Aunque la fotografía de esta película es algo que amaré profundamente siempre, (gracias, Aguirresarobe por la luz de una mis ciudades favoritas), jamás pensé que una historia así contada por Woody Allen pudiera llenarme tan poco.

Se hace lenta y pesada por el modo narrativo hasta la aparición de Penélope Cruz, que llena la pantalla de un modo inimaginable. Salva por completo el film otorgándole una fuerza que hasta antes no habíamos sentido y consiguiendo acercarnos a un mundo artístico que parece solo ser posible en una ciudad como Barcelona.

Dos pequeños detalles más por los que critico esta película: que en la versión doblada Bardem no se doble a sí mismo y la falta de indicaciones que permitan que llegue al espectador el juego lingüístico. Parece mentira que, presumiendo como presumimos de las versiones españolas, no se haya cuidado ese detalle imprescindible para la trama. La película carece de sentido si se ve doblada.

Quizá mi crítica sea más dura de lo normal por haberme leído el libro, pero sinceramente: para ser del año 95 (oiga, Matrix, la primera, es del 99 y menudo salto) es triste un rato largo. Considero que había medios tecnológicos suficientes como para mostrar al mundo el universo hacker desde una perspectiva más honorable.

Vale que puede tener, para algunos, morbo por una Angelina Jolie joven. Que la BSO está bien buscada. Pero esperaba mucho, mucho más de la tensión entre Acid y Crash, mucho mucho más del ambiente, y no esas visualizaciones de la red y la informática en versión 3D, que por dios, la guarida de La Peste permite tocar los bits con la punta de los dedos... por no hablar del vestuario.

En conclusión, y para evitar repetir lo que se ha dicho ya, una conclusión rápida: "Mess with the best, die like the rest" fue una de las grandes frases de mi infancia. Y ha sido vapuleada hasta el extremo en este film.