El filme Metrópolis, la cinta de cine mudo, de dimensión temática ciencia ficción; desarrolla la crítica a la sociedad clasista. El director, de origen judío Fritz Lang, muestra una imagen futurista de la ciudad a través de maquetas en miniatura, efectos especiales modernos y cámaras giroscópicas para filmar secuencias panorámicas.
Desde mi perspectiva, la película utiliza recursos como el primer plano, la participación de cientos de dobles y la Arquitectura del movimiento moderno, con alteraciones de la forma, para hipnotizar y mostrar al ser humano como una figura inferior a lo que representa la ciudad.
Para mostrar este mundo dinámico y cambiante, el filme utiliza el simbolismos de la religión, el cuerpo humano y las ideas políticas de la revolución socialista; de igual manera, la banda sonora y los intertítulos que acompañan la trama resaltan los estados de euforia, miedo, tristeza y esperanza de los actores; además resaltan la represión vivida por los trabajadores, la desigualdad de una ciudad organizada en niveles verticales y las ideas de revolución de profetas.

Tengo que admitir que desde el principio del filme quedé cautivada por el paisaje de las primeras escenas, la banda sonora y las cautivadoras expresiones del protagonista; pero vamos por partes.
En primer lugar el largometraje tiene una facilidad para disfrutarlo; desde mi perspectiva fue mucho más divertido verla sin tener la necesidad de entenderla, los diálogos son una telaraña que poco a poco se va desenredado para que el espectador perciba que todo está conectado; sin embrago el director Richard Kelly deja conclusiones a la imaginación, lo que hace que quieras ver la película más de una vez y en cada oportunidad descubres algo nuevo.
Luego está la cuestión psicológica, y no sólo la del protagonista Donnie que notoriamente tiene que acudir a expertos para mantenerse cuerdo, ya sea mediante medicamentos o terapias; sino de los demás personajes que a lo largo del filme muestran su necesidad por creer en algo más grande que el ser humano, para algunos puede ser el amor y para otros Dios.
Y finalmente está todo el tema de los viajes en el tiempo y cómo el libro de "La Filosofía de los viajes en el tiempo" es el símbolo determinante para el argumento, una historia increíble de un conejo que no sabes si viene del futuro o de la mente de una persona; y una banda sonora brutal, destacando "Mad world" de Gary Jules como una pieza que complementa el sonido de eco en las escenas más importantes. Definitivamente una película que tienes que ver al menos dos veces.

Una narrativa magistral, desde el principio se refleja la búsqueda del director Aronofsky, por mostrar la dureza de las adicciones en el ser humano.
Es admirable la manera que el filme te hace sentir nervioso, tenso e intrigado; admito que tuve que dejar de verla en ciertos momentos, por las crudas escenas, que están acompañadas por una increíble banda sonora de Clint Mansell, donde no se dejó nada al azar y logró exaltar la asombrosa actuación de los protagonistas.
Ellen Burstyn se entrega totalmente a la historia, es absolutamente versatil y su transformación te hace estremecer, desde el punto de la soledad, la vejez y la necesidad de tener una ilusión para vivir.
El uso de las estaciones para mostrar el transcurso de la película es muy acertado, al igual que la ambientación y la transformación de los personajes.
Es desalentador la relación del vicio con el ser humano, pero aún más preocupante la razón para llegar a él; los vacíos emocionales de cada uno, las ilusiones perdidas y la necesidad de encontrar seguridad, todos buscamos una razón para levantarnos cada día, para vivir; lo que es retratado de forma muy explicita y clara para finalmente preguntarnos a que somos adictos.

Desde mi percepción, el filme de culto de David Fincher, atrapa al espectador a través de la alteración cronológica, la cual expresa depresión desde el principio; junto con un narrador que muestra desesperanza y cuestiona como el ser humano se adapta a una sociedad consumista, y cómo la rutina nos hace ser pesimistas, para luego tener la necesidad de buscar refugio en otras persona que reflejan una vida más feliz que la propia.
El narrador utiliza toques de comedia, sarcasmo y referencias a marcas famosas para mostrar el vacío interior del ser humano, sin embargo, luego este vacío es eliminado en el protagonista a través de la lucha, como catarsis.
Finalmente las frases memorables a lo largo del filme hacen al espectador pensar en la soledad, las relaciones humanas y la salud mental. Una película lúgubre y maravillosa que muestra al ser humano tocar fondo.

Desde que inicia el filme te atrapa; primero con su hermosa escenografía. el contraste de color, el diseño de los muebles, donde se detalló hasta el elemento más pequeño, como el teléfono o las mesas con forma de mujeres; los cuales cumplen un papel fundamental en la narración.
Estos detalles contrastan maravillosamente con un relato crudo que te revuelve el estómago, una historia de violencia, crimen y perversidad; no sabes si el director Kubrick hace una crítica a estos temas o los quiere exaltar, por ejemplo la imagen de la mujer como un objeto sexual o el uso de la voz en off del antagonista para lograr una empatía con el espectador, a pesar de los actos que ha cometido.
Se muestra un hombre en una sociedad dañada, todos son violentos; solamente que existe la violencia que es apoyada por el estado, entidades como la policía son necesarias para mantener el orden según el gobierno. De esta forma se reprueba el conductismo y se juzga el papel del ser humano con la cualidad de libre para convertirlo en un objeto moralmente bueno guiado como una máquina.