aquí contaré alguno de los errores de bulto que me parecen más reseñables:
I. Confundir el cloroplasto con uno de sus componentes: los “grana”
II. Confundir la respiración de las plantas con la fotosíntesis
III. Presentar, en la extinción del pérmico (250 m.a.), algunos dinosaurios estegosaurios y terópodos extintos, cuando son animales del triásico.

Un documental que nos sitúa ante la clásica pregunta que se suelen plantear las sociedades cuando una innovación acaece y transforma los medios de producción: ¿Es buena o es mala? ¿Debemos prohibirla, regularla o dejar que se desarrolle libremente? Esta misma pregunta se la ha planteado mucho gente con la aparición de la automatización industrial y de amplios campos del sector servicios y agrícola. La robotización es un hecho y, en su seno, alberga la capacidad de liberar al ser humano de la esclavitud del trabajo pero ¿Hay mayor esclavitud que vivir en la miseria porque un máquina ha ocupado tu puesto de trabajo?

Es, entonces, el sistema económico, no la tecnología, la que produce los efectos. La máquina, como el telar a vapor de finales del siglo XVIII y principios del XIX, no es más que un medio: el empresario textil propietario de la máquina podría haber decidido repartir los beneficios de la eficiencia aumentada de esta nueva máquina entre sus trabajadores y que, estos, con el mismo salario (o mejor) trabajaran menos, podría existir una ley estatal que así lo garantizase, pero esto no ocurre y no ocurre porque, sencillamente, este comportamiento no es premiado en el sistema económico en el cual vivimos.