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España España · Barcelona
Voto de Godot:
3
Documental Elías es un director de cine que soñaba con hacer una película de atracos. Durante el verano de 2013 lee una noticia sobre la detención de 'El Robin Hood de Vallecas', el líder de 'la banda de las alcantarillas'. Siente entonces que ha encontrado la oportunidad para cumplir su sueño. Le manda una carta a la cárcel donde cumple condena. Contra todo pronóstico, Elías recibe respuesta tres semanas después. 'El Robin Hood' acepta que vaya a ... [+]
24 de marzo de 2019
13 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
A pesar de tener a su disposición una historia fascinante de la que no mucha gente sabía los detalles, León Siminiani vuelve a usar su propia figura ―aunque no de un modo tan insistente como en su anterior película: "Mapa"― y se establece como el co-protagonista absoluto del documental, privando así al espectador de poder obtener más datos y detalles sobre el Flako, el famoso butronero.

El director apunta a Chris Marker como uno de sus máximos referentes; pero, al margen de la subjetividad que muestran en sus respectivos documentales, no parece haber muchas similitudes entre ambos. Aunque Siminiani afirma no tener ninguna pretensión exhibicionista en el filme, cuesta creerlo al ver el plano en el que su mujer, Ainhoa, chilla de dolor en el momento en que está dando a luz. La gratuidad de querer establecer un hilo conductor entre la propia vida del director ―y protagonista y guionista y co-productor― y la de el Flako al comparar la paternidad de uno y otro parece más un pretexto para volver a mostrar su propia vida.

Hasta aquí todo son marcas de estilo que a uno pueden gustar y a otro pueden molestar; no obstante, lo que es totalmente objetivo ―y así lo hizo ver el propio director en una charla con el público― es el proceso de mitificación de el Flako, a quien trata en la película prácticamente como a un héroe. Solo hay una escena, muy al principio del documental, donde León le reproduce a Ainhoa lo que el policía que llevó el caso de el Flako le ha dicho: que en estos robos se usaba mucha violencia contra los trabajadores de los bancos y que cuando una persona te apunta con una pistola y te amenaza de muerte, evidentemente, te puede crear un trauma de por vida. Esta será la única condena que se hará a los crímenes de el Flako en toda la película.

El montaje del documental, a cargo de Cristobal Fernández, tiene bastante ritmo y la combinación de fragmentos de películas detectivescas de época con la trama es efectista pero también efectiva. Efectistas también son los recursos repetidos de León Siminiani, como usar los silencios absolutos en la película antes de que su voz monocromática comente algo que le parece muy relevante, algo que ya hacía en "Mapa".

No hay ninguna duda de que la historia de el Flako es interesante, pero parece un desacierto que el poso de la película sea que este hombre que atracó con violencia es un héroe por el hecho de conocerse de memoria los subsuelos de Madrid. En un tiempo en el que la mayoría de la sociedad recela de los bancos, responsables parciales o totales de desahucios y demás miserias, parece un recurso facilón que León Siminiani se posicione contra ellos para ganarse el favor de los espectadores. Hay que recordar que, a pesar del espíritu indie que quiere demostrar la película y el propio director, esta estuvo producida por Avalon y es eso lo que permite que el rodaje se prolongase durante tantos años, así que tal vez León tenga que pasarse al cine comercial y dejar el cine independiente para los creadores que realmente no tienen recursos ni grandes productoras subvencionándoles.
Godot
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