El estudiante, para empezar, no es referencia del cine mexicano y si lo es pues es referencia del mal cine mexicano.
La película tiene de principio a fin esa hiperglucemia que según el director (Girault) era su clave del éxito. Nada más lejos de la realidad, a menos claro, que tu público potencial fuesen amas de casa y jóvenes cristianos. De igual manera tiene ese punto moral por obligación, ese punto moral de hacer un mundo mejor o políticamente correcto, al que le guste eso pos adelante.
El protagonista es un abuelito (Lavat) o un súper abuelito que encuentra o se junta con la gente más guay de la universidad (que al final son los más memos, al creerse la quijotesca historia de los molinos de azúcar)
Lo que sí resulta rescatable de esta cinta es el paseo turístico por la ciudad de Guanajuato, su universidad y principales lugares, esto genera cierta atmosfera que nos lleva a no rechazar el filme por completo y, hasta quedarnos con buen sabor de boca al final de la cinta a pesar de que nos demos cuenta de que hemos sido timados.
Pd: Lo más ridículo del film es ese estudiante tocando la guitarra en pleno pasillo de la universidad, eso sí fue el no va más

La historia de Ted Bundy de por sí es interesante, es el primer asesino serial. El director Matthew Bright asume la responsabilidad de no convertir una gran historia en un bodrio.
La trama es contada descarnando toda moral, lo cual se agradece dada la magnitud del asesino y de los hechos. Cuando se ilustran los asesinatos, todos muy parecidos, da la sensación de repetitividad durante toda la película. Sin embargo, el ritmo no decae. Ya al final de la historia la cinta se convierte casi en un documental; se echa de menos algún análisis de la conducta del asesino pero el director nunca quiso entrar en ese detalle, simplemente mostrar las crestomatías de lo ocurrido.
De igual forma muchos episodios biográficos no se cuentan o en su defecto, cuando se muestran ciertas situaciones en la vida de Bundy no se da mayor explicación. Tal vez esto entra en el derecho del guionista de hacer su versión libre lo cual es respetable.
En cualquier caso es una cinta muy respetable y una buena biografía del primer asesino en serie.

No voy a criticar este filme, pues la vi, y soy pecador por ello, aunque con algunos atenuantes:
1- La vi gratis (no merece pagar un duro este producto)
2- No la vi en el cine, a riesgo de ser el abuelo de la sala.
3- La vi un domingo de resaca, a Dios gracias es un entretenimiento que no mata ninguna neurona a diferencia del alcohol.
4- Las tías que salen podían estar un poquito más buenas, sugerencia.
5- Quiero ya, pero ya, el móvil de Mario Casas, el tío cae al agua y el móvil sigue sonando, es más, a sabiendas de esto, cuando suena lo vuelve a tirar al agua.
6- Se desperdicia una moto en el fondo del mar, es que ni en la España de F. González esto debe pasar.
En fin, es una película para la ESO y se debe respetar, el cine es para todo público. La verdad bajo ciertas circunstancias puede ser hasta entretenida

Andrea es una película deficiente por los cuatro costados, mal guión, efectos horrorosos, malas actuaciones, mala fotografía, en fin, no merece la pena destrozar esta cinta con fuertes críticas.
Debe tomarse en cuenta que es una producción de terror dominicana y debe ser vista con ojo amable, pero allí está el gran problema, justificar el mal cine por falta de presupuesto, por falta de infraestructura cultural, etc.
Tomando en cuenta que la narrativa de terror latinoamericana es excelente los directores de la zona podrían realizar grandes obras cinematográficas del genero, realizar historias basadas en cuentos de Rulfo, Borges o Quiroga. Que no tienen nada que envidiar a la narrativa de autores como Poe, Wilde o Lovecraft, con la diferencia de que en el caso de los últimos, muchas de sus obras han sido llevadas al cine con mucha dignidad y éxito.
En la cinta de Andrea se puede ver un querer y no poder por hacer buen cine, coloco la nota de 4 por la intención, al menos eso, de querer hacer algo respetable, aunque no se consigue.
Algún incondicional del terror, como es el caso de quien aquí escribe, podría ver esta producción como una mera cuestión cultural, sin apostar mucho, ciertamente, no todos los días se puede ver una cinta de terror dominicana.

Decía Locke que una gran cantidad de bienes podía otorgar una total impunidad, tal idea era comúnmente aceptable en el siglo XVIII. A día de hoy esta idea sigue presente y eso es lo que nos transmite con gran preocupación la opera prima de Plá.
Este largometraje nos podría parecer maniqueo o surrealista por momentos pero tristemente narra verdades, que tal vez adaptadas a un guión se presentan en clave de thriller.
La efímera moral de las autoridades, conjuntos de casas protegidas con máxima seguridad, la voz apagada de los poco pudientes, esa conspiración del silencio basada en un orden superior moral son elementos que, en mayor o menor medida, los habitantes de ciudades latinoamericanas hemos observado y/o vivido en algún momento.
La puesta en escena de esta historia, las actuaciones y el ritmo de la cinta son excelentes; salvo algunos errores de guión que no desmerecen en nada el producto total.
Muy recomendable