Un drama con premisa de ciencia ficción, que introduce una máquina capaz de volver a revivir nuestros recuerdos con todo lo que ello supone.
Para algunos puede suponer volver a una vida que han perdido, como en el caso de los pacientes de alzheimer, para otros volver a experiencias traumáticas para tratar de superarlas o hundirse en ellas, ya que la mente tiene mecanismos de defensa por una razón. En cualquier caso el ser humano se define por el conjunto de sus recuerdos y experiencias, tanto para bien como para mal.

Son los recuerdos los que forman nuestro carácter, nuestras fortalezas y debilidades, y son los que contienen nuestra identidad, ya que sin ellos, seríamos carcasas vacías a la deriva. Una interesante reflexión sobre la memoria.

"Es curioso como va la vida. Los años pasan y lentamente te encuentras definido no tanto por las cosas que haces, sino por las que no haces, y de algún modo acabas siendo lo que queda. Supongo que en parte, todos somos restos de sueños incumplidos."

Como serie de ciencia ficción es muy genérica y vulgar, cayendo en lugares comunes, resintiendo la falta de personalidad e ideas, dando la impresión de no saber hacia donde quiere ir, y siendo un entretenimiento fácil.

Su mayor problema está como adaptación del clásico literario de Aldous Huxley, ya que prácticamente elimina cualquier atisbo de reflexión y filosofía, las partes que hacían más grande a la novela, para ser plana, superficial y mostrar una complejidad psicológica más similar a la de un anuncio de perfume.

Ningún personaje está bien representando y cuesta mucho empatizar con alguno o interesarse con alguna de las situaciones bastante vistas ya y que no aportan nada. Como serie bastante flojita, muy superficial y nada innovadora, como adaptación, sencillamente terrible.

Una serie de ciencia ficción que bebe de géneros como el cyber-punk y el neo-noir y cuya estética visual está influenciada por obras como Blade Runner, Ghost in the shell y Metropolis entre otros.

Su argumento gira en torno al existencialismo tecnológico, en un futuro y universo en el que la conciencia humana puede trasladarse a un dispositivo, además de que los viajes espaciales son una realidad y las IAs autónomas conviven entre los humanos. Teniendo en cuenta las distintas implicaciones y posibilidades que permite, para reflexionar sobre la naturaleza humana, la muerte y la inmortalidad, la serie carece de cierta profundidad filosófica y acaba dejando una sensación de potencial poco aprovechado.

Sin embargo, tiene sus virtudes, personajes interesantes, y su entretenimiento no decae, por lo que puede estar bastante bien si no se ve con demasiadas expectativas.

Narra la historia de amor entre un hombre y una mujer.
Y lo hace a través de tres planteamientos, en el primero, la mujer sufre una grave enfermedad y el hombre, un científico, busca desesperadamente una cura para evitar perder a su amada, esto ocurriría en el mundo real. En el segundo, encontraríamos el mundo de la imaginación a través de un libro que la mujer escribe y pide que termine al hombre, dónde encontramos a un conquistador en la época de la inquisición que intenta hallar el árbol de la vida para salvar a su reina, y por último, tendríamos el mundo espiritual, dónde un hombre intenta salvar una estrella, según la creencia maya las estrellas también morían y al hacerlo estallaban y su explosión generaba nueva vida, lo cual sirve de metáfora al conjunto.
Ya que la reflexión de la película es sencilla, vivimos y morimos y por más que luchemos no podemos evitar este destino y los más afortunados aman, y la muerte de unos no es más que el comienzo para otros.

Una cinta de explotación sobre un subgénero muy concreto, el de un extraño que por el motivo que sea, está al límite de lo que puede soportar o que es un completo psicopata, y que en una situación vulgar y habitual acaba perdiendo los estribos por completo y cruzando su camino con alguien más o menos normal al que hace la vida imposible.

Esta película desmerece a este subgénero y no será recordada como otros ejemplos del mismo como “El diablo sobre ruedas” o “Un día de furia” ya que no está bien construida y le fallan demasiados elementos.
Quiere ir al grano muy pronto sin profundizar en ningún personaje ni mostrar ninguna situación de modo complejo, pero al mismo tiempo muestran lo suficiente para eliminar cualquier posible elemento sorpresa.
A partir de ahí el guion resulta profundamente inverosímil en casi todos sus aspectos lo que provoca el distanciamiento del film, tratándose más de exagerar la siguiente escena que tampoco se sostiene y encadenar una tras otra.

Russell Crowe, lejos de su mejor estado de forma y de propuestas realmente interesantes para su talento, es claramente lo mejor de la película por muchísima diferencia, lo único que hace que no sea una total pérdida de tiempo.