Haz click aquí para copiar la URL
España España · alicante
Críticas de cinema2016
1 2 3 4 >>
Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
4
18 de septiembre de 2018
29 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
A favor:

- Meritorio y digno de aplauso que una productora formada por 4 chicos jóvenes consiga sacar adelante, sin ningún tipo de ayudas, un largometraje.
- Lo que más destaca del mismo es su corrección técnica (fotografía, sonido). Una dirección de fotografía sencilla a la par que consecuente con la historia que se narra, con estilo y bien ejecutada (aunque se abuse sobremanera de los primeros planos, buscando cerrar espacios por la carencia de medios en producción).
- En el plano actoral, Blanca Parés se erige en protagonista absoluta, copando absolutamente todas las escenas del film.

En contra:

- La película se agota antes de la mitad. Los diálogos, las escenas, las situaciones, el (sufrido) viaje interior de Eva (la protagonista)… Todo se repite una y otra vez sin que haya un avance real.
- Su directora y guionista Carmen Blanco define Los amores cobardes” como una “película de emociones”. Sin embargo, la empatía para con los personajes, debido a su inacción y falta de química entre ellos, es más bien escasa. La película nos presenta a unos veinteañeros anclados en la adolescencia, tanto en sus anhelos amorosos, como en sus ideales de amistad, como en la manifestación de su ocio.
- El exiguo desarrollo y avance de la película (solo en los minutos finales, que nos llevan al inevitable desenlace) adolece de carencia de intensidad. A la espera de una catarsis que culmine la historia, todo avanza con el mismo nivel plano anterior. La película acaba, pero tal como se plantea podría seguir y seguir muchos minutos más, sin que siga pasando nada realmente.
- Apenas hay subtramas. Solo un par de personajes secundarios (la madre y la amiga) claramente arquetípicos y desaprovechados.
- Dirección de actores tipo teleserie, con poca modulación y expresividad en ciertos momentos, con tomas que se nota grabadas “a la primera”, aunque se hayan equivocado.
- Casting erróneo. Ignacio Montes no da el perfil de partenaire de Eva, y aunque su actuación es esforzada (como la de todo el elenco) es manifiestamente mejorable, quizá también en parte por las carencias antes comentadas en dirección de actores y por las limitaciones del guión y de la calidad de sus diálogos.

En resumen: una película pequeña, hecha desde dentro y que se agradece mucho de ver, que cuenta una historia sobre la amistad y los amores cobardes que no se atreven a emerger. Pero resulta ser demasiado poco para una hora y media de película, y escudarse en argumentos o tópicos como “película pequeña” “de sentimientos”, “cine de autor” o “historia intimista” no debería servir de coartada.
Nota global: 4 (sobre 10). A las puertas del aprobado.
cinema2016
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
4 de diciembre de 2016
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algún valor destaca en Gattaca, por encima de cualquier otra cosa, es el afán humano de superación y la fuerza de voluntad del individuo por intentar lograr su objetivo (en el caso que nos ocupa, viajar a las estrellas). Vincent- Jerome, el personaje protagonista encarnado por Ethan Hawke, es un chico concebido “por amor”, a la antigua usanza, sin atender a recombinaciones de ADN ni a doctas recomendaciones de médicos genetistas. Sobre la base de estas premisas tan científicas e impersonales se asienta la función de reproducción en el futuro, alterando y modificando los posibles defectos en los genes de los embriones para así poder obtener una selección de los mejores. Esto da pie a una nueva clase de racismo: el genético, que condena por nacimiento a los menos aptos, y les impide todo tipo de movilidad social a lo largo de sus vidas. Aunque también existe la frustración entre la casta de los elegidos, cuando algunos de los más válidos no consiguen las metas para las que se supone están predestinados (caso del personaje interpretado por Jude Law, cuyo demérito es haber logrado una medalla de plata y no un oro).
Gattaca es una obra escrita y narrada con muy buen pulso por el entonces debutante australiano Andrew Niccol, que venía de firmar el guión de la excelente El show de Truman de Peter Weir. Destaca el guión en Gattaca, precisamente, pero también y mucho sus decorados, el diseño de producción y el logro de su ambientación futurista, aséptica y efectiva gracias a la corrección en los encuadres y el aprovechamiento de las líneas rectas perdiéndose en la infinitud de la profundidad de campo, o la sensación de amplitud de los grandes espacios (recursos muy utilizados en la CF de los 70 y en muchas otras distopías). El planteamiento de base, desde el punto de vista argumental, no deja de ser tremendamente clásico: la injusticia social y la lucha por revertirla; aunque, en esta ocasión, la referencia viene directamente inspirada en la mejor literatura de CF de los años 60 (movimiento conocido como new wave o new thing), que se sirve de la parábola sociológica, política, antropológica, psicológica o humanista, entre otras corrientes, para denunciar unos hechos que nos acontecen en un presente de realidad muy inmediata.
Todo funciona en el film a la perfección, como el preciso y minucioso mecanismo de un reloj artesanal, en base a un libreto perfectamente construido y sabiamente ejecutado, incluyendo una voz en off que siempre está donde debe.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cinema2016
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
4 de diciembre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta obra, que data del año 1979, nos sitúa ya entonces “en un futuro no muy lejano”, donde se recrea el contexto de una civilización a la deriva, con todo su sistema de valores y conceptos universales en franca decadencia. Y aunque el tiempo y el lugar pretenden ser, de alguna manera, indeterminados, tampoco se disimula en ningún momento la iconografía de los escenarios de un país como Australia, algo visualmente novedoso dado lo poco presente y relevante de las producciones cinematográficas australianas en el panorama internacional de la época.
El escaso presupuesto con el que contó Mad Max, hizo que las inicialmente ambiciosas pretensiones de sus creadores de mostrar un mundo apocalíptico se quedaran a medio camino, optando por presentar una sociedad en crisis, en la que se intuye que el sistema y el orden sociales caminan hacia la quiebra, a un paso apenas de la barbarie. Con estas premisas, la película vino a quedar a caballo entre lo urbano y lo rural, y con el asfalto y las líneas blancas de la carretera sin fin siempre de por medio, como si de un protagonista más se tratara.
La brutalidad de algunos de sus fotogramas la hicieron acreedora de la calificación “S”, algo que, por otra parte, no fue obstáculo alguno para que la película triunfase en las pantallas de todo el mundo. Un jovencísimo Mel Gibson, afincado junto a sus padres y hermanos en la tierra de las Ántípodas desde los 12 años, había sido descubierto por George Miller, director del proyecto, en su película debut, Summer City. Poco podían imaginar ambos que, a partir de Mad Max, sus carreras empezarían a cotizar al alza, llegando a convertirse Gibson en una auténtica súperestrella de Hollywood no mucho tiempo después.
Si algo cabe destacar sobre todo, por encima de otros aspectos, es el mensaje que se nos transmite de que el futuro que nos aguarda es sombrío y crepuscular, teñido de gris asfalto y con olor a gasolina. Y es que en este mundo futurista, tanto los buenos como los malos, andan todos motorizados (las hordas de motoristas vandálicos sobre sus aparatosas motocicletas y, en contraposición directa, los policías en sus coches, incluyendo el flamante interceptor V8 de Max).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
cinema2016
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
27 de julio de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buena noticia que este tipo de proyecto, mirada independiente de un grupo de gente joven, salga a la luz, hay que felicitarse (y felicitarles) por ello. La película es fresca y ágil en general (salvo el tramo final, claramente agotada). Narra con mucho realismo, sobre todo desde el punto de vista visual, las experiencias de una joven catalana estudiante de arquitectura pasando unos meses de Erasmus en Berlín. Si bien esto es una virtud, a veces se torna un problema, ya que algunos de los planos dejan bastante que desear desde el punto de vista técnico. También hay que destacar a Elena Martín en su vertiente actoral, dado que construye (ella sola, 100% todo el mérito al autodirigirse) su perfil de personaje de una manera muy sólida y creíble. En el apartado de las objeciones, cabe hacer unas cuantas. Por un lado, la historia es extremadamente simple, es decir… No pasa nada. Tenemos al personaje de Julia y lo acompañamos por su periplo berlinés. El acompañamiento es bastante literal, por lo anteriormente comentado del estilo visual realista de la peli. Vemos que es un personaje algo errático e indeciso, pero cuesta empatizar con ella, ya que los supuestos problemas que la asolan (más allá de sus propias dudas existenciales), pues no parecen para tanto. Las conversaciones técnicas sobre arquitectura terminan cansando y no llevan a ningún sitio. Y los bandazos sentimentales de Julia no son nada especialmente original y que no se haya visto ya cien mil veces antes.
En conclusión, loable la apuesta y el intento, así como el proyecto en sí. Bien el realismo y Elena Martín, sacando adelante con mucha naturalidad su caracterización. Por contra, deficiencias técnicas, guión previsible y falto de que “pasen cosas y cuente algo”, más allá de la mera exposición del recorrido vital de Julia.
Comentar algo también de la versión en DVD editada por Cameo. Ahora que cada vez se venden menos formatos físicos (DVD, Blu ray, Cds, en el caso de la música), hay que incentivar su venta y fidelizar a los clientes que quedamos con buenos precios y ediciones cuidadas. Esto significa una buena presentación y una interesante y abundante selección de contenidos extra, para que sientas que te merece la pena invertir dinero en una pieza de colección, con entrevistas, making of, reportajes y demás que vienen a complementar la historia, el proyecto y ayudan a entender mejor la película. Bueno, he pagado 16 euros por este dvd y no lleva ni un solo extra: la película “pelada”, sin más. Éste no es el camino.
cinema2016
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
4 de diciembre de 2016
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El hombre que cayó a la Tierra es un interesante título de 1976, dirigido por Nicolas Roeg e interpretado por David Bowie, en el papel que supuso por aquel entonces su debut como actor en la gran pantalla. La película es una adaptación cinematográfica de la novela homónima de Walter Tevis.
Thomas Newton Howard (Bowie) es un extraterrestre de apariencia humana que llega a la Tierra. Gracias a sus avanzados conocimientos científicos y técnicos, consigue crear un emporio de empresas especializadas en el registro de patentes de invención (“empresas mundiales”), dirigidas en la línea de la investigación y el desarrollo (sobre todo de nuevas fuentes de energía). La intención de Thomas es regresar a su planeta junto con su familia, un planeta desértico castigado por una pertinaz sequía.
La historia es fascinante, sorprendente, conmovedora. Desde el principio hasta el final, Roeg intenta sumergirnos en un relato sin concesiones de cara a la galería, alejado de gratuitos espectáculos pirotécnicos y centrándose en el plano de los sentimientos, anhelos e introspecciones de los personajes. La interpretación del debutante Bowie es genial, amén de que el papel le va como anillo al dedo. Su caracterización alienígena, con o sin maquillaje, es sencillamente extraordinaria. El ritmo es premioso, sosegado, y las pretensiones del film no escapan a ciertas ínfulas. Adolece de un abuso reiterativo del elemento técnico del zoom (tan setentero, por otro lado), y en algunas ocasiones su montaje deslabazado puede resultar lisérgico y poco comprensible. Por otro lado, la fotografía y la factura técnica son de muy alto nivel, por encima de la media de otros productos de la época. El paisaje terrestre, en confrontación con los deseos alienígenas, así como la evocación del planeta de Bowie en recurrentes flashbacks, cobra protagonismo propio en la pantalla, convirtiéndose en una pieza más del engranaje escénico.
Por último, destacar que la película se centra, en buena parte, en relatar las miserias y envidias de la sociedad humana, así como de sus actores sociales; ni el propio Thomas, tan alienígena él, conseguirá abstraerse de la vorágine decadentista que le rodea, cayendo en vicios mundanos y prosaicos como el alcoholismo, y conociendo el sabor y la cara más amarga de conceptos tan humanos como la traición, la mentira o la falsedad. A pesar de un montaje algo arbitrario y heterodoxo –por momentos-, de algunas lagunas de guión, y de que la película decae en su interés allá por su tercio final, no deja de ser una auténtica joya de la ciencia ficción, injustamente olvidada y desconocida.
cinema2016
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
1 2 3 4 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow