Como thriller psicológico funciona bastante bien, desde los primeros minutos tenemos el punto de tensión presentado y la película se va cada vez enredando para ver cuál es el desenlace final. Lo cierto es que no te aburres para nada viéndola, y creo que eso es algo que juega a su favor. Las actuaciones, excluyendo a Gyllenhaal que lo hace muy bien, son correctas, por lo que, aunque no aportan nada de gran valor, tampoco desentonan demasiado. la película hace una construcción muy buena para caer a las puertas con un final que además cuenta con unos efectos especiales bastante reguleros y que te deja enterándote más o menos lo que ha pasado, pero dejándolo todo en un amasijo. la mezcla entre thriller psicológico y viajes en el tiempo no me termina de funcionar y acaban por juntarse en una obra que se deja ver más que involucrar a su espectador.

Causada por varios factores políticos y sociales, la delincuencia juvenil es ilustrada a lo largo de la película. Alex y sus compañeros son adolescentes frustrados, sin objetivos, que solo sienten entusiasmo a través del consumo de drogas y de la práctica de actos violentos. La naranja mecánica representa los hechos frívolos de quienes desean por placer hacer daño a la sociedad, donde equivocadamente creen que los dolores internos tal vez son “sanados” desquitándose del prójimo por medio de agresiones inconcebibles.
La película hace una crítica a la sociedad, en donde se plantea el libre albedrío, allí la persona toma sus propias decisiones según lo que considera bueno o malo, nos muestra lo que pasaría si estas personas no se controlan. Por otro lado, alude a que con un poder absoluto y la total obediencia no se evidenciarían este tipo de abusos o violencia, nos muestra la idea fantasiosa de controlar las mentes de otras personas, tan presente en especial en los entes de control.