Allá por el Siglo V, Sun Tzu escribió el libro clave acerca de estrategia militar llamado "El arte de la guerra". Allá en 2002, el mejor director chino trajo la estilización visual de la guerra en forma de película, a la que decido llamarla "El arte de la guerra".

Zhang Yimou brinda al público la mayor representación artística de la violencia apoyándose en uno de los mejores diseños de producción de la historia del cine junto a "Barry Lyndon". La soberbia dirección acompañada de unos encuadres que te dejarán absortos en los 100 minutos de metraje. Yimou bebe grandes obras maestras asiáticas para estas películas, como del "Rashomon" de Kurosawa o el "Harakiri" de Kobayashi

Aunque el guión no es la gran cosa, Zhang Yimou se ayuda tanto del uso del color como de las increíbles coreografías en las magníficas escenas de lucha para contarte la historia de una manera sublime. El reparto está genial, tanto como el legendario Tony Leung, como Zhang Ziyi y Jet Li.

Hay gente que la compara con "Tigre y dragón" de Ang Lee, pero la obra de Zhang Yimou me parece bastante superior, más profunda, más bella y bastante mejor contada. Solo esperas nuevas escenas para romperte más aún la cabeza con lo que te pone en escena el director chino.

Por cierto, nunca había visto lluvias de flechas mejor dirigidas, ni "Braveheart" ni "El Señor de los Anillos".

En resumen, si quieres disfrutar, aprender a encuadrar, del uso del color y de la simetría y aprender de la historia de China a través de un realismo mágico hipnotizante, ésta es tu película.

En el cine negro clásico (género por el que doy la vida) hay una series de elementos orquestados en los que giran los argumentos de estas películas, uno de ellos es el de la femme fatale (arquetípico personaje que comparten con las screwball comedies, pero aquí su función no es humorística), y Fritz Lang, el genio Fritz Lang, nos explica claro y conciso como funcionan las femmes fatales.

Joan Bennett, increíble por cierto, es la clave de la verdadera historia de la obra del director alemán. Con un Edward G. Robinson fuera de sus papeles de tipo duro del cine negro (pero que más da, si el se sale como quiere), nos trae a un hombrecito maduro e ingenuo que impulsado por unos deseos lujuriosos hacia el personaje de Bennett va recorriendo una odisea hacia los infiernos y a sus propios demonios. Lo mejor es el final, de lo que es mejor no comentar nada y dejárselo a ustedes.

La puesta en escena, que siempre es el punto fuerte del genio alemán, es tremenda, impresionante, altamente expresionista y rodeado por una pesadilla fatalista marca de la casa del cine negro que ayuda cada vez más a que el espectador se vaya corrompiendo con el protagonista hasta sentirte sucio cuando acaba la película (a la par que maravillado ante semejante obra maestra)

Ikiru es una de las grandes películas, no sólo del maestro nipón, sino de la historia del cine. Soy un grandísimo fan de Akira Kurosawa, sus películas me acompañan siempre y me han ayudado, pero ninguna me ha marcado tanto como esta. Además esta película es una rara Avis en el periodo de los 50/60 de Kurosawa, ya que creo que es la única en la que no sale el siempre enorme Toshiro Mifune.

Kurosawa se ayuda de uno de sus grandes secundarios, Takashi Shimura (QUE PAPELÓN), para que protagoniza esta preciosa obra magna sobre la vida y como vivirla.

La puesta en escena, el guión, Shimura, la fotografía y cada uno de los personajes hace de esta la película más bonita de la historia del cine.

El punto fuerte de la película es que no hace alardes de nada, como con una modestia desmesurada y un temple tan grande en su narración te impacta más que ninguna otra y la hace una de las más grandes. El gris de la película, la cotidianidad en la que te sumerge, ya que todos tenemos vidas con esos toques grises.

Kurosawa te agarra por los hombros, y serio, pero de la mas amables de las maneras, te dice que hagas algo con tu vida, que vivir una vida sin vivirla está muerta. A Watanabe le tuvieron que avisar a raíz de un cáncer estomacal, pero el bueno de Akira nos da esta película como si fuera nuestra sentencia de muerte. Crea tu legado, ama a los tuyos, da todo el cariño que puedas, emborráchate y lo más importante de todo, vive. Para así, cuando nos llegue la hora podremos cantar con nuestra última sonrisa y nuestro último balanceo en un columpio "Que corta es la vida"

Si ya John Ford en "El hombre que mató a Liberty Valance" zanjó el western clásico, puso fin a sus días de gloria, sus shérif, su carisma y magnífica épica, Sam Peckinpah puso fin a los forajidos, la violencia, la sangre y a los antihéroes.

Peckinpah nos lleva a los últimos días del western, la civilización estaba llegando por la costa este, y junto a ella, las leyes, ya no hay tiempo para atracos y forajidos, ya no tienen sitio en este país.

Por eso, tras un soberbio tiroteo, tienen que estar en México. Peckinpah tiene que poner toda la acción fuera de los EE.UU. ya que esta banda de implacables forajidos no tiene cabida en un país civilizado (el reparto esta increíble, a destacar Ernest Borgnine y William Holden). El aire que rezuma en este western es realmente triste y oscuro, se ve constantemente en los ojos de Pike (William Holden) y en la escena inicial, donde esos niños (los nuevos días) empujan a unos alacranes (los forajidos) a las hormigas rojas dispuestas a aniquilarlos (las leyes), una metáfora sublime.

Los antihéroes más amorales de la historia del cine, porque pese a un grupo de personas de la peor calaña, el antagonista es incluso peor, el general Mapache.

Una historia de violencia con violencia se resuelve, ahí ese tiroteo final. Una dirección impecable acompañada del mas asombroso de los montajes. Las caídas a cámaras lentas, las caras de desesperación a ritmo de metralleta, los balazos tan sangrientos y descriptivos y el sudor en la cara de estos villanos del oeste mostrando su cansancio de esta vida de excesos y oros robados.

Sam Peckinpah soltó su ira, su amor, su desamor, sus deseos y sus inquietudes cinematográficas en esta obra maestra del cine ultraviolento, del western y del cine en general.

El western más oscuro de la historia.

Imprescindible, un 10. Gracias Sam, eres un genio.

Comento un detallito en spoiler.

Fargo es mi película preferida de unos de mis directores preferidos, los Coen. Ayer se la puse a mi pareja, que no la había visto y al verla de nuevo decidí ponerme a hablar un poco de esta obra maestra indiscutible.

Estamos entre Minnesota y Dakota del Norte, todo invadido por una nieve abundante típica de los estados fronterizos con Canadá, un escenario poco común en el cine que plasma sobre su terreno un film de carácter noir con toques de comedia negra.

Los Coen reinventan de nuevo los códigos del cine negro, como han hecho en obras anteriores como "Sangre Fácil" del 84 o "Muerte entre las flores" del 90 o en obras posteriores como "El gran Lebowski" del 98 o "El hombre que nunca estuvo allí" de 2001, historias disparatadas protagonizada por inútiles con unas dosis de humor negro que lo convierten en un género de cine alejado del noir o Neo-noir más común para parecer que tiene su propio género cinematográfico. Introducen una serie de personajes geniales característicos de los Coen, personajes de esa América profunda (cretinos, catetos y sanguijuelas), acostumbrados a desiertos de arena o nieve en este caso que tienen que recorrer millas para ver otra población.

El guión es perfecto, es maravilloso como Joel y Ethan plasman un mundo a través de un error mínimo por unos de los secuestradores mas torpes e inútiles de la historia del cine (a destacar don Steve Buscemi que deja el mejor papel de su carrera, una vergüenza que no lo nominaran siquiera).

William H. Macy esta espectacular como yerno mindundi y ni hablar de Frances McDormand interpretando a una policía única, embarazada, inteligente y adorable. La heroína de esta obra.

La fotografía de Roger Deakins es impresionante, como usa la blanca nieve como lienzo para pintar de sangre esta obra.

Sigo en spoiler comentando el final.