"El reino prohibido" no engaña a nadie con su propuesta de artes marciales y la presencia de un Jet Li y Jackie Chan dando suelta a sus acrobacias y coreografiadas peleas. De hecho el argumento, bastante pobre pese a las posibilidades que atesoraba, es una mera excusa para verlos en acción, franqueados por un Jason Tripitikas (Michael Angarano) que es en realidad el protagonista. Entretiene, aunque a veces los combates te parezcan un poco tontos, largos, con poca garra, y sobre todo, demasiado parecidos a los de "Tigre y Dragón". Yo la verdad es que no entiendo porque se empeñan en rodar estas gansadas en las que los luchadores vuelan y hacen esos brincos tan ridículos en vez de hacer una cosa seria en la que se vea un combate de verdad. A todo esto, el joven héroe americano está metido con calzador en este relato lo cual da muchos quebraderos al guionista que tiene que hacer que se entienda con ellos misteriosamente hablando inglés o aprendiendo artes marciales en un cursillo acelerado con secuencias copiadas a una de Van Damme, a "Kung Fu Panda" o a "Karate Kid".

Dicho lo cual la China que aparece en "El reino prohibido" no encandila pues a Rob Minkoff parece que sólo le interesa las artes marciales, y no lo hace porque dista de ser las china tradicional, o por lo menos, la que uno tiene en mente, que es la del chino de la marca de flanes Mandarín, la de las pagodas, los paisajes brumosos, los dragones, las religiones populares y las chicas con coquitos, sombrillas y esos trajecitos bordados que quedan tan bien. Y en parte, es esta, pero distorsionada. Sin ir más lejos se recurre a figuras de la religión tradicional china pero tergiversándolas a su gusto. Por ejemplo, hay un inmortal sin tener en cuenta que la figura del inmortal existe y son ocho, van siempre juntos, tienen poderes mágicos y unas características muy concretas, que no son para nada las de nuestro Lu Yan, que sólo pelea y bebe. Es que directamente pasan del folclore chino. Una decepción. Las que no decepcionan son las dos chinitas, Liu Yi Fei (Gorrión) y Li Bingbing (la bruja), una buena y otra mala. Mientras la veía me gustaba más la mala, pero luego no sabría decir. Eso sí, la primera es 14 años más joven y eso se nota (SPOILER).

Los creadores de esta serie creyeron que siguiendo la estela de la original telenovela colombiana de "Los Gavilanes" y poniendo en la pantalla a un trío de guapos y guapas tendrían bastante. A decir verdad, durante los primeros capítulos la cosa se aguanta pero a medida que se suceden las entregas las ideas se van acabando y en vez de darle un final honroso, cometieron la imprudencia de realizar una segunda temporada que acabó arruinando el resultado final de la serie, además, con un desenlace bastante lamentable. Dicho lo cual, el intento contaba con el inconveniente de ser un remake de una producción bastante conocida por lo que el planteamiento, que en su momento pudo ser innovador ya no nos sorprende, lo cual hace que la trama de estos "Gavilanes" nos resulte bastante previsible, además de forzada.

Confieso que aunque de las Elizondo, Lucía (Alicia Sanz) es la más guapa de las tres hermanas su personaje deja mucho que desear. A mi me gustaba más la del medio, Sara (Diana Palazón), especialmente por su personalidad. Ella y su relación con Óscar (Roger Berruezo) me hacían bastante gracia. Lástima que a medida que pasan los capítulos el personaje mute hasta el punto de hacerse casi irreconocible, perdiendo al final, gran parte de su atractivo.

Lo que prometía ser una serie de lo más entretenida en la que tendrían protagonismo no sólo los ángeles y los demonios sino todo tipo de seres infernales (vampiros, harpías, hombres-lobo, etc.), al poco de empezar comenzó a desinflarse. Los monstruos no aparecían y Valeria (Aura Garrido), la protagonista, tiene que conformarse con ser simplemente una especie de ángel de la guarda que se limita a aconsejar a aquellas personas necesitadas. Además si tenemos en cuenta que no hace muy bien su trabajo, tal vez porqué está más pendiente de un romance con bastante poca sustancia y otras historias menores, se entiende la decepción que causa la serie. Demasiado poco para lo que prometía.

Afortunadamente el plantel de los demonios resulta de lo más interesante, lo que a la postre hace grato el visionado de "Ángel o demonio". Creo incluso que hasta los propios creadores se dieron cuenta que los malos tenían mucho más tirón que los buenos y empezaron a darles más minutos. Todos, salvo quizás Alexia (Mar Saura) que era la más seria, son divertidísimos: Duna, la diablesa-niña (Carmen Sánchez. Por cierto, que niña más mona), que aunque supuestamente era la peor de todos y su jefa, era tan seria y tan malvada que no podía dejar de hacerte gracia, especialmente cuando aparentaba ser una niña buena; Iris, la diablesa del sexo (Carla Nieto. Por cierto, bastante guapa la chica. Asustado me tenía de que se la cargara Valeria), que parecía estar permanente excitada, lo que en muchas ocasiones era de lo más divertido; y sobre todo Graziel, el demonio burlón (Jorge Suquet). Sus bromas, su sentido del humor, su maldad y también su sexualidad a flor de piel, lo convertían en un auténtico show, sin duda, con el que más te ríes.

Desgraciadamente con "Ángel o demonio" sucedió lo mismo que otras series del mismo estilo: no saben como seguir. La cosa se va difuminando, se le da más protagonismo a los diablos, traen un "juguete" para estos, ¿Samanta? (guapísima la chica), pero sin saber que es lo que pretenden con ella. Vamos un lío. (SPOILER)

Vaya por delante que "Chantaje" tiene una de las secuencias de lo más terrorífico que he visto en muchos años (Spoiler). Y que además la historia, un tanto tonta, acaba sorprendiendo en su planteamiento. Ciertamente el espectador se huele de que hay algo detrás e incluso puede imaginar por donde van los tiros. Pero saber exactamente lo que es ya es más difícil y, por eso, el desenlace final es de lo mejor que tiene, hasta el punto de justificar algunas meteduras de pata que vas viendo a lo largo de la cinta y que desde esa óptica están justificadas.

Ahora bien, el resto de la cinta, salvo el desenlace, te suena un tanto absurdo. Básicamente te da la sensación de que Abby y, sobre todo, Neil, se entregan con demasiado facilidad. Siguen el juego que les propone Tom sin oponerse mínimamente. Ciertamente la amenaza es fuerte pero dudo mucho que, puestos en es esa situación, no reaccionaríamos con más violencia contra Tom.

Del resto de la película mejor comentarlo en el Spoiler para no desvelar cosas...

Andrew Adamson ha optado por seguir rodando "Las crónicas de Narnia" según el orden de publicación de las novelas. Si primero fue "El león, la brújula y el armario" ahora continúa la saga con "El príncipe Caspian". De este modo obvia el orden cronológico de las historias quizás por ser fiel a las publicaciones o porque las posibilidades de convertirlas en películas son mucho mayores que en los otros relatos.

No es que sea muy devoto de "Las Crónicas de Narnia" pero el texto es más rico, te aporta más que esta película. A parte de suprimir ciertas partes (y apostaría que añaden secuencias pues no las recuerdo), la cinta se alarga en exceso. Por momentos te resulta aburrida, hay quizás demasiados personajes y los niños están mucho más contenidos, en un segundo plano. Apenas se ve la evolución, su maduración o sus cambios psicológicos, de gran importancia en la novela.

Y es que hay historias que no son fáciles de adaptar en película. Esta a mí me lo parece porque no hay unidad de acción, sino que desarrolla durante buena parte con dos tramas paralelas entre Caspian y los cuatro hermanos. Y cuando por fin se encuentran hay cierta confusión, en un ir y venir, de un lado para otro, todo rodado con pesadez, con falta de intriga o intensidad. Además la saturación de monstruos, seres mágicos, batallas, magias tampoco aporta mucho.

Puestos a decir, uno que se ha leído toda la saga de "Crónicas de Narnia", de los cuatro hermanos, el más interesante a mi modo de ver es Susan. Y es precisamente en esta historia cuando se va confirmando que uno la haya escogido como favorita. Es verdad que en la película anterior el protagonismo se lo lleva Lucy y, quizás Edmund; y que en esta más bien se lo repartan Lucy y Peter, pero quien haya leído la saga entera, sabrá de que estoy hablando...