Billy Wilder con mayúsculas. Esa capacidad infinita de contar, de transmitir, de acercarse al personaje. 'Testigo de cargo' es una de sus obras más redondas.

Para los amantes de las tramas jurídicas, la película resulta imprescindible. Como suele ser habitual en esta temática, la reflexión a la que obliga es amplia, pero no es costosa de digerir. Probablemente ese humor tan fino e irónico de Wilder sabe aligerar el plato. Líos amorosos, tretas jurídicas y mucho engaño conforman un guión inmaculado genialmente llevado a cabo por Tyrone Power, Marlene Dietrich y el gran Charles Laughton.

Uno de los mejores finales de película jamás visto, tal vez comparable a 'El Golpe', deja boquiabierto al espectador.

Hay que verla.