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España España · Barcelona
Críticas de Godot
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Apuntes para una película de atracos
Documental
España2018
6,3
1.859
Documental, Intervenciones de: León Siminiani, Ainhoa Ramírez
3
24 de marzo de 2019
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de tener a su disposición una historia fascinante de la que no mucha gente sabía los detalles, León Siminiani vuelve a usar su propia figura ―aunque no de un modo tan insistente como en su anterior película: "Mapa"― y se establece como el co-protagonista absoluto del documental, privando así al espectador de poder obtener más datos y detalles sobre el Flako, el famoso butronero.

El director apunta a Chris Marker como uno de sus máximos referentes; pero, al margen de la subjetividad que muestran en sus respectivos documentales, no parece haber muchas similitudes entre ambos. Aunque Siminiani afirma no tener ninguna pretensión exhibicionista en el filme, cuesta creerlo al ver el plano en el que su mujer, Ainhoa, chilla de dolor en el momento en que está dando a luz. La gratuidad de querer establecer un hilo conductor entre la propia vida del director ―y protagonista y guionista y co-productor― y la de el Flako al comparar la paternidad de uno y otro parece más un pretexto para volver a mostrar su propia vida.

Hasta aquí todo son marcas de estilo que a uno pueden gustar y a otro pueden molestar; no obstante, lo que es totalmente objetivo ―y así lo hizo ver el propio director en una charla con el público― es el proceso de mitificación de el Flako, a quien trata en la película prácticamente como a un héroe. Solo hay una escena, muy al principio del documental, donde León le reproduce a Ainhoa lo que el policía que llevó el caso de el Flako le ha dicho: que en estos robos se usaba mucha violencia contra los trabajadores de los bancos y que cuando una persona te apunta con una pistola y te amenaza de muerte, evidentemente, te puede crear un trauma de por vida. Esta será la única condena que se hará a los crímenes de el Flako en toda la película.

El montaje del documental, a cargo de Cristobal Fernández, tiene bastante ritmo y la combinación de fragmentos de películas detectivescas de época con la trama es efectista pero también efectiva. Efectistas también son los recursos repetidos de León Siminiani, como usar los silencios absolutos en la película antes de que su voz monocromática comente algo que le parece muy relevante, algo que ya hacía en "Mapa".

No hay ninguna duda de que la historia de el Flako es interesante, pero parece un desacierto que el poso de la película sea que este hombre que atracó con violencia es un héroe por el hecho de conocerse de memoria los subsuelos de Madrid. En un tiempo en el que la mayoría de la sociedad recela de los bancos, responsables parciales o totales de desahucios y demás miserias, parece un recurso facilón que León Siminiani se posicione contra ellos para ganarse el favor de los espectadores. Hay que recordar que, a pesar del espíritu indie que quiere demostrar la película y el propio director, esta estuvo producida por Avalon y es eso lo que permite que el rodaje se prolongase durante tantos años, así que tal vez León tenga que pasarse al cine comercial y dejar el cine independiente para los creadores que realmente no tienen recursos ni grandes productoras subvencionándoles.
Godot
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1
5 de julio de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen películas (al igual que libros, canciones, cuadros...) en las que por alguna razón todo parece estar envuelto en una magia que da como resultado una obra maestra... aquí ocurre todo lo contrario.

Tal vez se partiese de una buena idea (aunque lo dudo), pero el guion y la puesta en escena hacen de esta película un ejercicio digestivo de gran pesadez, una horrible sucesión de imágenes sin ninguna armonía. El mejor lugar para encontrarse con buena poesía es un libro, el mejor lugar para encontrarse con mala poesía es ninguno; no obstante los personajes de "La puta y la ballena" parecen estar convencidos de estar creando poesía al utilizar relamidos diálogos que nunca suenan creíbles, que no pueden funcionar en ninguna ocasión fuera del papel escrito (en este caso ni dentro). No existe en todo el metraje ni un solo diálogo que suene veraz, y más bien parecen notas cursis sacadas de un diario de una niña de siete años. Por alguna extraña razón algo chirría en la película desde los títulos de crédito iniciales, pero lo curioso es que sigue chirriando durante las dos soporíferas horas que van a continuación.

No hay conflicto ni suspense alguno, como tampoco hay necesidad de presentar esas dos tramas superpuestas que se dan masticadas para los cerebros más obtusos. La voz en off es muy frecuente, sobre todo al principio, y se empeña en expresar en largas frases lo que se podría mostrar con imágenes. A Luis Puenzo se le olvida que está dirigiendo una película y no garabateando un libro con ideas ñoñas y manidas.

La presencia de actores (hasta este momento) respetables no logran salvar la película porque sus interpretaciones están en sintonía con "La puta y la ballena", una sintonía disonante y estridente. Espero que pronto pueda volver a ver con otros ojos a profesionales como Aitana Sánchez-Gijón, Leonardo Sbaraglia, Pep Munné y Miguel Ángel Solá, pero sus papeles aquí me parecen ridículos y forzados. Mención aparte para Mercé Llorens, la chica que interpreta a la puta: jamás había contemplado una interpretación más trabada y tan carente de matices, su actuación logra incluso bajar el paupérrimo nivel medio del film. Luis Puenzo parece empeñarse en mostrarla desnuda para poder mantener algo de interés, pero ni eso lo hace bien ya que la enseña tantas veces sin ropa interior (y además desde el principio) que se pierde hasta el banal aliciente erótico que podría tener.

En cuanto a los momentos en que los personajes se emocionan, son totalmente intrascendentes y no logran trasmitir ningún sentimiento. Los actores parecen estar perdidos creyendo que están desempeñando una gran actuación (dotada de una vis poética-teatral totalmente innecesaria) en una gran película, lo que solo ayuda a empeorarla. Es una pena que se haya malgastado tanto dinero en una obra de tan poco calibre. Además, el final de la película, aunque no tiene ningún misterio ni emoción, se veía venir desde tiempo atrás y no hace sino redondear el cero en la puntuación que se merecerían estas dos horas que han conformado la peor película que he visto (y espero ver) nunca.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Godot
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