida y no Selma. Supongo que era demasiado. Se puede atacar a un Presidente, o una política, pero no puede atacarse a todo el sistema. No vale que ningún partido, periódico (ni periodista) quede como el bueno de la historia y al final todo sea bonito y feliz. Atacar a todo el sistema político, New York Times, Washington Post, el propio periódico que publico la historia era enseñar demasiadas vergüenzas.