Después de probar el género western sin mucha fortuna, esperaba encontrar algo diferente en el spaghetti-western y parece que así ha sido.

Tras unos brillantes títulos de crédito iniciales (sorprendentes para ser de 1966), la película comienza con una secuencia en la que no se pronuncia ni una sola palabra en los primeros diez minutos, sin embargo, no da la sensación de que dure tanto toda la escena. Leone consigue tener pegado al espectador en el sillón hasta que él lo desee. Eso es spaghetti-western: oler el sudor, ver las espinillas, escuchar la respiración e incluso sacarle los mocos a los primeros planos en los que podemos observar a golpe microscópico cada uno de los personajes.

De todos es sabido que Morricone es un genio, y aquí lo vuelve a demostrar una vez con una banda sonora que todos hemos silbado en más de una ocasión. No sólo la canción principal hace gala de lo grande que es Morricone, las piezas más emocionantes son las menos conocidas: los coros, armónicas y violines, en la secuencia en la que “el malo” intenta conseguir cierta información, recorren nuestras venas como la heroína.

Los personajes están grandiosos, salvo Clint que con su inexpresividad no consigue más que fotos de su cara en movimiento. Menos mal que “el malo” y “el feo” actúan por él y hacen que pueda mover ficha en el celuloide.

El guión a pesar de ser bastante simple, crea diferentes situaciones que hacen que la película no se haga excesivamente aburrida, aunque quizás es un poco extensa en metraje y un buen recorte hubiera dado más ritmo.

Lo que más me ha gustado han sido todos estos momentos puntuales (primeros planos, música, algunas secuencias...), pero el conjunto se me ha hecho un poco empalagoso y unas cuantas veces he tenido que mover el culo del sillón y respirar hondo para ponerme cómodo.

Una nota para acabar: soberbios los minutos finales de la película.

Nota: 6,5

Arrebato tiene aroma a corto, pero demasiado largo.

Empieza muy bien. Esa atmósfera con sonidos cargantes y agonizantes que usa a modo de banda sonora, te atraen y te absorben. Todo parece presagiar que nos vamos a encontrar ante una gran película. Pero poco a poco todo eso se acaba haciendo bastante pesado y se va diluyendo hasta que llegas a desear que termine.

Muchas veces la voz en off no se entiende bien y junto con la diminuta historia contada, acaba por convertirse en una agonía personal.

El último tramo de la película levanta un poco el vuelo que estaba ya algo bajo como para apuntar arriba. Es una pena… en este aspecto me recordó a “Persona”, con momentos muy buenos y otros que hacen que decaiga en exceso.

Posiblemente vuelva a verla.

El fotograma final, me encanta.

Nota: 6

Permitidme que escriba estas líneas de un modo más personal que crítico.

30 de Julio: preestreno de WALL•E en España.
Inicio de la película: 20:00h Kinépolis Madrid
Hora de llegada al cine: 18:00h
Apertura de puertas: 19:30h (y un servidor estrena la sala en el centro absoluto de la misma).
Predisposición: plantarle una matrícula de honor.

Son muchas las ilusiones que puse en esta película. Demasiadas quizás. Parte de la culpa la tiene el que sea un auténtico fanático de WALL•E (como robot) desde que le vi hace casi un año en los trailers, las imágenes, los pequeños vídeos... incluso construí un muñequito de papel de WALL•E para que me hiciera compañía. Sin duda me había enamorado de él y por esa razón, también quería enamorarme de la película.

Pero no ocurrió.

¿Por qué? Porque son dos películas distintas y se cuentan dos historias distintas.
- Una es una historia de amor entre WALL•E y EVA, y eso mis queridos amigos, es para lo que quería ver la película, para enamorarme de la simpatía de WALL•E a pantalla completa. Cumplió lo que prometía y lo que me prometía a mí mismo. Es un 10 absoluto. Es maravillosa, encantadora, tierna y conmovedora. Una auténtica obra de arte.
- En la otra trata de unos humanos gordos y apoltronados en tumbonas que han huido de la Tierra porque estaba llena de basura (..........) sin embargo, esta parte no es nada del otro mundo, más bien es tirando a floja y el problema es que todo lo que no sea la magia WALL•E y su historia de amor, resulta sobrante y ensucia la esencia misma de la película.

Hoy, día 31 de Julio, estoy un poco deprimido porque después de toda la ilusión y nerviosismo que derroché ayer, tengo una sensación agridulce de lo que pudo haber sido y no fue. De que una película, la que más deseas ver, pudiera estar hecha y preconcebida para ser perfecta y no fuera completamente así.
Pero quiero ser positivo y quedarme solo con una de las dos historias que se cuentan. Con la auténtica. Con la única que debió haber sido....

Lo tengo claro. Me quedo con WALL•E ... ¿y vosotros?

Esta es la primera película de los hermanos Marx y no ha empezado con muy buen pie. Groucho es un auténtico crack, eso es innegable, y sus chistes son inteligentes, originales y divertidos... pero aunque en varias ocasiones me reí, el guión de la película flojea por muchos sitios, haciéndose largas las partes de ópera cantadas y las interpretaciones de los otros 2 hermanos Marx.

Un globo que se desinfla y que sólo mantiene medio hinchado Mister Groucho.

Nota: 5,5

Menuda decepción. Sin bien es cierto que tenía ganas de verla (ese Principito de Bel Air jugando al golf sobre un caza en una ciudad desierta, prometía mucho en el trailer), también tenía "miedo" de llevarme el mismo chasco que con "Indepence Day"... y así ha sido.
Es un globo dorado. Precioso por fuera y sin embargo hueco y vacío.
Los elementos están demasiado remarcados para llamar la atención. Los mensajes con moraleja tienen tufillo y los detalles que se van perfilando a lo largo de la peli, están incrustados únicamente para saciar a un espectador poco exigente, que admitámoslo... es la mayoría de los que pasan por caja.
Los efectos especiales no están a la altura de lo que hoy en día se debería de hacer (que alguien no me niegue que ese león parecía salido de Jumanji (1995!!))
Los zombies escaladores, no parecen sufrir de ninguna mutación creíble (como sí que lo consiguen los de "28 días después"), más bien parecen ser los hijos del malo de "Blade 2".
La música es simple y sin fondo, no transmite ninguna emoción, sólo acompaña a la imagen.

Un producto que cumple las expectativas de las masas, pero no a los que buscaban en "Soy leyenda" algo diferente.