Siempre he sido un fanático de la ciencia-ficción, sobre todo de los llamados "space operas", así que cuando vi anunciada esta película, no dudé en ir al cine y verla.

El comienzo de la película es más que esperanzador: una atmósfera asfixiante, sensación continua de desamparo (bien encarnada por un más que correcto Dennis Quaid), un arranque ciertamente prometedor que plantea unas dudas iniciales que se convierten en el motor de la película. Sin poder llegar a comparar, desde Alien no se me presentaba una película con ese grado de intriga mezclada con una muy buena ambientación.

Al menos hasta la mitad del metraje.

Primero de todo, he de decir que me encantan los biopics: películas basadas en la vida de personajes históricos. Da igual la época que sean, siempre he tenido curiosidad por descubrir más acerca de personas que cambiaron la historia de la Humanidad, para bien o para mal. Y es curioso descubrir que la gran mayoría de personajes históricos no tenían grandes aptitudes, o eran especiales: simplemente estuvieron en el lugar y el momento adecuado... pero eso es otro tema, que quizás trate en un futuro.

El caso, y volviendo a lo que os comentaba, el miércoles fui a ver esta película. Principalmente porque el director es Clint Eastwood, de quien soy un absoluto y abnegado fan. Y es que una película de tito Clint es muy difícil que me decepcione... y por suerte esta no lo hizo.

La película se centra en la figura de John Edgar Hoover, fundador del FBI. Precisamente la película abarca todo ese trayecto "vital" de la vida de Hoover dentro de la agencia seguramente más famosa del mundo.

La factura de la película es impecable: planos muy sobrios y elegantes, alguna escena muy bien filmada (spoiler 1). A pesar de ser otra gran película de Clint y que a mi me ha gustado mucho, hay un aspecto que le resta un poco de brillo e impide que se pueda catalogar como una de las grandes películas de su filmografía... el guión.

El guión está bien. Ya está. Teniendo en cuenta el material que tenía entre manos, Eastwood se dedica únicamente a filmar una muy buena película, pero sin arriesgar ni echar un poco de valentía. A lo largo del metraje se tocan muchos puntos interesantes, pero que simplemente se nos muestran de una manera superficial, sin querer indagar en ellos (spoiler 2)

¿Que nos queda entonces? Pues una buena película, en la que se nos muestran los monstruos interiores que Hoover vivió durante toda su vida (spoiler 3), bien mostrados y resueltos como suele suele ser habitual en el director.

Pudo ser una obra maestra, pero se ha quedado en una gran película. No está nada mal por otro lado.

Gracias a Dios Eastwood nunca me decepciona... aunque esta vez se limite a cumplir expediente.

Cuando uno acaba de ver esta película, no puede evitar sonreír. Y no precisamente porque se trate de una comedia, de hecho la historia es un drama bastante común pero que no deja de ser fuerte. Pero no lloras, y si lo haces es de confort, de calidez en el corazón.

Clooney como siempre está excelente, logrando un personaje con el que empatizas al instante y gracias a sus expresiones (nunca llegando al histrionismo) nos regala más de una sonrisa. El resto de actores también están estupendos, con una mención especial a la niña que hace de hija pequeña: la relación con su padre dará algunos de los mejores momentos del film.

Un guión solvente, sin complicaciones, pero sólido. Y bien rodado, lo que hace que todo el film gane enteros.

Lo dicho, si no sonríes viendo ésta película es que no disfrutas de la vida.

Pocas veces me habían insistido tanto en que viera una película como ha ocurrido con la que hoy nos ocupa: La Noche del Cazador. Al menos una vez por semana algún mensaje por Facebook, correo o tweet me apremiaba a que la viese, pues se trataba de una de las obras cumbres de la historia del cine.

Desde un buen comienzo nos damos cuenta que estamos ante una película diferente, de esas que te hacen disfrutar a cada fotograma. Y es que precisamente en eso radica una de las armas más poderosas de la película (que no la única). En todos y cada uno de los planos, el trabajo de iluminación resulta sencillamente sobrecogedor, genial: el posicionamiento de las sombras, haciendo que estas formen parte del tiempo narrativo de la historia, es simplemente sublime. Algunas de las mejores escenas del film se sostienen únicamente en la iluminación.

Y es que esta atmósfera oscura y opresiva que impregna la película dirigida por Charles Laughton (por cierto, su única película) no sirve sino como apoyo al que es el tema central y enseñanza que podemos sacar de la película: hay que proteger a la infancia de una sociedad adulta marcada por la avaricia y el delirio.

Intentaré ser lo más neutral posible, ya que a mi, como gran seguidor de Marvel la película me encantó y disfruté como un auténtico enano xD (de hecho ya la he visto tres veces en el cine).

Si la gente va a ver la película por la acción, no le defraudará: hay acción a raudales. Prácticamente desde el principio se suceden las escenas frenéticas y hay muchos combates memorables. El montaje de las escenas están geniales (otra vez, no os perdáis la batalla final) y en ningún momento hay sensación de mareo o de perderse según que cosas.

En cuanto al guión... bueno, podría ser mejorable. Loki me resulta demasiado soso y en ningún momento da sensación de poner seriamente en apuros a nuestro grupo de superhéroes. Por otra parte hay algún que otro personajes que me parece algo desaprovechado.

Otro de los aciertos es el director. Nada más y nada menos que Josh Whedon. El tío sabe hacer cine del género fantástico y se nota mucho en la película. El listón para las próximas películas estará muy alto.

Son dos horas y media de diversión, y de risas. Sí, porque otra cosa que Whedon hace con maestría es dotar a la película de momentos y conversaciones con gran sentido del humor. Y es que en los mismos cómics podemos encontrar esas señas de identidad. Otro gran acierto de la película.