Una película para un público selecto, estudiante o estudioso del noble arte cinematográfico; toda una lección de interpretación, de filmación, de dirección, de iluminación, de montaje, de guionización, y de cuantas más vertientes de la profesión cinematográfica puedan tener aquí cabida. Pero como yo soy un triste garrulo que lo único que pretendía era ver una buena película que me entretuviera/distrayera/divertiera/hicera pasar un buen rato, me he llevado una decepción tremenda. Y a mi colega Manolo, el de la ferretería, le ha pasado más o menos lo mismo.
Debe ser para gente que está a un nivel al que yo ni me acerco. Y para evitar pensamientos del tipo "¡qué atrevida es la ignorancia!", lo dejaré aquí.
Pero cuando mi colega Manolo me murmure lo de "Vaya truñazo, ¿no?" asentiré, con sincero, pero disimulado gesto, tan sólo perceptible para él, no vaya a ser que alguien más se percate de lo cateto que soy. Mi ignorancia carece incluso de la inesperada virtud de saber ver algo más allá en este peñazo, perdón, quería decir en este "pedazo" de film.
En otra vida, intentaré sacarme tres o cuatro carreras, aumentar mis sensibilidad artística en un dos millones por ciento, y volver a verla para poder opinar con conocimiento de causa.
P.D. Perdóname, Manolo. La próxima la eliges tú.

Calificar esta película como de serie B es hacer una injusticia con las películas de serie B. Esta es serie P, de Pastelón.
En su defensa sólo puedo alegar el reconocimiento por mi parte de las altísimas espectativas con las que me puse frente a ella. Quizás eso me hace ser un poco más duro, pero es que, de verdad, creo que es muy, muy, muy flojita. El argumento, aunque trillado, podría pasar, especialmente entre los incondicionales del género; los efectos especiales, salvables (buenos si hubiesen pertenecido a una película de hace quince, veinte o más años). El guión, hasta la mitad de la película, más o menos... medio decente, con una cierta coherencia que muchas veces se echa a faltar en este tipo de películas, pero desde la mitad en adelante, ridículo, rozando lo grotesco. Y el final sería cojonudo si lo hubiese ideado un niño de cinco años. Con uno de seis, para esbozar una sonrisa de complacencia. Con uno de siete... Bueno, un niño de siete ya no piensa una chorrada así.
Cualquier capítulo de Bob Esponja supera con creces la calidad de esta película. ¿He dicho cualquier capítulo?. Los créditos de Bob Esponja son suficientes.
Calificativo: Puaj!

Hay veces en las que las palabras, de tan gastadas, pierden su sentido. No hay nada más bello que un "te quiero", aunque de tanto usarlo, quede "ñoño" en un poema, en una canción. Pero cuando ese "te quiero" viene de la persona amada, sea pareja, padre, hijo... consigue emocionar. Puede que con Héroes pueda pasar igual, puede que a muchos la historia les resulte "trillada", puede que otros piensen que abusa de buscar la lágrima fácil... Y puede que tengan razón. Personalmente, he intentado acercarme a la película olvidando las veces que se pueda haber intentado algo similar, como bien apuntan mucha de las críticas aquí expuestas, y me ha parecido escuchar ese "te quiero" gastado, trillado, desposeído de todo su sentido... pero que ha logrado emocionarme hasta la médula, por que me ha parecido, sobre todo, enormemente sincero. Y porque a veces, el cine, el arte en general, no necesita tener que buscar excusas para tocarnos la fibra.
A veces es bueno tratar de innovar, de ir más allá, de transgredir, de aportar algo nuevo... de sorprender a tu pareja con una petición de mano en el aire, después de un salto en paracaídas. Pero otras veces, se agradece la sencillez, la calidez y la dulzura de un "te quiero" dicho con sinceridad. O de una película como Héroes.