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España España · Bilbao
Voto de kreonte:
8
Drama Cuatro sacerdotes conviven en una retirada casa de un pueblo costero, bajo la mirada de Mónica, una monja cuidadora. Los curas están ahí para purgar sus pecados y hacer penitencia. La rutina y tranquilidad del lugar se rompe cuando llega un atormentado quinto sacerdote, y los huéspedes reviven el pasado que creían haber dejado atrás. (FILMAFFINITY)
25 de octubre de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film que trata uno de los temas (abusos sexuales de los sacerdotes) más escabrosos para la Iglesia católica con un hiperrealismo desmesurado....pero totalmente grato para el espectador.
Un título muy sugerente, ya que dichos sacerdotes en vez de estar presos y condenados como el resto de los mortales por cometer este tipo de delitos, forman parte de El Club. Es la manera que tiene la Santa Sede de tapar los delitos sexuales de algunos curas y de esconder dichos casos en la sociedad.
Es una manera de tapar la mierda, pero sin limpiar la casa por dentro.

Larrain trata este asunto desde una óptica justa, sin ningún tipo de edulcorante y sin caer en el juego de mostrarnos los sucesos. Es algo que el espectador se imagina y que no necesita en ningún momento visualizar.
Por contra, nos muestra a los sacerdotes que han cometido esas violaciones hacia los más vulnerables (niños y niñas, mujeres...) y ese nulo arrepentimiento. Un grupo selecto de actores que logra impactarnos en esos primeros planos y que además de seres individuales actúa en grupo para sobreprotegerse y vivir en un estado de negación constante.
Mientras que el film nos muestra a un Roberto Farías (un niño qué sufrió una violacion) en un personaje (Sandokan) bestial. Su rostro y esa voz se encarnan en una de sus mejores interpretaciones.
La luz, la música, los rezos acompañan de manera adecuada a los personajes. Y ese paisaje marino que está cerca, pero al que el director apenas nos acerca. No vemos el horizonte del mar porque estos personajes están encerrados física y mentalmente y se oponen al arrepentimiento. No hay horizonte en dichas vidas, solo una falsa penitencia.
Una película directa a una de las heridas que tiene la Iglesia y que debería afrontar sin paliativos y con la dureza que se merece.
Por último la figura del Padre Garcia (Marcelo Alonso) nos muestra esa iglesia que quiere renovarse, pero que se queda a medias tintas.
En definitiva un peliculón. AMEN
kreonte
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