Increíble comedia de los Coen, sin duda la mejor de los hermanos, muy por encima de O Brother! o Quemar Después de Leer. Sustentada en un guión sólido a la par que disparatado y unos personajes salvajemente carismáticos y a cuál más colgao:

- Jeff Bridges interpreta a El Nota, un tipo tan vago como buena gente, despreocupado, pacifista y con valeriana en vena, fruto de sus estrictos regímenes de drogas. Todos tenemos un Nota dentro que lucha por salir.

- John Goodman es Walter, un entrometido, obsesionado con Vietnam, calzonazos, cabezota y el típico que siempre tiene la última palabra. Si hay alguien capaz de sacar de sus casillas al Dalai Lama, es este pesado reconvertido al judaísmo. Sus discusiones con El Nota son memorables.

- Steve Buscemi da vida a Donnie, un apocado piltrafilla al que siempre mandan a callar. Su personaje parece no tener relevancia pero es muy enriquecedor.

Seguramente en cada pandilla de amigos haya uno que responda al perfil de estos tres pavos obsesionados con los bolos. Y si encima le unes a Turturro, los nihilistas, la feminista Julianne Moore... el resultado es un cóctel de carácteres explosivo. Muy cínica, cruel a veces y con un equilibrio justo entre humor inteligente y disparatado.

Una de las mejores comedias de la Historia, desde luego está en mi Top Five, y a decir verdad, no tengo ni idea de cuáles serían las otras cuatro. Buenísima, para ver 40 veces.

Cinta de obligada visión para los fans de Quentin y para cualquier cinéfilo curioso, ya que es la verdadera ópera prima del director de Pulp Fiction.

No esperen nada decente porque no lo hay. Este mediometraje es el resultado de 5000 pavos de presupuesto, rodaje con los colegas ("no saben actuar, pero todo no se puede tener" debió pensar Quentin), el propio Tarantino propasado de psicotrópicos y un incendio que dejo el film inacabado. Los frikifans como yo del director apreciarán desde el principio las características del que sería el posterior Universo Tarantino: referencias cinéfilas, alocados diálogos, pies femeninos y cachos del que sería el guión de Amor a Quemarropa.

Os aconsejo que lo veáis como curiosidad cinéfila, no os quitará más de media hora de vuestra vida y quizás os haga reír.

Y es que eso es lo único que le falta a la pobre Clareece Precious Jones. Lee Daniels tenía todos los ingredientes necesarios para hacer un drama sensiblero de los que cortan la respiración. Sólo le faltaba decidir como cocinarlo: si medio crudo o superedulcorado. Afortunadamente escogió lo primero. Tras los primeros minutos parece que la historia va de alcanzar sueños imposibles aunque pronto el director nos lleva a la dura realidad.

Básicamente es la peli con tintes independientes del año, que en mi opinión, curiosamente la caga cuando pretende reivindicar sus notas indies. Va sobre una chica gorda (me recuerda a Carambola, el niño perdido de Hook) de Harlem, analfabeta, afroamericana, violada por su padre hasta tener dos churumbeles (uno con síndrome de Down), maltratada fisica y psicológicamente por una madre que estaría en el baño el día que repartían atributos positivos, y escasa de amistades. Vamos, que sólo le queda ser del Atleti (no se me ofendan los colchoneros). Así que con este material, es imposible no hacer algo dramático a la vez que esperanzador, por lo que la peli cumple con creces en este apartado aunque se podría haber hecho más.

Interpretaciones: coincido con otra crítica al decir que Gabourey Sibide se llevará mil premios de forma injusta. Soy el primero a favor de nominar y premiar a actrices poco atractivas, desconocidas y negras ya que estamos. Pero cuando se lo merezcan. Para mí pasarse una peli seria con los carrillos hinchados cual bulldog, sonreír para las cámaras con la cara de "foto para el Tuenti" y balbucear cada palabra que sale entre esas dos montañas que tiene por mejillas no es digno de premio, sinceramente. Mo'nique sí que lo clava ya que le ha caído un papel de los que gusta interpretar: la madre abusadora, hija secreta de Hitler y la Srta. Rottermeyer por lo menos. Perfecta su actuación. Además para mi sorpresa Mariah Carey cumple con su actuación, igual que Lenny Kravitz, que tiene un corto papel, pero lo resuelve bien, aunque advierto que no puedo ser totalmente objetivo ya que es uno de mis cantantes favoritos.

En definitiva, buena película que recomiendo aunque no tanto como lo hará la crítica, sobre todo la yanquee, ya que cuenta con el beneplácito de la representante no oficial del pueblo americano, Oprah Winfrey.

Quiero pensar que el problema de esta película valorada con una nota tan alta se debe a que no la he comprendido. Para empezar he de decir que soy muy aficionado a las historias corales y por lo visto este film de Robert Altman fue de los pioneros. Pero cuando ha acabado la película se me ha quedado una cara de desilusión tremenda.

Empiezo con lo bueno: buenas actuaciones, situaciones bastante impactantes (sobretodo la de Julianne Moore, genial), algunos diálogos buenísimos, fenomenalmente dirigida con planos muy logrados, muy buena idea el meter un suceso final común, no aburre pese a su casi 3 horas de metraje, buena música y gracias a esta peli han ido viniendo Crash, Magnolia, González Iñárritu, etc.

Lo malo: demasiadas historias, escenas inacabadas, los finales de casi todas las historias no me resultan lógicos, el desarrollo de algunas de ellas es demasiado enreversado para luego acabar de una forma tan simple, no logro saber qué mueve a cada personaje a hacer lo que hace y Jack Lemmon está de relleno para que su nombre engorde el enorme reparto.

Lo dicho, supongo que será buena porque tiene muchas cosas para serlo, pero a mí no me ha terminado de convencer. Al menos ya se de dónde sacó Thomas Andersson lo de la tormenta de ranas de Magnolia.

A mí entender hay dos tipos de Morgan Freeman:

- El primer tipo de Morgan Freeman es el espectacular, el sobrio, por el que le recordaremos, el que sabe cuándo debe y cuándo no debe, el de las grandes interpretaciones que no se olvidan, el que Clint Eastwood mejor sabe aprovechar, el que nos hace decir: "Ojalá fuera mi abuelo", etc.

- El segundo tipo de Morgan Freeman es el bueno, el correcto, el que roba sin querer las escenas de sus no muy aptos compañeros, el que hace que una película mala la votemos con uno o dos puntos más porque sale él, el que cumple con el papel sin problemas y deja en evidencia al resto, el qué nos hace preguntarnos "¿Por qué un crack cómo tú te metes en estos films de medio pelo?", el que nos hace desear su presencia en pantalla para no dormirnos. etc.

Bien, pues en está película sale el segundo tipo de Morgan Freeman, salvando a sus compañeros de reparto que no lo hacen mal, sobretodo Marcia Gay Harden.

Comedia bastante estúpida que no recomiendo salvo aburrimiento extremo unido a cierto masoquismo cinematográfico y a ser de risa floja.