Billy Wilder con mayúsculas. Esa capacidad infinita de contar, de transmitir, de acercarse al personaje. 'Testigo de cargo' es una de sus obras más redondas.

Para los amantes de las tramas jurídicas, la película resulta imprescindible. Como suele ser habitual en esta temática, la reflexión a la que obliga es amplia, pero no es costosa de digerir. Probablemente ese humor tan fino e irónico de Wilder sabe aligerar el plato. Líos amorosos, tretas jurídicas y mucho engaño conforman un guión inmaculado genialmente llevado a cabo por Tyrone Power, Marlene Dietrich y el gran Charles Laughton.

Uno de los mejores finales de película jamás visto, tal vez comparable a 'El Golpe', deja boquiabierto al espectador.

Hay que verla.

'Bienvenido Mr. Chance' es una de esas películas geniales pero tristemente poco conocidas para el público en general. Hal Ashby firma un trabajo a caballo entre la comedia y el drama, basado en la historia de un jardinero con algún tipo de retraso mental que se ve en la calle al morir el dueño de la casa en la que trabaja desde siempre. Comienza aquí el periplo de este singular personaje, que nos exhibe la falsedad y las pocas luces que en ocasiones rigen en las mentalidades de las clases dirigentes de un pais. También nos llevará a interesantes reflexiones sobre quiénes son las personas que realmente controlan el poder en el mundo, y cómo sus decisiones suelen estar basadas en auténticos disparates. Tal vez esta sea la mayor virtud de la cinta. De fondo, una lección clásica parece latir en lo profundo de la misma: cuando se cierra una puerta, se abre una ventana. Tal vez de ahí la traducción del nombre de la película al español: "Bienvenido Mr. Chance".

Personalmente, leí la película en clave esencialmente dramática. Son muchas las voces, no obstante, que se han centrado en el poder de esta (teórica) comedia. Ambigüedad calculada, tal vez.

Sus protagonistas, Sellers y MacLaine, sensacionales. Un par de secundarios de lujo (Douglas y Warden) cierran un cartel para el recuerdo.

Un verdadero amante del cine no puede no haber visto esta auténtica joya del celuloide. Sin duda estamos ante una de esas películas de infinita capacidad para apasionar al espectador. Roy Hill nos transporta a los Estados Unidos de mediados de siglo, con una fotografía magnífica, y nos cuenta la historia de cómo unos timadores profesionales llevan a cabo su mejor golpe.

Para el recuerdo la colaboración de Paul Newman y Robert Redford (repetirían en 'Dos hombres y un destino'), constituyendo una de las parejas cinematográficas más memorables de todos los tiempos. En el papel de "malo malísimo", un estelar Robert Shaw. La capacidad de estos tres actores para captar la atención y encumbrar a sus personajes resulta increíble.

No decir que 'El golpe' se basa en una de las tramas más entretenidas de todos los tiempos sería un sacrilegio. Probablemente este tipo de temáticas son un buen caldo de cultivo para historias apasionantes, pero era necesario imprimir un buen guión e interpretarlo a la altura. La película lo consigue con creces.

'El golpe' es un shock de nostalgia importante. Nostalgia por ese cine clásico que engancha, que emociona y que sorprende. Nostalgia por esas interpretaciones tan gloriosas, y por esos diálogos únicos. Una película imprescindible, y que fue valorada justamente por la Academia, por la crítica y por el público.

La historia contada por 'El cartero siempre llama dos veces' es sumamente inquietante. Una mezcla apabullante de pasión desmedida y venganza del destino. Una de esas joyas del cine negro de todos los tiempos.

La película, descarnada y siniestra por momentos, logra una potencia tal que el mensaje que pretende transmitir queda grabado a fuego en el espectador. El destino golpea dos veces. Los más modernos hablarían de "karma", supongo. Uno de esos finales que dan que pensar, y que obligan a abrazar la creencia de que el mundo se rige por unas interconexiones poco azarosas e inquebrantables. La trama gira en torno a un triángulo amoroso (ese recurso artístico tantas veces utilizado por su carácter recurrente en la vida real) del que pueden extraerse todas esas nociones, y que se adereza por una carga erótica ciertamente elevada.

Potente interpretación de Nicholson (¿cuándo no lo es...?), que acentúa una de sus señas de identidad como actor, ese toque animal y perverso. Jessica Lange se le une en una interpretación de alto voltaje.

Retrato extraordinario sobre el robo de niños que perpetraban monjas en Irlanda a mediados de siglo XX.
Una de las madres, Philomena (Judi Dench), decide buscar a su hijo tras 50 años. La interpretación de Dench es soberbia, y logra emocionar de un modo muy profundo. Steve Coogan, también a un alto nivel, interpreta al periodista que ayuda a Philomena en su búsqueda. Estremece saber que la historia está basada en hechos reales. De hecho, Judi Dench acudió a la gala de entrega de los Oscar (en la que estuvo nominada como mejor actriz, aunque desgraciadamente no obtuvo el galardón) por la auténtica Philomena Lee.