Sin duda una gran película. Empiezo por ahí. Visualmente perfecta, te transmite una sensación de desesperanza muy conseguida. La historia además ayuda, con un trio de actores que da la talla. Todo perfecto hasta que llegamos a lo de siempre. Desde la primera frase de la película, que es un "Viva la República", hasta la última escena, el cine español vuelve a caer en el mismo cepo. Que malos eran unos, y que buenos eran otros.

Yo soy joven, y la Guerra Civil me queda muy lejos, pero poco bien hacen "la gente de la cultura", como ellos mismos se denominan, poniendo siempre a los mismos de cara a la pared. Al final conseguirán romper de nuevo este país, y que los jóvenes volvamos a odiarnos por lo que pasó hace casi setenta años.

En definitiva, si no fuese porque suena de nuevo a "este país nos debe una victoria", gran película española, en todos los demás sentidos.

La película es marca Woody Allen. Quizás baje algo en el nivel de los diálogos pero lo gana en ritmo, lo cual hace que, por fin, una peli de Allen no tenga su habituales veinte minutos tediosos, de esos en los que te arrepientes de haber elegido esa película.

Pelicula entretenida hasta que llega el final, el gran punto flaco de Allen. Una película que no te cuenta cómo acaba la historia es una película incompleta. Quizás quede muy intelectual, pero maldita la gracia que hace. Y por eso la media que tiene es de 6, porque dan ganas de ir a la taquilla y dar euro más para que alguien te cuente cómo se desenreda la maraña.

Es una película un tanto extraña, pero cuando acabó me quedó ese regusto que queda con las buenas películas. La historia da un giro final muy interesante y aunque la última escena es demasiado freak, me pareció una película muy interesante. Eso si, abstenerse aquellos que no puedan ver la sangre poque, como su propio nombre indica, las peleas son parte esencial de la película.