Mi reflexión:
Hay algún momento en la vida en el que se pueden superar las propias miserias, incertidumbres, complejos, mezquindades, cegueras... uno se admite como en realidad es y la vida se hace más llevadera y optimista.

Mi referencia:
El hombre del tiempo podría ser el resultado del cruce de American Beauty con A propósito de Schmidt.

Mi opinión sobre el director y los actores:
Gore Verbinski me sigue convenciendo en su elección de historias y en su manera de sacarlas adelante.
Cage y Caine como hijo y padre son auténticamente creibles y entrañables. Los actores que encarnan al hijo y a la hija de Cage son adorables por su naturalidad.

La banda sonora:
Me ha sorprendido no reconocer en ningún momento la huella de Hans Zimmer y descubrir su autoría en los créditos finales. Muy bien otra vez a Hans y a la selección de canciones complementarias.

Visualmente tanto los personajes como los paisajes son entrañables e impresionantes.
El guión y el ritmo son únicamente para espectadores noveles y muy chiquitillos...

La película se mimetiza tan bien al principio con la original... La banda sonora la épica de John Williams y el estilo de los créditos prácticamente el mismo a aquella que vi cuando tenía 11 años... Se me puso la carne de gallina y la emoción inicial hace que casi se me salten las lágrimas.
En esto y en otros detalles más hay que agradecer a Bryan Singer el escrupuloso respeto por las películas de Richard Donner y Richard Lester, pero algo le pasa al personaje principal que tras sus 5 años de ausencia comprensible, pero no suficientemente explicada, nos lo devuelve tristón, melancólico, solitario y a ratos hasta algo catatónico.
¿Dónde está aquel SUPERMAN socarrón, simpático, incluso bromista o gamberrete que yo recordaba?
¿Y el Clark Kent patoso, bonachón y amable siempre a la zaga para no desvelar su identidad "secreta"?
¿Y el Lex Luthor magistral showman de alucinadas megalomanías?
Aquí no están.
Los personajes son fríamente correctos, tristonamente románticos y hasta rematadamente pudorosos. Y el caso es que prometen...
Piden a gritos una buena terapia de grupo y echar afuera toda esa contención emocional que no les conduce a ninguna parte y que al público nos aburre.
Confiemos en que Bryan Singer o quien siga esta nueva secuela saque buen salero y pimentero (como ocurre en la saga X-Men), que no tarden mucho y nos resarzan de esta sosota primera entrega.

Da gusto cuando aciertas en la selección de una película de la cartelera y sales del cine con esa sensación tan reconfortante de satisfacción y disfrute.
Debo reconocer que tenía mis prejuicios al respecto. Me esperaba un pastelón rosa y cursi y me encontré una historia de amor narrada con gancho, estilo y muy buen gusto.
Todo me ha llenado: fotografía, guión, banda sonora, interpretaciones, dirección... Funciona como una rueda. Lo que más me ha llamado la atención, para bien: el montaje y el uso del travelling para resolver las escenas con múltiples personajes protagonistas, por ejemplo, en las escenas de los bailes de sociedad.

Hacía ya mucho tiempo que una película no me provocaba un tremendo hartón a llorar. Y lo singular de este caso concreto es que una vez fuera del cine, comentando la película con mi mujer, la congoja y las lágrimas me invadían de nuevo.
El mero recuerdo de la escena que cierra la película me sobrecoge por completo y me cuesta contener la emoción que desemboca en el llanto...
Ése es el gran mérito de Ang Lee, su facilidad para trasladar y hacer partícipe al público de las emociones que viven los personajes de sus historias.
Con este director ya me ha pasado antes, necesito revisar sus películas al menos una vez más para captar y asimilar los detalles que aún enriquecen y revalorizan más sus historias.
Al menos eso me pasó con Tigre y Dragón, película con la que precisamente ésta comparte el profundo desgarro de una historia de amor difícil, prohibido.
Por eso en este primer encuentro echo en falta, porque quizá no he sido capaz de percibir el matiz, algunos detalles que me hicieran entender mejor la historia. Puede que a ello afecte mi apetito curioso por saber y conocer más en profundidad.
En este caso, para mi gusto, no termino de entender bien la atracción inicial de los protagonistas y el comienzo de su romance.
Por otro lado, la historia trascurre durante 20 años y el paso de ese tiempo no soy capaz de percibirlo.
Y ya para remate egoísta debo reconocer que me hubiera gustado ver y conocer más del trabajo diario de Ennis (Heath Ledger). Mientras que del resto de personajes protagonistas somos testigos de parte de su rutina y trabajo diario, de Ennis no llegamos a ver nada en la pantalla de esta faceta, todo se reduce a la narración verbal del propio personaje. ¿...?
Y es precisamente la interpretación de Heath Ledger lo que más me ha encantado y conmovido. Es bien merecedor de todos los premios que haya recibido y pueda seguir recibiendo por ella. Mi primera impresión de la carrera de este actor fue muy equívoca. Me pareció un jovencito más, otro guapete para saciar la demanda del gran público. Esa fue mi sensación tras verle en "Destino de caballero". Sensación que ha ido cambiando gradualmente cuando me reencontré con él en la reciente "El secreto de los hermanos Grimm" y radicalmente tras esta interpretación del sencillo, parco en palabras, muy humilde y provinciano vaquero Ennis del Mar.
El resto de méritos de la película en todos los aspectos, actores y actrices, guión, fotografía, música, dirección... es más que notable, pero Ledger es para mí lo más sobresaliente. ¿Me habré enamorado yo también de Ennis? ;-)