El honor ocupa un lugar central en la sociedad japonesa desde tiempo inmemorial. Si un samurai (o ronin, como el protagonista, que no es más que un samurai sin señor) pierde el honor por cualquier razón, tiene una manera de recuperarlo, practicando el harakiri. Con esta premisa, Kobayashi coge la idea del honor japonesa y la desmitifica, mostrándonos su realidad, que no es otra que el honor es algo absolutamente relativo, dado que los samuráis también son seres humanos. Hay comportamientos valientes, que aunque según el Bushido (una serie de preceptos que debe seguir todo samurai honorable) considere que son deshonrosos, son en realidad honrosos, pero, junto a este deshonor de los valientes, está el honor de los cobardes y mezquinos, que solo buscan mantener las apariencias. Llenarse la boca de honor no es el camino del guerrero si no correspondes tus palabras con comportamientos honorables.

Hay algo que me es imposible perdonar en esta película, y antes de hablar de eso, quiero dejar claro que me parece la mejor película de DC desde El Caballero Oscuro de Nolan (desde entonces han estado dando tumbos en una habitación oscura). Además, es un problema que me daría bastante más igual si esta película no hubiera sido proclamada como la Abanderada del Feminismo™.
El cine es ideología. Hollywood nos tiene acostumbrados a representar a EEUU como la gendarmería del mundo, concretamente a sus ciudadanOs blancos. Como estoy acostumbrado, soy capaz de más o menos ignorar esa ideología y disfrutar de la película. Lo que no tolero es que intenten hacer lo mismo, pero con una causa justa (el feminismo) como supuesta protagonista.
Por razones obvias, siempre se ha comparado a DC con Marvel y, en consecuencia, el DCEU se compara con el MCU. De momento, la victoria de Marvel es aplastante, eso no lo duda nadie. Logran entretener, gustar y embolsarse importantes sumas de dinero, el sueño de todo capitalista, aunque sus películas tengan grandes carencias (por poner un ejemplo, un vídeo de YouTube del canal de Every Frame A Painting explica el problema de sus bandas sonoras y de las bandas sonoras de los blockbusters en general*. Se llama The Marvel Symphonic Universe, y es muy interesante). Pero quiero fijarme en un aspecto comparativo en concreto: La lucha moral.
Marvel ni siquiera tiene que plantearse en serio esa batalla moral en la mayoría de sus películas (en algunas, como Capitán América: Civil War, sí, pero son la minoría). La mayoría de sus películas tienen la lucha contra Hydra como fondo. Hydra=Nazis. Nazis=Malos. Fin de la discusión, nadie en su sano juicio se lo va a plantear.
El problema es que DC ha intentado emular eso, pero en la I Guerra Mundial. Ahí el Alemanes=Malos no funciona tan bien, ni de lejos.
La I Guerra Mundial fue el estallido final de las tensiones en Europa que provocó el IMPERIALISMO. Los alemanes querían un imperio, los franceses y británicos querían conservar su imperio. No hay ningún Ares detrás de una facción en concreto, todo es achacable a la avaricia, y por tanto es muy difícil para mí creerme eso de que los alemanes tienen que ser derrotados para que haya paz (pero del Imperio Francés y del Imperio Británico, que estaban haciendo barbaridades en otras partes del mundo, de eso ni hablamos). Y lo que me resulta verdaderamente tóxico de todo esto es que ese bombón de ideología esté cubierto del chocolate del feminismo, de como se ha instrumentalizado una lucha social justa para venderte este ideario absolutamente deleznable. Y es que además intentan colarte que alemanes son los malos malísimos porque están creando un nuevo gas potentísimo capaz de corroer las máscaras de gas, pero, ¿acaso la Triple Entente no usó también armas químicas?

Vamos a hablar de Diana. Es una guerrera, inmortal, o al menos con un ritmo biológico muy inferior al de un humano normal. Vive en una sociedad enteramente compuesta por mujeres como ella, ha leído a los grandes filósofos griegos, ha leído incluso los doce tomos del Tratado sobre el Placer (o algo así). Y durante buena parte de la película se la presenta como una inocente niñita que no sabe nada. Atrapada en el cuerpo de una mujer muy atractiva, por supuesto. En última instancia, se convierte en un interés amoroso heterosexual (evoco la línea donde he dicho que vive en una sociedad enteramente compuesta por mujeres como ella. Mujeres griegas. En una isla. Creo haber leído algo acerca de una mujer griega llamada Safo en una isla conocida como Lesbos, pero no estoy seguro de por qué me acuerdo ahora de eso). En fin, para saber más de este tropo de representación de las mujeres como seres extremadamente inocentes que en la mayoría de los casos no son más que intereses sexuales del hombre protagonista (y normalmente su muerte o su puesta en peligro son lo que necesitaba el protagonista para actuar, quedando reducidas a muñecas de trapo con las que desarrollar el personaje del hombre), tropo del que ni Wonder Woman se libra, os recomiendo ver el video essay que realiza Pop Culture Detective en YouTube, llamado Born Sexy Yesterday. Es largo, pero muy recomendable.

Quiero dejar claro que mi problema no es con las intenciones de la película ni con la impronta positiva que vaya a dejar en un montón de niñas que por fin van a tener una superheroína en quien fijarse, o en las mujeres que vean como al fin empiezan a cobrar protagonismo en el cine de masas. Mi problema es con la ideología detrás de su guión, tanto con la ideología imperialista como con que te intenten colar su imperialismo disfrazándolo de feminismo. Ojalá esto no se repitiera, pero lo hará, por desgracia lo hará. Tenía bastantes ilusiones con Black Panther, pero ahora tengo más miedo que otra cosa.

*Incluido Wonder Woman, los temas de la banda sonora correspondientes a su estancia en Londres son clavaditos a la música del Sherlock Holmes de Guy Ritchie.

Se me plantea un debate sobre como actúo y me siento ante hechos históricos mínimamente comparables. He leído muy poco sobre la ocupación japonesa de Corea, pero lo suficiente para saber que fue terrible. ¿Por qué disfruto con Malditos Bastardos pero no con esta película? Supongo que mi incapacidad para posicionarme moralmente es también culpa de la propia película y no solo de mi desconocimiento.
Sin embargo, ha estado interesante ver como dirigen el género en Oriente y comprobar cómo de agotada está la creatividad en Occidente.

La nota es meramente un formalismo. Es una película a la que no puedo darle un número debido a lo desconcertado que estoy.

Un señor blanco, herrero en Francia, descubre de casualidad que es un noble y que tiene tierras en Jerusalén. El día de su llegada a dichas tierras, ve que son yermas, áridas, y que sus siervos son pobres y pasan hambre.
Lo primero que dice: Lo que no tenemos es agua
wow gracias Einstein
Acto seguido, se pone a cavar hasta que encuentran un acuífero, manda construir un pozo y a partir de ahí irriga todas sus tierras y las convierte en un vergel.
Ridley Scott quiere que me crea que los pueblos que llevan viviendo en esa región desde hace 2000 años no saben cavar un puto pozo, si no que tiene que venir un hombre blanco a explicárselo. Peor aún: Ridley Scott quiere que me crea que ese hombre blanco les enseña a los árabes las mismas técnicas de irrigación introducidas por los propios árabes en Europa a través de Ál-Andalus 400 años antes. Ridley Scott está muy equivocado, como de costumbre. El white saviourism es una narrativa muy común en Hollywood, pero nunca había visto algo tan salvaje como esto.

Saladino mola y la batalla de Jerusalén también, pero ya.