De esta película pueden decirse muchas cosas, incluso que es mala, demasiado mala. Dos partes compondrán esta crítica que no se limitara a dilucidar si es mala o buena, más que a expresar una opinión como cualquiera de las otras miles aquí presentes, sea por intermedio de una crítica, sea por intermedio de darle estrellitas a la labor de Affleck.
En primer lugar, coincido con el malestar general provocado por la falsedad cuando se dice que la película se basa en hechos reales, porque claro, entiendo la cita ”basado en hechos reales” como un compromiso con la historia, una promesa que vale la pena honrar. Si usted ignora de qué forma manipula Argo la historia basta con unos minutos en el buscador local para sentirse traicionado, pues la historia no se tergiversa, menos aún en el ejercicio del entretenimiento.
Por otro lado, Argo muestra la experiencia de las emociones llevadas al límite. Lo logra, el escenario sumerge y tras pocos minutos estamos demasiado metidos en alguna de las situaciones que plantea, no pretendo extenderme pues la emoción o el sentimiento se causa con mayor facilidad desde un estímulo, tarea que se le facilita más a una imagen, a millones de imágenes reproducir, concluyo pues, Argo es una excelente película vista como cine; mas solo un ejercicio publicitario de gran valor, si se es estricto o justo con la historia.

El gran listón de una trilogía notable y la tranquilidad con que se retira luego de un trabajo digno. Puedo empezar de muchas maneras alguna descripción sobre la película, más siendo sincero, me cuesta hablar de alguna sin recurrir a su conjunto. Porque la trilogía es como un intrincado rompecabezas y cada película una pieza, individualmente consideradas cumplen con creces la labor para la cual fuerón concebidas, pero el conjunto, con este génesis como bandera es TERROR.

Es una película desgarradora y salvaje, que vuelve al punto de la humanidad. Somos pura humanidad criaturas y en el resto del reino animal, donde la obsesión sexual y el derecho de apareamiento se solucionan con una batalla, en este lado otra cosa da color y forma a las cosas, el amor. Que el amor genera los sentimientos más atípicos, hermosos e inesperados si. O si no, deténganse a mirar cumbres borrascosas, para mí, tanto el libro como la película son oda al amor, a la fuerza que tiene, a la relación del momento en el que se funde con singular soltura en la aceptación y la penosa devastación que genera su rechazo. En conclusión el trabajo de Arnold es bueno, hay que ver.

No tiene la magia. Esta el espectáculo, los personajes, el cachorro, el capitán pero le falta la chispa, el alma. Tiene sin lugar a dudas el espectáculo y el clímax pero no me parece justa con la serie. Éxito en taquilla, éxito en crítica, galardonada en todos los niveles, ocupa un lugar en el Edén fílmico y ya se aprobó trabajar en una secuela. ¿El misterio del Unicornio? Yo francamente me pregunto cuál. Lastimero intento de vanguardia, tentativa contenta y sonante, triste coloquio, fruto del mayor esfuerzo de dos directores instruidos abocados a la simpleza de lo convencional con toda la espectacularidad que rodea la película, porque siendo objetivos ¿Cuál era la fácil en este fallido intento de abordar un personaje como Tintín? Lo espectacular y sublime.

Vamos a ubicarnos por un instante en la excentricidad de la persona Luis Buñuel. Nacido en una familia burguesa, inicio su educación artística siendo aun joven, si me preguntan, la edad propicia y de máxima procreación, en donde las ideas en realidad echan raíces o mejor en donde las ideas se convierten en propósitos. Cosecho éxitos donde otros artistas solo han conseguido sátiras, en ese movedizo mundo onírico en donde toda, literalmente toda manifestación, camino o juicio se debe enteramente al genio. Sin mas, Archibaldo, seno de una familia burguesa entrega su niñez a los cuidados de una institutriz que velara por la educación y formación del pequeño. Esa mágica relación gira en torno a un contexto bélico que no se contenta con solo servir de papel o cuadro, de golpe la fuerza de ese contexto espontaneo elegido a pulso irrumpe en la película tras romper el cristal de una ventana adquiriendo forma de bala. Archibaldo ve morir su institutriz con cara y gestos de satisfacción, después de recibir un regalo mágico. En esta y las cuestiones morales subsiguientes en el film se encuentran espectadores enteramente fascinados, puedo adivinar que concluyen obra de un gran director la sencillez con que lleva a escena temas tan delicados y complejos, la naturalidad con la que mezcla emociones capaces de crear reacciones tan dispares como obra de un hilo invisible y terrible terriblemente sutil. Mientras el excéntrico Buñuel, garante de sus películas consciente de lo que viene saca de su bolsillo piedritas en busca de bostezos o desatenciones, empieza a perder un poco la paciencia, la piedrita se calienta en sus dedos, sale un poco antes de que el juez reproche justo el relato de Archibaldo y lo mande salir por otras obligaciones que merecen mayor atención, que aburrido se devolvió el pobre Buñuel a su casa, ahora en su mente hay otra imagen la de un publico maravillado que apenas parpadeo durante el metraje.