Hacía tiempo que no lograba ver una película que me llegará a sorprender tanto como lo ha hecho “Vivarium”. El director novel Lorcan Finnegan nos introduce en un mundo angustioso y claustrofóbico que maneja con gran soltura. La cinta llega en unos momentos en los que la sociedad mundial vive convulsa con los estragos que está causando la aparición del virus Covid-19 con el que claramente nos está demostrando que cerca nos hallamos de la delgada línea que separa la ficción de la realidad.
Una pareja Gemma (Imogen Poots) y Tom (Jesse Eisenberg) se muestran deseosos por encontrar una casa que satisfaga su ansiada convivencia.
Cuando creen haberla encontrado se darán cuenta de que su mundo a partir de ese momento no será nada parecido a lo que habían soñado.
El extraño gestor inmobiliario que les conduce a una urbanización formada por unas vías y casas donde todas son iguales les ofrece visitar el piso piloto y en un descuido desaparece dejando a la pareja a merced de vivir su peor pesadilla.
Intentando hallar una salida se verán perdidos en una laberíntica urbanización en la que siempre volverán al punto de partida.
Su director ofrece una cinta original y que a pesar de su transcurso lento y de contar con pocos actores en el reparto es capaz de crear una sensación de claustrofobia continua que hace agitarse al espectador en su butaca.
A pesar de no ser un fan incondicional del actor Jesse Eisenberg, todo lo contrario es de los que tengo apuntados en mi lista negra, aquí hace un papel que sin duda personalmente es el mejor que ha ofrecido hasta la fecha.
Para pasar el rato, o más bien un mal rato los aficionados a este tipo de historias raras y que mantienen el aliciente de saber cómo terminará todo no se verán defraudados.

Rian Johnson vuelve al género de misterio después de la buena acogida que tuvo con “Brick” (2005). Esta vez lo hace para adaptar una novela de Agatha Christie montando una cinta que recuerda mucho al popular juego detectivesco Cluedo.
Con un reparto de lujo y en el que nos encontramos a un Chris Evans en un rol muy distinto al que le hemos estado viendo como Capitán Ámerica.
Jamie Lee Curtis como siempre espléndida, en un papel ácido como Linda Drysdale, hija mayor de Harlan Thrombey (Christopher Plummer) el famoso novelista que muere misteriosamente.
Agradable la aportación del joven Jaeden Martell, el Bill Denbrough de “It”, el cual está aprendiendo a crecer.
Ana de Armas, especialmente brillante llevando el peso del argumento como doncella de Harlan.
Daniel Craig, abandona su personaje de Bond para encarnar al detective Benoit Blanc, encargado de resolver el crimen.
La película está montada como un gran puzzle de misterio en el que todos los familiares de Harlan son sospechosos.
El argumento es el clásico de este tipo de películas en el que hay que estar muy atento a las pistas, los diálogos, los detalles y a los giros continuos de guión para no perderse en el entramado.
A pesar de ello Rian Johnson que hace las veces de guionista se ha preocupado muy bien en explicar la situación de cada uno de los familiares.
En definitiva, un buen entretenimiento en la línea de otras del género y que se agradece después de los últimos fiascos como “Asesinato en el Orient Express” o “La Casa torcida”.

Nada nuevo en el panorama, una más de Gerard Butler, que repite otra vez un rol que ha heredado del mejor Sly y no parece que vaya a soltarlo ya.
Se repiten cliches típicos de este tipo de películas de acción en las que asistimos al súper guardaespaldas del Presidente de EEUU.
Casi resaltaría el último tercio del metraje donde se resuelve con grandes dosis de acción bien resueltas y en el que destacaría la pequeña contribución de Nick Nolte, un veterano de Hollywood, que en el papel de padre de Butler nos ofrece las secuencias más hilarantes y jocosas.
Su director Ric Roman Waugh ya ha demostrado con sus anteriores trabajos el gusto por el cine de acción, destacando “El Mensajero” (2013) con Dwayne “La Roca”, o los dramas carcelarios “Criminal” (2008) y “Maestro del crimen” (2017).
Como nota curiosa diría que sus primeros papeles en el cine los comenzó en los 80 como doble de películas, entre ellas “Soldado Universal” (1992) “El Último gran héroe” (1993) o “El Cuervo” (1994) , y después de sus trabajos como actor ha adquirido el rol de guionista y director.

Con “6 En la sombra” diría que Michael Bay es más Michael Bay que nunca. Copiando el esquema iniciado por “Misión Imposible” no se aleja ni un ápice de las cintas protagonizadas por el incombustible Tom Cruise. Con algunas escenas de acción muy bien logradas y con un Ryan Reynolds a la altura de sus últimas cintas “Deadpool” o “El Otro guardaespaldas” puede ser suficiente para mantenernos entretenidos las 2 horas de duración.
A estas alturas no podemos pedirle más a un Bay que nunca ha sido un perfeccionista en el apartado del guion de sus películas. Sin embargo, sí que ha ofrecido un festival de explosiones y acción que es donde se encuentra como pez en el agua.
En definitiva nos encontramos con una buena opción para disfrutar en plan familiar para agarrarnos al bol de palomitas y dar buena cuenta de ellas viendo un impresionante espectáculo a nivel visual y sonoro.

Sobre “Haunt” lo primero que se me ocurre decir es que esto ya lo he visto antes. Sin ir más lejos “Hell Fest”, no hace tanto nos proponía un argumento de gran parecido donde un grupo de jóvenes acudían a un parque de atracciones con fatales consecuencias para ellos.
El aliciente de “Haunt” era que nos podían ofrecer los guionistas de la sorprendente en “Un lugar tranquilo” que ahora hacían el papel de directores.
En su contra podemos decir que no innovan dentro del género. Tan solo se han dedicado a reunir un batiburrillo de títulos a copiar. Un poco de “La Matanza de Texas” por aquí, algo de “La Casa de los 1.000 cadáveres” por allá y unas pinceladas de “The Collector” para terminar.
A su favor nos queda el ambiente tétrico y raruno que mejoran con el suspense mantenido con el que han cargado a la cinta. Esto mantiene al espectador atento hasta ver cómo se resuelve.
También se han esmerado en que las muertes sean bastante espectaculares, lo que alegrará al público más morboso y ávido de sangre.
Ayuda bastante que desde el comienzo la película vaya al grano y la acción no se hace esperar cuando un grupo de jóvenes deciden celebrar la noche de Halloween en un parque de atracciones gobernado por una serie de payasos enmascarados que van a poner a prueba la psicología y el ingenio del grupo. Queda evidente el compromiso del elenco de actores jóvenes que evitan que todo se vaya al traste y así redondear una historia que había tenido un buen comienzo y parecía estancarse en lo obvio.
En definitiva si disfrutaste con las películas reseñadas al principio de mi crítica seguro que “Haunt” no te defraudará.