Mala es lo más benévolo que se puede decir a esta producción sin pies ni cabeza.
La película aguanta los primeros 20-25m, a partir de ahí un cúmulo de sin sentidos se van sucediendo sin ton ni son.
Diálogos estúpidos, secuencias que no pintan absolutamente nada, una trama vergonzante, secuencias de "acción" que dan risas, Fx para echarse a llorar. En definitiva una basura de cuidado.
No es recomendable ni para adolescentes, ni para jóvenes, ni para niños, ni para nadie.
Hay secuencias que te hacen sentir vergüenza ajena y decirte a ti mismo ¿pero cómo es posible que esto se esté emitiendo en una sala de cine?
Un bódrio de cuidado. Para huir de el. Y lo peor es que el final queda abierto. Con un par.

¿Qué decir ante semejante despropósito de película?
Aburrida, carente de atractivo, pesada, soporífera, mala, mala, mala.
Divida en partes El embalsamador, El transportador, y El dictador, la única que tiene algo de atractivo es la última, el resto mejor olvidar.
A través de estas tres historias, nos relata el periplo y recorrido que tuvo el cadáver de Eva Perón hasta su retorno a Argentina. Rodada con metraje de documental se intercalan tres historias que tratan de poner o exponer qué fue sucediendo con el cadáver de la presidenta Argentina.
Las dos primeras historias son aburridas, carentes de atractivo y pesadas, muy pesadas. La última se hace algo más llevadera por el tema y los diálogos que la acompañan.
En definitiva, no entiendo como películas así pueden optar a nada a absolutamente nada en un festival.
Lo único a lo que optan es a aburrir y hacer que una parte de la mañana se te haga eterna.

Para olvidar nada más salir del cine.
Remake que no llega a la altura de la original ni de lejos. Hay situaciones tan estúpidas que dan risa (o pena) ver en spoiler.
Secuencias previsibles y un final que te lo esperas. Personajes tópicos y desenlaces esperados en cada caso. Prácticamente nada sorprende y entretener, la verdad, bien poco. Falta de ritmo, acción de nivel B, y una historia simple.
Lamentable

Pablo Malo nos dirige en esta ocasión a una historia de esas que nunca deberían haber sucedido.
Una historia que se repitió demasiadas veces en Euskal Herria y que demuestra hasta que punto, los gobiernos, los estados, pueden actuar a la misma altura o incluso peor que aquellos a quienes persiguen y enfrentan.
La película en sí a nivel cinematográfico no llega a la altura de lo esperado.
Los actores en algunos casos no dan la talla y eso pesa y mucho en toda la película.
El guión muy centrado en relatar lo sucedido, le falta la garra que necesita para que semejante salvajada te atrape y te mantenga pegado.
Quizá la falta de presupuesto pueda ser la causa.
Es una película que se ve con el interés que tienen los propios acontecimientos (ya sabidos) pero que lamentablemente no aporta nada más, es una pena que con semejante historia no se haya podido hacer algo más digno.

Maravillosa película rodada en secuencias con la cámara fija en un solo plano a excepción de 3 paneos y un plano de grúa que deja absolutamente pegado a la pantalla.
Buena parte de este logro viene debido a los diálogos y la narración que atrapan sin lugar a dudas.
Reflexiones sobre la religión vistas a través de una familia ultracatólica y fanática que llevan a su propia hija a vivir un calvario sin precedentes.
Desde la primera secuencia en donde se nos presenta una charla por parte de un sacerdote a un grupo de jóvenes que próximamente van a recibir la confirmación, hasta la penúltima secuencia en donde la fanática madre reflexiona sobre lo sucedido a su hija, vamos viviendo una sucesión de acontecimientos que relatan el fanatismo y el daño que hace la religión, la maldita religión a muchas personas.
Una película para ver y reflexionar sin duda alguna.