Al salir del cine de ver coco la sensación de todos era en general que habíamos visto una gran película de animación aunque poco habitual por el hecho de que se puede leer tanto desde una visión infantil, dandole un significado concreto, como por el lado adulto, otorgandole un significado dolorosamente distinto, y es que mientras que los niños ven una película disney en la que por una vez no hay princesitas (tampoco la protagonista es coco) llena de colores y con una historia con moralina, los adultos podemos leerla, al menos así lo hemos hecho los amigos que hoy hemos ido al cine y todos hemos salido con la lagrimilla, como un canto de amor a aquellos que padecen Alzheimer tal y como hizo en su momento el Drogas con su canción Cordones de mimbre. En este sentido, coco me ha recordado a la española Arrugas, que tampoco desmerece en un trato más adulto de la enfermedad.

Por otra parte se da la inusual circunstancia de que han respetado el doblaje mexicano para hacer la historia así más fiel al entorno, pero hay términos como albrije, que salen una y otra vez en la película y que, una vez comprobado en internet, poco tiene que ver con el significado totémico que se le da en coco.

Segunda pega: Por favor, en serio que hay que aguantar los 20 minutos del corto de Frozen primero?

Se quejan de la falta de multiculturalidad en las producciones Hollywoodianas y Guy Ritche, en este pastiche, parece querer subsanar él solito esta falta con cosas tan absurdas como un maestro de Kung Fu llamado Jorge en la corte de Camelot.

Creo que esta película le viene grande a Ritchie. Ya cansa lo que en películas como lock and Stock o incluso los Sherlock Holmes, era marca de la casa: Esos consabidos flashback con los personajes hacia atrás a toda velocidad para volver a explicarnos la historia poco a poco, a cámara lenta.
Por otra parte hay un momento en que Arturo va a caballo y suena una canción que pareciera más propia de Samcro que de la corte de Camelot con todo lo que ella comporta.
Lo mejor: Un Jude Law en estado de gracia que, solo con la mirada, sabe dar mal rollo.

Oro es una película con grandes actores pero también con actores fállidos, lo que hace que en algunos momentos la historia no resulte creíble. La ambientación y sobre todo la música engrandecen el resultado. El trío compuesto por Antonio Dechente, José Coronado y un Raúl Arévalo en estado de gracia, contrastan con el actor que interpreta al capitan de la expedición (desconozco su nombre) y con un Oscar Jaenada forzado en su forma de hablar y sobreactuado en algún momento.

Por lo demás nos encontramos ante una historia de aventuras mil veces contada: la de aquellos expedicionarios españoles que partieron de nuestra península para buscar la tierra del dorado. Poco tiene de original el relato de Perez Reverte, quizá por eso permanezca inedito, pero pese a todo, resulta un film cuando menos interesante.

Esto es lo que encontramos en una película plagada de actorazos como Samuel J. Jackson o Gary Oldman, sin embargo, un Ryan Reynolds y un Joaquin de Almeida muy planos y una Salma Hayeck sobreactuada tres pueblos hacen de esta road movie, de lo más previsible, una película más del montón. Ni siquiera L. Jackson diciendo Hijoputa tiene gracia. Alguna sonrisa, pero muy efimera.

A destacar las canciones de la banda sonora, aunque ninguna será esa que todos esperais por el trailer.

Dunkerke es una película bélica que bien podría haber sido rodada en los años cincuenta o sesenta y está llamada a convertirse en un clásico inmediato del cine. De hecho en ocasiones me ha recordado a "El día más largo",
Posee esa virtud de que pueda más la historia que las vísceras, cosa que se agradece, y todos los frentes abiertos acaban cerrados con una sobriedad pocas veces vistas en los últimos años. La banda sonora invade al espectador como uno más de los personajes y pese a haber poco diálogo la tensión se palpa gracias a la música y a las interpretaciones de los actores.