Aardman Animations presenta Arthur Christmas (8/10), que no es Wallace & Gromit, Chicken Run: Evasión en la Granja, ni ninguna proeza en stop-motion a las que nos tiene acostumbrados estos estudios, pero consigue asombrarnos desde el inicio hasta el final. Animación despreocupada y fresca, que no te dejará helado, más bien te cambiará la expresión facial con tendencia a la sorpresa risueña.

Comedia etílica de moderada graduación dónde el director británico recupera el tono de la crítica social alrededor del suburbio escocés, aromado de malta fermentada. Una cinta sin pretensiones, casi humilde, llena de ternura hacia los personajes: todos perdedores, todos perdidos, todos desamparados pero todos con alma e ingenio. Una vez más, Loach bebe a la salud de esa clase popular y advenediza que protagoniza siempre sus películas, con un humor a veces estrepitoso pero con un absoluto respeto hacia esta colectividad.

¿Es otra comedia romántica de Hollywood? Sí ¿Se les puede pedir más a Justin Timberlake y Mila Kunis? No. Esta comedia destilada no defraudará a quien quiera pasar una tarde de entretenimiento puro sin ningún ápice de sofisticación. Para quien busque algo más que un guión previsible, planos abiertos de New York o música pop del Top Ten actual, le recomendamos que cambie de sala de cine inminentemente.

Enmascarada originalmente como una película de ciencia ficción, en ‘Looper’ encontramos una cinta de acción con referencias tanto en el sci-fi como en el western, desde las armas que utilizan hasta los nombres de varios personajes principales: “Joe”, “Jesse”, o “Kid”. Algo nada novedoso si hablamos del director que impregnó de cine Noir el crimen de una adolescente en un instituto a través de su opera prima 'Brick'. ‘Looper’ es un thriller de ciencia ficción que no sólo satisface la pupila sino también el intelecto. El argumento de 'Looper' posee cualidades meditativas -con raíces que van tan atrás como ‘La Jetée’ (1962) y déjà vus estéticos que van más allá de ‘12 Monos’ (1995)- que hacen que el filme trascienda más allá de una inquietante y entretenida aventura, lo cual también es un valor añadido que está presente para todo aquel que desee aprovechar la gravedad y el loop de este filme entrópico.

Canino es una película demasiado arriesgada. No hay personajes con los que uno pueda identificarse, ni un intento de ganarse al espectador. Eso sí, es una bonita parábola de ritmo constante que nos explica cómo la sociedad puede contaminar los valores de cualquier ser humano pero a la vez como un núcleo familiar puede ser más opresivo que educativo. Positivamente, de vez en cuando te provocará una buena sonrisa, eso sí, un humor un poco "bizarro".