Cuando hablamos de Shane Black sabemos que se trata de algo bueno; para quien no lo sepa, a sus 24 años escribió el guion de una de las mejores películas de entretenimiento de los años 80, “Arma Letal”, y quien conozca un poco sobre la industria sabrá que también fue conocido por ser el guionista mejor pagado de la historia de Hollywood por “El ultimo boy scout” (hasta ese año).
Hace unos cinco años descubrí por casualidad “Kiss Kiss Bang Bang” y hay que ver cuánto me gustó, pero, sorpresa, primera película dirigida y escrita por Shane Black. Ya no me sorprendí tanto. Tras esta, llegó “Iron Man 3” una película de Marvel muy distinta al “estilo Marvel” y con un villano que puede gustar o no, pero mantiene esa marca del director.
Y ahora, tras tres años llega a la gran pantalla su tercera película como director "Dos buenos tipos" donde apreciamos el gusto de Black por las buddy films, en este caso, una pareja protagonista que nos recuerda a otras tan clásicas como Bud Spencer y Terrence Hill.
Y es que dicha pareja protagonista está formada por dos de los grandes actores (uno consagrado, el otro en proceso) del panorama internacional. Crowe, el tipo duro y Gosling, “el tipo”. Y quizá es llamativa la gran química que une a los dos personajes dentro de la pantalla y también nos resulte extraño ver a este dúo de actores haciendo comedia: si esto funciona es porque no es una comedia al uso, el humor no es lo esencial de la historia sino que se trata de una historia con trazas de humor en la que estos no son esenciales para la trama, pero sí se retroalimentan, la hacen más dinámica.
Cabe mencionar también la actuación de Angourie Rice, la niña australiana de quince años que al final es tan importante para la historia como el dúo protagonista, siendo quizá la cara noble del mismo.
Sin duda alguna, estamos ante un gran trabajo de dirección y de guion, pero también es muy destacable la ambientación, la dirección artística es impecable empezando por el opening con la ciudad de Los Ángeles al fondo y la tipografía de neón presentando al elenco, además de vestuario, música y todo tipo de decorados desde los coches al papel de la pared.
Mi única objeción no tiene nada que ver con la película: la he visto doblada al español y he de decir que me parece que no es un doblaje acertado, el personaje de Ryan Gosling, por ejemplo, se comunica muchas veces a través de interjecciones y con el doblaje pierde la espontaneidad y es algo que se nota, y se nota mucho.

Está claro que no estamos ante una mala película, eso para empezar, pero tampoco podría defender muy bien el por qué: supongo que el elenco de actores sea el responsable de que mis sensaciones no sean tan negativas, acompañado de un montaje bastante curioso. (Hablo de esto en los spoilers).
El problema aquí son los conceptos, son muchos y aunque intentan facilitarte su comprensión mediante comparaciones con cierta gracia todo se desvanece de tu mente a los cinco minutos, es un torrente de siglas continuo que al final no sabes de que están hablando y considero esto un fallo; no todos los que vamos a ver estas películas somos economistas en ciernes.
Bien es cierto que es un tema peliagudo, pero no fui solamente yo quien salió del cine con cierta sensación de no saber muy bien lo que me habían querido contar (aunque te dejan una frase aclaratoria al final de la película, una "moraleja" por decirlo de algún modo).
Todas las interpretaciones están correctas, pero personalmente destaco el trabajo de Christian Bale, que no descubro nada nuevo si digo que estamos ante un grandísimo actor.
En definitiva, es una gran apuesta, sí, pero estaría bien no pasarse media película intentado recordar que significaba cada concepto y teniendo que preguntarle a mi acompañante si se estaba enterando de algo (que, por cierto, tampoco).

Media hora de duración y tanto que decir.
Simplemente, lo mejor de todo es la breve aparición de David Hasselhoff y ese guiño a "El coche fantástico"; eso y la música/imagen pop ochentera, con una estética propia de una cinta VHS es lo único que se salva.
Me da pena que un conjunto de situaciones extravagantes se etiqueten de "humor absurdo" (que en potencia es eso, pero hay mucho más) y nos quedemos todos tan tranquilos; ¿no se ha aprendido nada de los Monty Python? es una pena.
Situaciones absurdas que no completan un argumento sin base, con una serie de guiños pretenciosos que se quedan en un intento humorístico de bajo calibre.