Agradecida comedia española que tiene como referencia indirecta el tipo de humor televisivo de programas como ¡Vaya semanita! y similares.

La historia se deja ver bien, con un más que acertado reparto y gracias a los acertados insertos explicativos, a modo de documental de animales, que resultan muy graciosos. El ritmo no decae demasiado aunque por desgracia la relación entre la madre y el vecino fotógrafo no esta del todo aprovechada.

Por lo demás Gorka Otxoa resulta realmente acertado como el típico amigo gracioso de la chica guapa sin posibilidad de llegar a ser algo más; y la argentina Sabrina Garciarena llena la pantalla de frescura y encanto como la deseada ambición del protagonista.

En resumidas cuentas, una más que decente comedia española que se diferencia de la mayoría de burdos y similares productos que llenan las carteleras, por su bien llevado guión y por el inteligente uso de los recursos narrativos sin necesidad de recurrir al humor grueso ni a la escatología barata para reclamo del espectador, y sobre todo, sin necesidad de insultar a su inteligencia.

Recomendable.

Erase una vez en que yo siendo más pequeño me veía las películas de Paco Martínez Soria encantado de haber asistido al más glorioso ejemplo de cine cómico español. Mi padre siempre las traía del videoclub para poder pasar las tardes de sábado, porque siempre había demanda de ellas, hartándonos de reír en el sofá. Lo confieso, disfrutaba como cerdo en el maizal.
He aquí ahora que revisitando esta película, y teniendo en cuenta lo que el tiempo y quizás mis horas de pasión desaforada por el cine han hecho, me he dado cuenta que no era para tanto, no.
La película reincide en el sempiterno personaje cínico, machista, racista y de humor zafio encarnado por Soria sin más límites que los que él mismo se impone ya que en ocasiones parece desatado e incontrolable.
Si no le doy peor nota es porque el corazón dicta razones que a veces mi razón no entiende.
Un 5

"Vente a Alemania, Pepe" o uno de los más claros exponentes de la llamada época del landismo, o si se quiere del rancio y botijero cine español o "españolada" que se nos brindaba entonces.

La verdad es que pienso que la idea de partida no es mala del todo; es más, en manos de un guionista tipo Azcona y un director del tipo, yo que sé... García Berlanga, pues bien podría dar de sí un interesante y mordaz retrato de esa España de segunda regional y su realidad de entonces en la mirada de esos compatriotas que se tuvieron que emigraron por Europa a millares sin perder esa forma de ser que tan bien nos define.

Pensaba detenidamente en todo esto después de ver esta película que no es sino, una más en la prolífica carrera de Lazaga sin la menor intención crítica y de sarcasmo (que ingenuo que soy a veces). Si acaso, un simple comedieta con algo de panfleto nostálgico-patriótico y conservadurismo apolillado para el españolito exiliado y deseoso de regresar a su añorada patria.
Alfredo Landa está realmente desbocado en algunas escenas y el personaje de Antonio Ferrandis como republicano exiliado es de lo más efectista.

La imagen que de nosotros tienen los alemanes es el mejor ejemplo de retrato social de una época que se da en esta película.

Sinceramente y a falta de unas pocas películas que aún no me echado a la cara del dúo Esteso-Pajares, creo sin ningún genero de dudas que ésta debe ser difícilmente superable de lo horrenda que es.

Esta cosa, (digámoslo así por no llamarlo de otra manera), está plagada de la habitual retahíla de ¿chistes? "made in" Ozores que no harían gracia ni en una convención de jubilados. Los decorados del hospital son de andar por casa, la ¿trama? es más tonta y simple que un bocadillo de chorizo. Lo de los ¿actores? es de chufla (con especial mención para Juanito Navarro, que dan ganas de matarlo). Las situaciones y las excusas que se dan para enseñar carne son tan penosas y deplorables que uno se pregunta de verdad si esta gente sabía de verdad lo que estaba haciendo.

Ah!, y atención al golpe de efecto del final, que es de traca.

En definitiva, un subproducto sumamente malo y radiactivo, y con un título por cierto, de lo más absurdo.