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España España · Bilbao
Críticas de kreonte
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Críticas 11
Críticas ordenadas por utilidad
6
1 de octubre de 2015
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una vez más Allen se despliega en un personaje canalla.
Porque Woody, entre tú y yo, sabemos que en el fondo te gustaría ser Irrational Man.
Abe Lucas es un profesor universitario borracho con fama de mujeriego, que cansado de filosofar vive en el nihilismo.
Ya no le aporta dar clases a su alumnado y siente que ha pensado y escrito libros y discursos que no han solucionado los problemas del ser humano. Está hueco, vacío y solo su petaca y sus pequeñas pajas mentales le permiten subsistir. Vive el bloqueo del escritor porque siente que se ha traicionado a sí mismo.

Pero en ese campus conoce a una alumna brillante y fruto de una conversación casual (o causal?) se desencadena una historia loca y divertida.

Es interesante como el personaje de Joaquin Phoenix va creciendo y cuanto menos se atormenta más se desequilibra. Es como si Allen nos indicara que a veces el canalla es un hombre de principios y moral, pero que la frontera al otro lado no es tan amplia. Un pequeño salto...y zas!!... te puedes convertir en ser amoral con tu propia moral.

En esta "dramedia" (situada entre el drama y la comedia) donde todo es pequeño, la historia discurre de manera divertida, ágil....pero una vez más sin grandes alardes te acaba divirtiendo.
Una vez más Woody en una historia de relaciones y triángulos encuentra aristas para entretenernos.
kreonte
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7
20 de octubre de 2015
11 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez un chico que se estaba haciendo una paja.....y de repente en cuestión de segundos la vida le cambió por completo. Creció con muchas dificultades, pero también en todo ese tiempo le creció la polla y pasó a convertirse para su desgracia en El rey de la Habana. De una Habana sumergida en la pobreza cultural, en el hambre, en la violencia, en el no ser amado y como no...también en la picaresca.

Si uno se queda en la superficialidad de este film de Agustí Villaronga pudiera reducir esta película a pajas, sexo crudo, poca sensualidad y muchos instintos primarios...pero nada más lejos de la realidad.
Estamos ante un film desgarrador que muestra el triángulo amoroso de tres personas que carecen de afecto y que no se sienten completas en sus vidas.
Cada uno por diferentes razones (que la película desgrana) busca en el fornicar, un paréntesis de placer, ya que la vida ha sido muy ingrata con ellos.

Buscan amar, sentirse queridos....pero nadie les enseñó en su vida a hacerlo, y creen que el sexo es la panacea a sus problemas. El director consigue que el sexo que envuelve a los personajes se convierta en ocasiones en pura decadencia y otras te permita sentir ternura por esos personajes.

Las relaciones interdependientes entre los personajes, el machismo cubano del que no se han podido desprender los hombres y las mujeres y la incapacidad de quererse a uno mismo posibilita el querer a la otra persona como un mero y simple objeto de placer. Todo se instrumentaliza y todo vale, pero por otro lado entiendes que con las vidas que les ha tocado vivir busquen en el sexo placentero dicho refugio. Más que cuestionar esas vidas uno puede llegar en ocasiones a comprenderlas.

Es una película donde los personajes tienen mucho peso. El triángulo amoroso tiene un cuarto personaje que es esa Habana triste y gris que no está llena de colores y de cánticos. Apenas se ve el sol en este film, porque los personajes no tienen luz en sus vidas y viven como ratas de alcantarilla en sus casas despedazadas. Villaronga nos muestra una Habana vestida de ron barato, casas destrozadas, y de un jineterismo muy fuerte.

Un film que si se degusta y se buscan las aristas de la película tiene mucha miga, pero hay que buscarlas.
Por último totalmente de acuerdo con que Yordanka Ariosa haya ganado el premio de mejor actriz en San Sebastián.
kreonte
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7
2 de noviembre de 2015
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cesc Gay nos sumerge en una historia de amistad, donde Julián (Ricardo Darin) y Tomás (Javier Cámara) después de varios años vuelven a verse. Esta vez para una despedida.
Julián aparece sólo en su casa y esperando a que alguien le ayude a tomar una dura y difícil decisión. Necesita el último empujón, aunque su decisión está bastante madurada. Una decisión que teme tanto, que ni su perro Truman la conoce.
Busca una familia para Truman, pero sobretodo busca un refugio para sí mismo.

Tomás,al contrario, necesita ser empujado por su mujer a visitar a su amigo porque le cuesta enfrentarse a una persona que quiere mucho, pero que tiene un cancer. De todos modos acude a acompañar a su amigo.
Julián respira al verle, porque a pesar de que se le acaba la vida, sabe que tiene al mejor compañero de viaje para vivir uno de los momentos más complicados: asumir la muerte.
Tomás va siendo testigo de los distintos cierres que su amigo necesita, a la vez que le confronta en ocasiones, pero desde un respeto y una escucha brutales.

Es en este viaje de 4 días donde conocemos más a los dos personajes y sobretodo el universo de Julián. Un universo lleno de agujeros negros y situaciones sin resolver.
Sin embargo vemos que existen taras y dificultades en ambos personajes.
Esos sentimientos atascados que no les permiten verbalizar todo lo que realmente sienten.
Lo que sucede es que a veces no tener el mejor discurso no es sinónimo de querer a alguien más. Los ojos de Tomás nos muestran que el silencio a veces también habla.

Cesc Gay acierta al contar una historia de la asunción de la muerte con una historia sencilla, pero que emociona porque sobre los personajes pesa y báscula todo el ritmo del film. Justo premio a los dos actores en el Zinemaldi de Donosti.
kreonte
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6
14 de octubre de 2015
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Reconozco que al ver que había ganado varios premios en Sundance me generó inquietud y tenía ganas de verla. Al visualizar el trailer seguía teniendo esa intención,pero no me parece desde mi punto de vista ser merecedora de ese premio.

Esta película de Alfonso Gómez-Rejón nos cuenta una historia sobre el cáncer desde el prisma de un chico de instituto que se siente cómodo en su invisibilidad y es obligado por su madre a acercarse a una chica que apenas conoce y tiene leucemia. Greg es un chico con una autoestima baja, pero que no le impide tener una visión de la vida diferente y que a medida que ella conoce le va atrapando. Su mejor amigo, Earl elTetitas, permite que Greg pueda tener un cómplice en su vida. Ellos filman a su estilo.... y aunque sus creaciones no sean obras de arte, son estas creaciones y ese atrevimiento la que le dan vida a Raquel y le permiten conocerle más.

Greg sin ser un personaje perturbado tiene muchos miedos, y tal vez pese a no tener cáncer, el sé siente en ocasiones enfermo, mientras que sus amigos Earl y Raquel son los que le salvan de ese estado catatónico en qué se encuentra.

El tema está bastante manido, pero el planteamiento del film (sin ser novedoso) es interesante. Tal vez los personajes no crecen lo esperado pero se agradece como están caricaturizados. Una historia entretenida que podría haber sido más brillante. Guión y música correctos con gotas de animación en algunos momentos del film que le dan frescura....pero me faltó un poco más de power en algunas escenas. La historia podría haber crecido más, pero en líneas generales es una película que merece la pena.
kreonte
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8
25 de octubre de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film que trata uno de los temas (abusos sexuales de los sacerdotes) más escabrosos para la Iglesia católica con un hiperrealismo desmesurado....pero totalmente grato para el espectador.
Un título muy sugerente, ya que dichos sacerdotes en vez de estar presos y condenados como el resto de los mortales por cometer este tipo de delitos, forman parte de El Club. Es la manera que tiene la Santa Sede de tapar los delitos sexuales de algunos curas y de esconder dichos casos en la sociedad.
Es una manera de tapar la mierda, pero sin limpiar la casa por dentro.

Larrain trata este asunto desde una óptica justa, sin ningún tipo de edulcorante y sin caer en el juego de mostrarnos los sucesos. Es algo que el espectador se imagina y que no necesita en ningún momento visualizar.
Por contra, nos muestra a los sacerdotes que han cometido esas violaciones hacia los más vulnerables (niños y niñas, mujeres...) y ese nulo arrepentimiento. Un grupo selecto de actores que logra impactarnos en esos primeros planos y que además de seres individuales actúa en grupo para sobreprotegerse y vivir en un estado de negación constante.
Mientras que el film nos muestra a un Roberto Farías (un niño qué sufrió una violacion) en un personaje (Sandokan) bestial. Su rostro y esa voz se encarnan en una de sus mejores interpretaciones.
La luz, la música, los rezos acompañan de manera adecuada a los personajes. Y ese paisaje marino que está cerca, pero al que el director apenas nos acerca. No vemos el horizonte del mar porque estos personajes están encerrados física y mentalmente y se oponen al arrepentimiento. No hay horizonte en dichas vidas, solo una falsa penitencia.
Una película directa a una de las heridas que tiene la Iglesia y que debería afrontar sin paliativos y con la dureza que se merece.
Por último la figura del Padre Garcia (Marcelo Alonso) nos muestra esa iglesia que quiere renovarse, pero que se queda a medias tintas.
En definitiva un peliculón. AMEN
kreonte
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