No le estoy haciendo un gran favor a este corto viéndolo más de 15 años tarde. La realidad es que el corto me gustó más de lo que la puntuación ajustada refleja, pero pierde en la comparación -injusta- con todo lo que fue viniendo después. 15 años donde he visto un montón de cortos y, claro está, la evolución de Pixar cinematográfica, y por lo que le exijo un poco más.

En cualquier caso, muy simpático.

El bajón definitivo, hasta el punto que esta tercera entrega, que forma parte de la trilogía, ha quedado como una especie de spin off que está fuera de las dos primeras entregas que gozaban de un gran nivel. En Trinity, hasta Wesley Snipes parece aburrido de Blade, y lo que antes eran inspiradísimas coreografías de acción, ahora se ven como película de acción trasnochada en un canal temático perdido.

Goyer no tiene nada de lo que vimos anteriormente, y desaprovecha el tono cómico que alcanzó la saga en aquella magnífica primera mitad de Blade II. Una película perezosa, aburrida, que a día de hoy estaría mejor borrada que como parte de esa sorpresa que es, todavía a día de hoy a pesar de haber pasado la veintena de años, la saga de Blade.

La mayoría del tiempo muy odiosa e insoportable, pero con algunos chispazos puntuales de Julián López que lleva el peso cómico de la película. Lo peor es sentir que desde el minuto uno, puedes adivinar toda la trama de la película. La pareja protagonista no acaba de tener la química que una película así exige, más por demérito de él que de ella. Una comedia romántica muy a la española, con caras demasiado reconocibles que invitan más al hastío y al "esto ya lo he visto" que a otra cosa. Pegas una patada y salen veinte como ésta.

Humor estático, planos sin alma, meros ojos de una historia que no interesa lo suficiente. Se hace larga.

Algo me falla con esta película y no sé muy bien qué puede ser. Zemeckis+Carell deberían haber dado algo mucho más atractivo, pero esta historia biográfica sobre un fotógrafo de muñecos no me caló en ningún momento. Parece que a Zemeckis le ha dado por ahondar todavía más en lo mundano. Por ejemplo, con The Walk de 2015 también de Zemeckis pensé: "¿Qué puede darme Zemeckis de una película sobre un funambulista?" para acabar encontrando una película más que interesante y divertida. Con Marwen me pregunté qué podría encontrar de Zemeckis sobre alguien que fotografía muñecos, y lo que me acabé encontrando fue exactamente lo que la pregunta inspira: nada interesante.

No sé qué pedirle a esta película, más allá de resultar demasiado larga y aburrida. Quizá le falta más comedia, con esa ternura que despiertan los personajes de Zemeckis, pero Marwen se ve forzada y olvidadiza. Tampoco considero que el trasfondo sea tan interesante como para bucear en él.

Es una película que a priori no dice mucho pero que está muy bien pensada y también plasmada en la pantalla. Smallfoot es una película entretenida ante todo, pero llena de momentos bastante memorables, o por lo menos a una altura superior a la que estamos acostumbrados en este tipo de producciones. Sin llegar a conseguir esa empatía buscada de Pixar, Smallfoot es una agradable sorpresa.

Son muchas las razones por las que uno quiere ver esta inspirada producción. La animación es más que correcta, los chascarrillos funcionan bien como chispazos y los momentos musicales no se hacen especialmente pesados o pastelosos. Kirkpatrick y Reisig mueven todo de una manera sencilla y amena, pero a la misma vez cargada de contenido.

Quizá es especialmente buena por pillarte por sorpresa, ya que hemos visto varias películas de animación en los últimos años muy dignas de ser olvidadas, pero sea por demérito de las demás o por méritos propios, Smallfoot me pareció una película muy redonda a la que sólo le faltó un poquito de ambición.