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Voto de Rodrigo Roldán:
8
Drama En junio de 1971 The New York Times y The Washington Post tomaron una valiente posición en favor de la libertad de expresión, informando sobre los documentos del Pentágono y el encubrimiento masivo de secretos por parte del gobierno, que había durado cuatro décadas y cuatro presidencias estadounidenses. En ese momento, Katherine Graham (Meryl Streep), primera mujer editora del Post, y el director Ben Bradlee (Tom Hanks) intentaban ... [+]
31 de enero de 2018
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Nunca he sido especialmente asiduo a los dramas periodísticos. Por lo general, suelen aburrirme y me parecen excesivos, pero de vez en cuando, aparecen obras rotundas y bien elaboradas, que emergen de entre las demas...

Spielberg tiene esa capacidad inusual de estar en el lugar adecuado, en el momento correcto. No en vano Kubrick abandonó aquel proyecto suyo tan ambicioso de rodar el Holocausto, cuando descubrió que andaba rodándose, sí, exactamente: La Lista de Schindler. La mente preclara que era Stanley dejaba paso entonces al otro gran adivinador de Hollywood, Mr. Spielberg, la cámara más certera del panorama americano, por muchos años que cumpla.

Muchos argumentarán:
- Es cierto que la película en momentos puntuales peca patriotismo contenido, demasiado quizás a los ojos de cualquier europeo.

- Es cierto que el primer tramo de presentación de personajes pueda hacerse demasiado largo; como toda película histórica requiere de una atención exhaustiva y es complicado procesar tantos datos en tan poco tiempo.

- Y es cierto que los personajes están encasillados, los arcos dramáticos son bastante simplones y planos, no existe ambigüedad alguna en los diferentes caracteres: los hay buenos y los hay malos.

No obstante, no puede negarse lo acertado de la propuesta. Da en el clavo de los problemas de nuestra sociedad. Tiene un montaje muy interesante, unos planos sublimes y un elenco de sobresaliente, mención especial a los dos protagonistas, un auténtico duelo de titanes de los inolvidables.

El último tramo de la película, in crescendo y emocionante, es toda una oda a la libertad, tan necesaria en la era Trump, las fake news y la posverdad rampante. Los primeros planos de las rotativas, la tensión dramática conseguida en algunas escenas y un final tan inconcluso como intersante, son suficientes para alabar el cojunto.

Y a pesar de que Meryl Streep nunca fue culto de mi devoción, está magistral en otra de las grandes críticas veladas del film: la injusta soledad de la mujer en un mundo de hombres (soberbios, ineptos y cobardes). Time's Up!

No mienten quienes digan que es una película diseñada específicamente para el disfrute de los estadounidenses, como ya ocurrió con Lincoln, pero no es ni mucho menos desdeñable para el resto de públicos, pues transmite un mensaje universal, por el que debiéramos pelear todos, sin importar país o credo.
Rodrigo Roldán
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