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Críticas de David Manuel
Críticas 5
Críticas ordenadas por utilidad
6
20 de noviembre de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos personas fueron ayer a ver la película de moda. Una Griffindor que ama el Universo de JKRowling, de las que rompe el papel de regalo y sigue esperando la carta de Hogwarts; y un Hufflepuff que ama el cine, combina azul y gris y mira al Mundo Mágico con a ratos nostalgia...

Y esque es esta una película de ratos. Un sumamente original guión a ratos nos cautiva, a ratos nos confunde. A ratos sólida como se pierde en los giros fáciles. A ratos magnificamente medida, a ratos nos saca más finales que el Retorno del Rey. A ratos nos hechiza con pequeñas maravillas, a ratos se pierde en la grandilocuencia.

Sin embargo hay cosas que son constantes durante toda la película. Las Bestias, los hechizos, en definitiva el Mundo Mágico del que muchos nos enamoramos hace años ya, ese mundo que nos hace volar cuando dejamos libre la imaginación. Un soberbio protagonista (Eddie Redmayne) con infinito carisma que nos lleva de la mano por los confines de su maleta acompañado de un más que correcto reparto. La atmósfera del Nueva York de principios de siglo. Ese toque tenebroso mezclado con humor...

Pudo la ilusión, al final: "Yo también quiero ser mago".
Ambos alumnos de Hogwarts, pudieron reír, emociomarse y soñar ayer en las butacas del cine con ser ellos los protagonistas de aquellas historias. Ambos alumnos recordaron ayer lo que es creer en la magia, que al final, como casi siempre, gana.
David Manuel
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10
7 de febrero de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Afuera nieva. El teatro está vacío. Hace tiempo que la obra se estrenó, pero seré beneficiado con un pase exclusivo. ¿Qué esperar? ¿Qué me encontraré? La noche huele a buena música, el silencio augura momento para el recuerdo... ¡Callemos! Las luces se atenúan y la obra va a comenzar.

El tenor rompe el silencio estridente, ronco, sólo. Su figura abarca todo el escenario. Su dolor rebosa el teatro. Su lamento duele en el corazón porque sus sentimientos no nos son ajenos: rencor, ira, envidia. Pero también amor, admiración, culto... ¿Cómo es posible? ¿Qué terrible historia esconden las frases solitarias que marcan estos primeros compases de duelo?

Entra la orquesta. Do mayor. Los violines nos introducen el tema principal, armónico, católico, sin fisuras llegando a lo forzado. Dominantes y tónicas se suceden en compases binarios mostrándonos la vida de un hombre corriente, trabajador y ambicioso; y su medrar hasta una cima mediocre.
Entonces entra en escena el segundo tenor. Éste no se parece nada al primero. Trae consigo dominantes secundarias y séptimas disminuídas. Es descarnado hasta lo salvaje, sutil hasta lo incomprendido, satírico hasta lo grosero. Su apariencia es vulgar, pero su música no lo es. Es un torrente de notas que se escuchan con el corazón y eclipsan todo lo demás.

Ambas voces entablan combate singular. Es un duelo de titanes que ilustra el choque de lo humano y lo divino, del genio contra el mediocre. Se rompen las barreras del género cinematográfico, se mezcla la realidad y la leyenda desdibujándose la línea que las separa. Se escandalizan historiadores y se sacan los colores a los puristas. La tonalidad se ha perdido. El arte total de Wagner ha llegado. El cine y la música forman una sóla carne.

Se suceden los actos y los temas. El segundo tenor está a otro nivel, pero el primero tiene a toda la orquesta de su lado. Las últimas progresiones anuncian la victoria del hombre sobre el genio. Y entonces sucede la magia.
El segundo tenor, derrotado, engañado y malherido nos regala una última aria. Un epitafio al mundo que no le mereció. Un canto que traspasa la pantalla y toca en el alma. Una música que me hizo amar a ese compositor como a ningún otro antes. Finalmente el genio ha vencido.

El primer tenor queda sólo en el escenario, pero los ecos celestiales del segundo no han dejado de oírse. La música de la obertura vuelve, pero ya conocemos su terrible verdad. El tenor corre de un lado para otro desquiciado, consciente de haber desechado la piedra angular. El telón cae y el silencio recupera su legítimo trono.

Consiente de haber presenciado CINE me recuestro tranquilo en la butaca. Ya es noche cerrada. Afuera nieva, el teatro está vacío.

Me ajusto al bufanda, me abrocho el abrigo y salgo del teatro. Leo restos de críticas vetustas hechas jirones en la basura del tiempo. "Un biopic debe estar escrito en italiano" , "No es un libreto realista para la ópera" , "Tiene demasiadas notas"...
Mediocres del mundo mundo, yo también os absuelvo.
David Manuel
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10
5 de marzo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Y si en el plazo de un año fueras a morir? ¿Y si tus días se contaran por decenas? ¿Y si te dijera que cada segundo que pierdes en vivir una vida que no te llena es un pétalo de rosa que cae irremediablemente en el olvido?

Dos casas de un vecindario cualquiera "Look closer..." (Mira más cerca) Dos familias, y una bolsa de supermercado "Look closer..." Personas infelices, resignadas, apáticas... Y una idea a punto de florecer en su mente y que terminará cambiando sus vidas. El planteamiento es clásico. Un aburrido mundo imperfecto es golpeado por el desorden perfecto personificado por un camello aficionado al VHS.

Hasta ahí nada fuera de lo común, ¿qué hace especial entonces a esta película? La respuesta está precisamente en lo cercano, en sus personajes que son tú y yo. Son cada una de las personas que en algún momento dejan de amar la vida y a sí mismos; que se dejan derrotar por el fracaso y abandonan; que acaban viviendo y muriendo por la vida que los demás esperan de ellos. La película es un maravilloso viaje en busca de su propia belleza, de sus propias rosas.

Mientras tanto, una banda sonora maravillosa nos acompaña a un mundo muy peculiar, donde en lo más normal florece lo más extraordinario. Donde los locos son los únicos cuerdos, las únicas normas son las propias y en los sueños está la verdadera realidad. Un mundo con aroma a hachís y a sudor, con sabor a ketchup para hamburguesa, luces de faros de coche, sonidos de rock y disparos; y tacto... Tacto de suaves caricias sobre la piel desnuda.

Nos enseña que podemos engañarnos con falsos aromas: riquezas, drogas, amigos interesados o éxito. Pero al final, la única respuesta a la pregunta sobre quiénes somos está dentro de nosotros. Sólo en nuestra propia naturaleza crecen los verdaderos rosales y sólo cuando los cuidamos y aceptamos podremos cogerlos, sangrar y disfrutar de la vida y de la muerte.
David Manuel
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9
11 de marzo de 2017
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Cuando era muy muy pequeño teníamos en casa un aparato que reproducía las cintas de la cámara de vídeo. Con él mi padre grabó "piratas" un gran número de clásicos Disney que forman parte de mi infancia. Recuerdo el sonido de las cintas al ser rebobinadas que entonces eran música para un niño con ganas de vivir las aventuras más extraordinarias en los reinos más lejanos.

Una de mis películas preferidas entonces comenzaba con la sombra de un mercader naciendo con el Sol y atravesando la lejana ciudad de Agrabah. En su esperpéntico puesto ambulante traía cacharros de cocina, baratijas decorativas, trastos y una historia. Una de las cuentos en mi opinión mejor narrados de toda la historia de la animación. Una película que cumple mis tres deseos.

El primero es la banda sonora, icónica como pocas, es protagonista en gran parte de la película. "La canción del genio", "Príncipe Alí", "Arabian Nights" y la maravillosa "Un mundo ideal" son melodías que fueron capaces de tocar los corazones de toda una generación y de marcar la diferencia en los Óscars.

El segundo es la animación, cuidada al detalle y llena de planos bellísimos. Lugares como la misteriosa Cueva de las Maravillas, el majestuosos palacio del Sultán, o las exóticas calles de Agrabah están diseñados con un mimo que sólo sabe conseguir Disney. En mi opinión esta es una de las claves del éxito del estudio californiano, no conformarse con hacer películas para niños y hacer verdadero cine.

Por último pero no menos importante sus personajes, en especial el genio. Robin Williams en la versión original y Josema Yuste en la versión en castellano se comen la pantalla por momentos y enganchan a pequeños y mayores. El resto de personajes por su parte sorprenden por su relativa profundidad. En particular esta película es de las primeras en cambiar el papel de la mujer. Jasmin no es un maniquí esperando a ser salvado sino una joven con inquietudes y sueños, que evoluciona durante la película.

En definitiva, esta película es una pequeña joyita para los amantes de la animación y sobre todo un clásico del cine infantil. Preparaos para viajar a la lejana Arabia, preparaos que llega el Gran Alí.
David Manuel
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8
20 de marzo de 2017
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Sol se alza perezosamente sobre las laderas, de fondo se oye música de pianola y disparos de un duelo cercano. El día comienza en Westworld. Dolores baja por las escaleras con un precioso vestido y se va a saludar a su padre. El aire huele renovado y se respiran las ganas de empezar a trabajar, una maravillosa mañana para volver descubrir que estás atrapada en un mundo ficticio. Tu vida no es más que un frío parque temático.

Cuando vemos una buena película de ciencia ficción esperamos que nos explote la cabeza, que nos haga preguntarnos en qué mundo vivimos. Cuando vemos una película de vaqueros esperamos aventuras, disparos, romance y diversión. Cuando vemos Westworld asistimos a una tragicomedia considerablemente bien tramada.

Por un lado tenemos una placentera cantidad de violencia y desmadre, pero que a su vez está muy bien hilada alrededor de una historia compleja. En ella descubriremos muy poco a poco el gran teatro del Oeste y sus misterios. Sus guionistas tratan de confundirnos desde el principio de la serie, de mantenernos en vilo, y lo consiguen no con estrambóticos giros de guión (O por lo menos no demasiados, es el precio a pagar en las series de TV). Nos dan todas y cada una de las piezas, pero lo hacen de una manera caótica. De esta manera hay momentos en los que parece que nada tiene sentido y sólo al final vemos ensamblado el puzle. Si bien no todas las líneas argumentales tienen el mismo interés las centrales son atrapantes: La búsqueda del centro del laberinto del hombre del sombrero negro, la desesperada huida hacia la realidad de Dolores y William y los misteriosos problemas que azotan el parque.

Una historia que no deja de servir como excusa para abordar varias preguntas filosóficas ¿Qué nos hace humanos? ¿Qué nos diferenciaría de unos robots programados por ordenador? ¿Tendrían derechos esos robots? ¿Merecen ser libres? ¿Qué es el bien y el mal? ¿Somos nosotros acaso más libres que ellos...? No nos equivoquemos, no lo hace con la poesía de Blade Runner sino de manera cruda y salvaje, perfecta para la tesitura en la que se mueve.

Mención aparte para Anthony Hopkins y Ed Harris, dos monstruos interpretativos que nos deleitan con sendas clases de cómo ejecutar un gran papel. El primero además en un personaje que recuerda mucho al Doctor Lecter más inteligente y controlador.

En definitiva nos hallamos ante una serie valiente y con carácter. Si bien no es perfecta, tiene todo para que los amantes de la ciencia ficción disfrutemos de ella. No sea tímido y coja el tren, puede que descubra quién es en realidad. ¿Será el héroe del sombrero blanco o el asesino del sombrero negro?
David Manuel
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