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Críticas de Rodrigo Roldán
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Críticas 38
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
3 de julio de 2018
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Suelo decepcionarme ante expectativas elevadas. No ha sido el caso; ni mucho menos...

Hereditary ahonda en los lugares más oscuros de la especie humana: espacios recónditos, inacabados, escondidos y que no queremos descubrir. Acercar una vela a lo desconocido no es grato y sus consecuencias pueden ser tan desgarradoras como rechazadas.

Más allá de suponer un oasis de brillantez, ora con un guión soberbio, ora con una estructura y unas transiciones magistrales. Es una historia de individuos y familia, de amor y odio, de destino y revelación... Hay cine verdadero detrás de esta película.

Con buenas y solventes actuaciones y música comedida, Ari Aster se desprende de efectismos baratos para narrar una historia sumamente original y meditada, donde nada sobra y todo permanece. Notable ópera prima, un golpe encima de la mesa del genio creador versus la casquería y el sensacionalismo del cine de género de nuestros días.

Auténtica obra de culto desde ya.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rodrigo Roldán
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8
31 de enero de 2018
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Nunca he sido especialmente asiduo a los dramas periodísticos. Por lo general, suelen aburrirme y me parecen excesivos, pero de vez en cuando, aparecen obras rotundas y bien elaboradas, que emergen de entre las demas...

Spielberg tiene esa capacidad inusual de estar en el lugar adecuado, en el momento correcto. No en vano Kubrick abandonó aquel proyecto suyo tan ambicioso de rodar el Holocausto, cuando descubrió que andaba rodándose, sí, exactamente: La Lista de Schindler. La mente preclara que era Stanley dejaba paso entonces al otro gran adivinador de Hollywood, Mr. Spielberg, la cámara más certera del panorama americano, por muchos años que cumpla.

Muchos argumentarán:
- Es cierto que la película en momentos puntuales peca patriotismo contenido, demasiado quizás a los ojos de cualquier europeo.

- Es cierto que el primer tramo de presentación de personajes pueda hacerse demasiado largo; como toda película histórica requiere de una atención exhaustiva y es complicado procesar tantos datos en tan poco tiempo.

- Y es cierto que los personajes están encasillados, los arcos dramáticos son bastante simplones y planos, no existe ambigüedad alguna en los diferentes caracteres: los hay buenos y los hay malos.

No obstante, no puede negarse lo acertado de la propuesta. Da en el clavo de los problemas de nuestra sociedad. Tiene un montaje muy interesante, unos planos sublimes y un elenco de sobresaliente, mención especial a los dos protagonistas, un auténtico duelo de titanes de los inolvidables.

El último tramo de la película, in crescendo y emocionante, es toda una oda a la libertad, tan necesaria en la era Trump, las fake news y la posverdad rampante. Los primeros planos de las rotativas, la tensión dramática conseguida en algunas escenas y un final tan inconcluso como intersante, son suficientes para alabar el cojunto.

Y a pesar de que Meryl Streep nunca fue culto de mi devoción, está magistral en otra de las grandes críticas veladas del film: la injusta soledad de la mujer en un mundo de hombres (soberbios, ineptos y cobardes). Time's Up!

No mienten quienes digan que es una película diseñada específicamente para el disfrute de los estadounidenses, como ya ocurrió con Lincoln, pero no es ni mucho menos desdeñable para el resto de públicos, pues transmite un mensaje universal, por el que debiéramos pelear todos, sin importar país o credo.
Rodrigo Roldán
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5
15 de diciembre de 2017
45 de 74 usuarios han encontrado esta crítica útil
He acudido al cine como un niño, con la esperanza de sumergirme en una nueva aventura, como ya ocurrió con el despertar de la fuerza, a mi parecer muy lograda. J.J Abrams es un digno sucesor de directores universales como Lucas o Spielberg, y supo como crear hito intergeneracional con una buena factura ténica y emocional.

Desgraciadamente, el poso que me queda es de aburrimiento, y me siento engañado, como si toda la saga se hubiera convertido simplemente en una fábrica de hacer dinero, sin importar tirar por tierra tanto trabajo, tantas vidas dedicadas a este universo tan fantástico...

¿Dónde quedó aquella recreación de mundos fantásticos, perfectamente diseñados, con una serie de criaturas asociadas realmente trabajadas? ¿Dónde está Naboo, Tatooine, las lunas de Endor, Hoth...? Nada más salir de la sala apenas recuerdo dónde han estado y cuál es el sentido de esta película.

En una producción donde intervienen tantos agentes, ¿de verdad nadie tuvo el arrojo de negarse a rodar un guión tan pobre, tan insulso, tan decepcionante? Tengo la sensación de que toda la peícula es un viaje a ninguna parte; sobran la mitad de subhistorias y el final es una auténtica fantochada, nada inspirador.

Sin duda alguna, esta continuación me hace perder toda esperanza, ni en la República, ni el la Orden, ni en cualquier criatura nueva que pueda parir Disney para vender de forma compulsiva.

Quizás será que me hago mayor y que yo también he perdido la chispa...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rodrigo Roldán
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8
9 de octubre de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
K es un personaje revelador, erguido en baluarte de los inconformistas. Como el célebre personaje de Kafka, lucha contra su destino en un entorno completamente desfavorable, sin ayuda ninguna...

He de confesar no haber tenido muchas esperanzas en esta continuación de una de las obras magistrales de la ciencia ficción. Me la imaginaba, incluso innecesaria, por el riesgo que implicaba ampliar un hito del séptimo arte. No resultó con Alien y me temía un fracaso similar. Villeneuve continúa, no obstante, la senda tan interesante que emprendió con "La Llegada", consolidándose como un renovador del género. Es un director con garra, que trata los temas con seriedad y mimo. Coincido con la crítica en su falta de empatía y emotividad; característica, por otra parte, intrínseca en su cámara -ya se vió en La llegada, en Prisioneros, en Incendies...-. No olvidemos, sin embargo, que la original era igual de críptica y misteriosa, que profundizaba en el amor y las sensaciones de igual forma que logra su sucesora: desde una visión objetiva, en tercera persona, entre la calidez y el frío.

La película bebe magistralmente de su antecesora, sin caer en una copia burda, generando por si misma una nueva fantasía distópica, que ahonda a su vez en la original ciberpunk de 1982 (la gran Babel de mezcla idiomática, el desarrollo tecnológico, la profundidad de la robótica...). Un guión absolutamente sorprendente, innovador y vanguardista, que hace de esta secuela una película de temas profundos y meditados, llamada a estar en el olimpo de la ciencia ficción por méritos propios.

La fotografía de Roger Deakins merece mención a parte. Describe de forma perfecta los diferentes ambientes desérticos, de caos y de ultratecnología urbana. Apunta a llevarse todos los premios del año. Se echa de menos, por otra parte, la vigorosa música de Vangelis que acompañaba a la original, pero es el pequeño sacrificio que debemos padecer por contemplar esta joya.

Las mismas preguntas que se planteaban hace 30 años se completan y se amplian en la visión de Villeneuve, con la técnica y la narrativa trabajando juntas para lograr un mecanismo muy bien engrasado. Su metraje extenso no pesa: el bello torrente de imágenes inunda paulatinamente nuestras retinas, dejando un final magistral y un poso consistente. Es un film con una gran forma y un gran contenido.
Rodrigo Roldán
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8
1 de mayo de 2016
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra poderosa sobre la pérdida de identidad en la nueva Europa.

Pocos directores han conseguido una mirada tan nostálgica a la caída de una sociedad.
Su clarividencia se me antoja paralela a la sensibilidad de Kieslowski, el otro gran narrador de las consecuencias morales y políticas en la etapa pos-socialista.

Hace poco tiempo visualicé "la doble vida de Verónica", y si bien sus metáforas se movían entre sueños e hipnosis, manifestando la ruptura entre las dos Europas, la mirada de Ulises explora la misma melancolía, con una fotografía más decadente acaso, pero una búsqueda de la identidad similar (y ahí observamos al pueblo santiguándose ante el paso de la estatua, sus cuellos aliviados de un yugo que debería ser sustituido ahora por otro totalmente desconocido).

La mirada tan personal de Theo Angelopoulos a la historia de su pueblo nos acompaña por alegorías muy acertadas: El amor y la decadencia queda patente en cada escena, despertándome los mismos sentimientos que logró con "la eternidad y un día", si bien el personaje de Harvey Keitel no tiene la fuerza de Bruno Ganz.

Es arriesgada y original la búsqueda de esa mirada común a una región disgregada por tensiones étnicas irresolubles, cuyos intersticios sólo alcanzan a narrar directores de talla, como Theo o Kusturica. "Lloro porque no puedo amarte", es un acertado resumen de la vorágine fratricida que han vivido los Balcanes en el pasado siglo.

"Si Grecia debe morir, que lo haga rápido", implora el taxista entre la nieve. El director es plenamente sabedor del destino ineludible de su pueblo y lo acredita así firmando una película políglota de mensaje rotundo. Me sorprende, sin embargo, la visión tan distinta (en repercusión) de la caída del muro que ha habido en Europa. No palpamos apenas unas cicatrices que debieran ser nuestras también.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Rodrigo Roldán
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