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España España · SALAMANCA
Críticas de Guille
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Críticas 6
Críticas ordenadas por utilidad
6
22 de diciembre de 2016
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejando a un lado el episodio piloto bajo la dirección del inagotable Martin Scorsese, mi primera reacción al continuar viendo los siguientes episodios de Vinyl fue pensar en Mad Men. Sí, es inevitable no acordarse de la magnífica serie de AMC al ver Vinyl. Dos protagonistas atormentados con problemas de diversa índole (tanto personales como laborales), una industria que está a las puertas del cambio (la publicidad en Mad Men y la música en Vinyl), mucho sexo, drogas y empleados ambiciosos que harán lo que sea necesario por triunfar. Hasta las oficinas tienen un parecido asombroso.
Lamentablemente el resultado que ofrece Vinyl queda muy lejos del de Mad Men.

¿Esperaba algo más de Vinyl? Lo cierto es que sí. Y lo esperaba porque verdaderamente la historia podría haber dado mucho más de sí en comparación con lo que nos han mostrado en esta primera (y parece que única) temporada.
Vinyl se aleja de lo realmente importante en esta historia, esto es, la música, para centrarse (en exceso) en la desesperación de su personaje principal, Richie Finestra. Aunque el trabajo de Bobby Cannavale es espectacular, su propio personaje no lo es. Encontramos en él a un sujeto devorado por las drogas, incapaz de tomar una decisión correcta, tanto en su vida personal como en los negocios. Conforme la serie avanza, la fe en Finestra se pierde.
Por el contrario, queda la sensación de que el personaje de Devon (Olivia Wilde), hubiera podido ofrecernos mucho más. Devon es una atractiva mujer, con gran talento creativo, pero que lamentablemente se va apagando poco a poco a lo largo de la serie conforme su marido continúa destruyendo todo a su paso.

Me queda el regusto de que Vinyl no termina de explotar y que en ocasiones opta por el camino incorrecto. Para tratarse de una época de grandes cambios en la industria musical, vemos poca música. Vinyl pasa “de puntillas” por la música disco y el hip-hop, géneros emergentes y por explorar en aquella época, o el ocaso del rock and roll (Elvis Presley a la cabeza). Quieren acercarse, pero da la impresión de que con cierta distancia. Grave error. El camino era indagar e introducirse de lleno en las nuevas corrientes musicales y en sus artistas.
Lo que realmente nos muestran ya lo sabíamos. ¿Drogas, sexo y desenfreno en los años 70? ¡Claro! ¿Pero sabemos cómo surgieron esos grandes cambios dentro del panorama musical? O, ¿cómo era realmente la relación de los músicos con las casas discográficas, drogas a parte?

Vinyl contaba con todos los ingredientes para ser un éxito rotundo, máxime, contando con los dos monstruos que figuran como productores ejecutivos, Martin Scorsese y Mick Jagger. Pero sin embargo, los que esperábamos darnos un banquete con Vinyl, hemos acabado saliendo de un simple almuerzo que no termina por quitarnos el hambre.
Guille
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Frasier (Serie de TV)
Serie
Estados Unidos1993
7,0
40.689
David Lee (Creador), Peter Casey (Creador) ...
10
6 de abril de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tal vez no se trate de la serie de televisión más conocida de la historia, ni siquiera la más conocida entre su género, sin embargo, estamos ante la mejor comedia vista en televisión hasta la fecha.

Frasier tiene su punto de partida en la legendaria Cheers, donde poco a poco el personaje va ganando popularidad. Tanto es así que a la conclusión de esta, Kelsey Grammer decide dar continuidad al personaje de Frasier Crane fuera de las paredes de su pub de Boston. A pesar de los riesgos que entraña siempre el lanzamiento de un "spinoff", la serie fue un éxito rotundo en EEUU, logrando records de audiencia, incluso llegando Grammer a ser momentáneamente el actor mejor pagado de la televisión.

Pero, ¿qué hizo de Frasier la mejor serie cómica de la televisión? Las razones son varias. Por un lado la figura consolidada de Kelsey Grammer interpretando al Doctor Crane (nada menos que nueve años en Cheers), y por otro, la enorme sintonía entre el resto de personajes. Conjugar las personalidades de los personajes principales, a cada cual más irreverente, se podría tornar en quimera, pero lo que sucedió fue lo contrario, la química entre Frasier, Martin (el padre), Niles (el hermano) y Daphne (la asistenta) fue total y se mantuvo así durante las once temporadas que perduró a la sitcom.
Además de los protagonistas, Frasier cuenta con una buena terna de secundarios. Mención especial merecen Eddie, el perro de la familia y Maris, la esposa de Niles, los cuales ofrecen un toque irreverente y misterioso a la serie.

Frasier encarna el buen gusto, el humor más hilarante, al nivel del mejor Jerez que degustan los protagonistas en multitud de capítulos. Por ello, Frasier es bajo mi humilde opinión, la mejor serie cómica de la historia. Desde aquí mi recomendación para todos aquellos que todavía no han pasado por el diván del psiquiatra más famoso de Seattle.

¡Buena salud mental para todos!
Guille
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9
25 de febrero de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si hay un director por excelencia que sabe plasmar la noche en sus películas, ese es Michael Mann (véase Collateral o Corrupción en Miami). Heat muestra esa faceta en su grado más excelso, acompañado por una inmejorable banda sonora.

Infravalorada en su día, veinte años después de su estreno la película crece, mejora como el buen vino. Dos décadas dan, sin duda, para muchas películas de acción, pero ninguna como Heat. Además de contar con algunas de las escenas de acción más memorables vistas en la "gran pantalla", Mann es más que capaz de mostrar el drama interno que cada uno de sus personajes lleva a sus espaldas, una pesada carga de la que no pueden desprenderse.

Pacino-De Niro, De Niro-Pacino, quizás la mejor dupla de actores que se haya podido ver juntos en la gran pantalla, están en Heat, y no están de cualquier manera, sino en la plena madurez profesional. Ambos destilan carácter y energía. Paradójicamente, uno de los mayores aciertos del director fue rodar tan pocas escenas con ambos actores juntos. ¿Por qué digo esto? Porque la larga espera y los escasos minutos de los dos cara a cara se convierten en una explosión de intensidad que pocas veces se puede experimentar en el cine.

En definitiva, Heat reúne lo mejor del cine de acción, elevado a una categoría más, gracias a la cuidadosa y meticulosa dirección de Michael Mann y a un excelente reparto, encabezado por los mitos de Pacino y De Niro. Imprescindible.
Guille
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10
17 de diciembre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Califico American Crime Story: El Pueblo vs. O.J. Simpson como excelente, es decir, la máxima calificación que permite otorgar Filmaffinity. ¿Y por qué he hecho esto? Porque creo sinceramente que es prácticamente imposible mejorar la serie de FX en modo alguno.

American Crime Story: El Pueblo vs. O.J. Simpson quita el aliento desde los primeros instantes en que uno se sienta frente a la pantalla. El espectador podrá sentir la tensión de principio a fin a lo largo de sus diez capítulos sin que esta decaiga lo suficiente como para que desconecte, ni tan siquiera para “echar un vistazo al móvil” (tan habitual en estos tiempos, incluso en los mismos cines).

Pero la grandeza de la serie de Ryan Murphy no termina ahí. ¿Emoción, impacto, drama, tensión? Desde luego que sí. Sin embargo, es de justicia (nunca mejor dicho) reconocer la capacidad de este polifacético cineasta a la hora de mantener tamaña objetividad durante el desarrollo de su trabajo. Imaginen, el juicio más mediático en la historia de EEUU, donde el principal sospechoso es una ex estrella de fútbol americano (deporte rey en dicho país) y todo ello envuelto en un aura enrarecida por los constantes disturbios y presuntos abusos policiales a los ciudadanos negros de Los Ángeles. Pues bien, Murphy muestra sin tapujos las miserias y virtudes de cada una de las razas o gremios que cobran protagonismo en la historia. Negros, blancos, judíos, policías, abogados, periodistas, políticos y demás familiares y amigos de los implicados son “desnudados” sin importar quién es quién, por lo que corresponderá al espectador establecer su propio veredicto a lo largo de la trama.
Conseguir dotar a la serie de esta objetividad es, para mi, su mayor éxito.

Por otro lado, si es de alabar el trabajo de Ryan Murphy, no podemos dejar de hacer lo propio con el magnífico elenco de actores que forman parte del reparto. Lo cierto es que ninguno desmerece, pero personalmente, hay escenas del oscarizado Cuba Gooding Jr. que “quitan el hipo”. O Sarah Paulson, en su interpretación de la compungida Fiscal Marcia Clarck. Otro de los destacados es David Schwimmer (el mítico Ross Geller de Friends), representando al íntimo amigo y abogado de O.J. Simpson, Robert Kardashian, con gran resultado.

En definitiva, diez episodios que no dejarán indiferente a nadie y que pondrán a prueba las emociones del espectador.

No se pierdan American Crime Story El Pueblo vs. O. J. Simpson, rezuma calidad “por los cuatro costados”.
Guille
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6
21 de mayo de 2017
7 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Han pasado ya cuatro años de la quinta y última temporada de la que para muchos es una “obra maestra” de la televisión, al mismo nivel – o incluso más- de dos buques insignia como Los Soprano o The Wire –a mi entender, las dos mejores series realizadas hasta la fecha-. Las únicas que realmente merecen las diez estrellas.

Durante este tiempo me he resistido a ver Breaking Bad, entre otras cosas, por la elevada expectación que generó. Comercialmente fue un auténtico “boom”, arrasó en diversas entregas de premios, y hasta la crítica periodística la encumbró. Realmente –me preguntaba -, ¿será tan buena? Mientras tanto, he mantenido la duda. Ahora, una vez terminada, las sospechas e incertidumbres han sido resueltas.

La primera conclusión que obtengo se presenta con prontitud. No estamos ante una obra maestra. ¿Situar Breaking Bad al nivel de Los Soprano o The Wire? Seamos serios, la serie de Vince Gillian no supera el escalón de Prison Break. Tiene mejor fotografía, planos más cuidados y mejores actores, es cierto. Pero es lenta y con “poca chicha”.

La idea presentada es original y podría haber funcionado mucho mejor, sin embargo, poco a poco va girando hacia caminos cada vez más inverosímiles y surrealistas. ¿Estamos ante un thriller, un drama o es pura fantasía?

Ciertamente, siempre tuve dudas cerca del elevado éxito de Breaking Bad, pero nunca pensé que esta pudiera llegar a ser incluso –por momentos- irritante. ¿Me he pasado? Tal vez, pero conforme avanza la serie determinados personajes entran en una espiral esquizofrénica casi insoportable, mientras que otros –secundarios con mucho potencial- son desaprovechados de manera inconcebible.

Dentro del primer grupo encontramos a Walter (Bryan Cranston), el gran protagonista de esta historia; cuya codicia, maldad y locura van “in crescendo” temporada tras temporada. Tanto es así, que se hace imposible –por lo menos a mi- empatizar con él en la práctica totalidad de los momentos.
A veces, viendo a Walter White, recordaba al legendario Tony Soprano. El mafioso más famoso de la televisión cometía todo tipo de actividades delictivas y reprobables, pero a diferencia de “Heisenberg” había instantes en que “se dejaba querer”. Tony Soprano sí era un padre de familia, un amigo o un hermano cuando era preciso. La comparación puede extenderse a otros legendarios gangsters de series del máximo nivel, como Avon Barksdale (The Wire) o Nucky Thompson (Boardwalk Empire). En el caso de Walter no es así. Es un personaje monstruoso en su sentido más peyorativo.
Continuando con el “club de la esquizofrenia” nos encontramos con la esposa del protagonista, Skyler (Anna Gunn); una mujer fría, malhumorada y altamente impredecible. Su actitud descoloca “al más pintado”.
Finalmente, dentro de este grupo, no podemos dejar de hablar de Jessie Pinkman (Aaron Paul). Se trata de un joven adicto, con una personalidad volátil y descontrolada, pero con buen corazón. Ciertamente, confías en que el bueno de Pinkman levante el vuelo en algún momento, que “siente cabeza”. Al contrario que su jefe de laboratorio, Jessie tiene buen fondo, lo que permite que nos acerquemos más a él, ansiando que de una vez por todas tome el camino correcto.

Del otro lado, están los que yo catalogaría como secundarios desaprovechados –con los que además, el espectador puede llegar a “conectar más”-. Empezando por Hank (Dean Norris). El agente de la DEA introduce un toque de humor y tensión a la trama, aunque desafortunadamente, su cometido final es residual. El tío Hank merecía algo más. En general, el papel de la Administración para el Control de Drogas pasa “pies puntillas” en una serie cuya temática central son precisamente las drogas. Llamativo.
Otro de los destacados es Mike (Jonathan Banks), una especie de “señor Lobo” en Pulp Fiction. El único que intenta dar algo de sentido –y de arreglar- las diferentes situaciones en que se ven envueltos los protagonistas. Mike, al igual que Hank, podría haber dado más sí.
Cierro el análisis del reparto con Saul Goodman (Bob Odenkirk), el casposo y hortera abogado de Albuquerque. En ocasiones recuerda a otro de los picapleitos más famosos de la televisión, Lionel Hutz, si bien es cierto que al final no resulta tan tonto como el personaje animado de Los Simpson. Por momentos, se agradece mucho su comparecencia.

Por cierto, fue muy grato ver a Steven Bauer (el mítico Manny Rivera de Scarface) y a Robert Foster (Jackie Brown), aunque su presencia se limitase a un par de capítulos.

Así pues, llegados a este punto, y tras un análisis tan crítico, se plantea la gran pregunta: ¿Es Breaking Bad una mala serie de televisión? En absoluto. Pero con la misma contundencia hay que decir que tampoco es una obra maestra. No merece –objetivamente- la colección de dieces que atesora en Filmaffinity.
En ocasiones puede ser brillante, es cierto, pero en muchas otras también puede ser tediosa e irritante.

Una serie diez no despierta tales sensaciones. Cuando ves auténticas obras maestras –lamento ser reiterativo, pero es cierto- como The Wire o los Los Soprano no deseas que estas se acaben. ¡Quieres más! Con Breaking Bad, en cambio –y por desgracia-, termina por suceder lo contrario.

Se acabó la cocción amigos, siento anunciar que la pureza de la remesa no supera el 60%.
Guille
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