Definitivamente Nolan es ese director capaz de hacer parecer compacta una película con fisuras. Y digo compacta al comprobar la efusividad en lo leído. Director elevado a los altares, eficaz, nunca realmente brillante.

Me gusta la crítica que dice: "Nolan se pasa media película explicando sus leyes..." Y es cierto, lo hace. Y lo reitera. Y lo adereza con sus habituales dosis de realismo complaciendo los estómagos más asustadizos del panorama cinéfilo actual. La película es un ejercicio constante visual que trampea con la misma facilidad que introduce ciertos tecnicismos para camuflar una trama que se toma sus propias licencias. Qué bonita es la ficción, qué bonito es partir de una idea en principio descabellada para vivir una aventura, y qué aburrido es comprobar más ego que pasión.

Y es que el 8,3 (hasta hoy) de media en Filmafinitty asusta tanto o más que el mal gusto que tiene la pareja de enamorados para crear su cárcel de hormigón. Asfaltemos las playas: se aparca mucho mejor.

La propuesta no es tan descabellada. ¿Se entiende "Carretera perdida"? A nivel de conjunto no es inconexa. ¿Convence? Parece que si te quedas en una posición intermedia has perdido.

A lo largo del tiempo he leído múltiples intentos de darle una explicación. La película está llena de simbología, y aunque suene irónico, personalmente de Lynch acepto su sentido más lúdico. Te atrapa y deja multitud de pasajes abiertos a la interpretación. Con lo que no es de extrañar que muchos se rasguen las vestiduras o simplemente le ignoren. Lynch, caprichoso él, se permite plasmar una historia minimizando cualquier tipo de convencionalismo. Aturde, perturba, horroriza (y no me refiero a un Robert Blake usando el maletín de la señorita Pepis, que, a veces, también), más que crear, da la sensación de estar constantemente desdibujando unos personajes, y en el cómputo global, hay una historia circular que podría pasar en décimas de segundo.