“Dos hombres y un destino” es una de esas películas que, por ser un clásico, nunca te van a decepcionar. A los escépticos y descreídos les diría que cómo lo va a hacer con un guion -del brillante William Goldman- de los que ya no quedan, tan apasionado como vibrante; con dos de los mejores actores que han vivido la transición del cine clásico al contemporáneo, y que han hecho historia en ambos (Paul Newman y Robert Redford). Si a esto le sumamos, la buena dirección de George Roy Hill, la magistral música de Burt Bacharac y la actuación de la preciosa Katharine Ross, debería salir una obra maestra, que fue, lo que efectivamente salió.

En esta obra maestra se puede ver una de las mejores persecuciones que se han hecho en la historia del cine, que nada tiene que envidiar a las que se hacen ahora, con coches rapidísimos, gritos, tiros y más tiros. Por cierto, me parecen fascinantes esas persecuciones con gran presupuesto y no tengo nada en contra de ellas. Pero en “Dos hombres y un destino” nos encontramos ante algo totalmente distinto, que consta de bellos parajes del oeste donde nuestros protagonistas huyen a caballo de sus perseguidores, y que tras horas de exhaustiva huida, la persecución acaba con uno de los saltos más logrados del cine.

Del mismo modo, viendo esta película se presencian algunas de las escenas más célebres del cine, como cuando Butch Cassidy (P. Newman) pasea en bicicleta con la novia de su compañero (Katharine Ross) y más tarde realiza una exhibición ante ella, acompañados por la fantástica canción “Raindrops Keep Falling on My Head”.

Animo a todos a ver esta película y les aseguro que saldrán encantados con todo: el guion, las interpretaciones, la banda sonora, la historia… En fin, un clásico.

Tras haber visto dos veces la película, el argumento sigue sin convencerme. Durante dos horas vemos escena tras escena, algunas de ellas memorables, pero que no llegan a cobrar sentido en su conjunto. Si dividimos la película en esas secuencias separadas, la pelicula sería de nueve, pero al juntarlas, inexplicablemente pierde fuerza y no logra despegar.
Seguramente la película sea de 6 pero se deben valorar diferentes aspectos: aunque los cinco actores principales hacen un gran papel, destacaría la fantástica actuación de Michael Fassbender, que durante toda la película transmite la tensión del drama, y las de Cameron Díaz y Javier Bardem que también hacen un gran papel sobre la pantalla. En cuanto a las escenas que comenté anteriormente, (y no desvelo ninguna), algunas de ellas son fantásticas y fenomenalmente filmadas. Los diálogos están muy bien conseguidos y aunque parezca que no tienen nada que ver con la película, sirven para definir el carácter de los personajes.
Pese a que como película en general no me haya convencido demasiado creo que merece la pena verla por lo menos una vez para no dejar pasar ni las actuaciones, ni los dialogos ni las escenas de la película.