Y mira que las ha habido malas, pero es que esta se puede llevar la palma. Lo que hacen el director, el productor y los actores con la excelente novela de Arturo Pérez Reverte es asesinato con premeditación, alevosía, ensañamiento y sadismo. El propio Pérez Reverte ha echado pestes de la película (pues no haber vendido los derechos a semejante panda, majete, luego no te quejes).

En fin, ni merece la pena comentar nada más. Si ha leído la novela y le ha gustado, como a casi todo el mundo, ni se le ocurra ver este bodrio, puede acabar al borde de un síncope. Y si no la ha leído, pues tampoco, la película en sí misma, adaptación al margen, es mala de solemnidad.

No malgaste su tiempo ni su dinero, de verdad.

Esta película, casi desconocida incluso para los buenos aficionados al cine español, es bastante extraña. La dirige el gran Fernando Fernán-Gómez, lo que debería ser una garantía, pero no lo es. Más bien uno de sus peores trabajos como director. El guión es un tanto incoherente, la idea original no es mala, aunque muy vista.

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En cuanto a las interpretaciones, pues también es muy extraño, con un Carlos Larrañaga que parece que está en una comedia, haciendo un papel cómico, gracietas incluidas (lo borda, era lo suyo), pero con todos los demás en plan drama, muy serios y trágicos ellos. Como si el protagonista estuviera en una película y los demás en otra distinta. En fin, citar a Beatriz Rico, Álvaro De Luna y Carmen Elías.

Confieso que después de verla no he conseguido enterarme si es una comedia, un psico-drama policiaco, o una parodia de las pelis de misterio. O todo a la vez. O nada de eso sino todo lo contrario ... A saber cuál fue la intención del director y del guionista.

Extraña y prescindible.

De lo mejor que hizo el iconoclasta Jesús Franco en su larguísima e irregular (seamos benévolos) carrera como director. Como casi siempre en sus películas, existen dos versiones: la íntegra, ya editada en España después de muchos años. y la censurada, con los cortes perpetrados por los represores y reprimidos censores franquistas (más de 20 minutos).

Buen guión, basado en un relato corto de Brad Stoker y adaptado por Jaime Chávarri y el propio Jess Franco, dirección más cuidada de lo habitual en el director, fotografía muy lograda y sobre todo una bellísima y hechizante Soledad Miranda que se come la pantalla en cada plano. Soledad fue la gran musa del director y una estupenda actriz con una carrera por delante extraordinaria, pero fatalmente truncada por un accidente de coche que se la llevó para siempre el 18 de Agosto de 1970, pocos meses después de rodar esta película. Tenía sólo 27 años.

En resumen, buena película del género de terror erótico español, que todo buen cinéfilo debe de tener. Por ser de lo mejor que hizo Jesús Franco, pero sobre todo por Soledad Miranda.

Javier Aguirre es un bicho raro dentro del panorama cinematográfico español: a él lo que de verdad le gusta hacer es cine experimental llevado a sus más extremas consecuencias. O sea "cosas", que no exactamente películas, lejos de las entendederas de los espectadores normales y corrientes (el 99,9% de nosotros, vaya). Pero como de eso no se come ni se paga la hipoteca, pues también ha hecho toneladas del llamado eufemísticamente "cine comercial", o sea bodrios de usar y tirar: desde películas musicales para gloria de Los Bravos, Raphael, Torrebruno o Parchís (casi nada) a comedietas de destape tipo Esteso y Pajares. Había que comer, ya digo.

Aunque entre ese desierto de mediocridad también había algunos oasis de cierta calidad (un par de divertidísimas comedias con Tony Leblanc, "Los que tocan el piano" y "El astronauta", otro par de buenas pelis del fantaterror patrio, "El jorobado de la morgue" y "El gran amor del Conde Drácula", así como esa obra maestra que fue el primer monólogo en largometraje de la historia del cine, "Vida/Perra"), así que pensé que igual la película que nos ocupa podría ser uno de esos oasis. Error, no lo es, en absoluto.

El argumento no es nada original, lo desarrolló Agatha Christie en su famosa novela "Diez negritos" (1939). O sea, que estamos ante uno de esos semi-plagios disfrazados con eufemismos como "basado en" o "adaptación de" ... Pero incluso para eso hace falta talento, como demostró Robert Moore con "Un cadáver a los postres", parodia descacharrante de la misma historia que le da mil vueltas a esta que estoy comentado.

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De los actores, muy bien la siempre guapa y elegante Patty Sheppard. Y del resto, alguno pasaba de todo con cara de aburrimiento infinito (Eusebio Poncela), pero la mayoría, aunque se notaba que les importaba muy poco su personaje, trataban de salvarlo con un mínimo de profesionalidad, la justita (Carmen Maura, José María Prada, Eduardo Calvo, Jack Taylor ... ) Y uno que sí estaba encantado de conocerse con su papel, Simón Andreu como gigoló chuletilla. Citar también como curiosidad la pequeña aparición de Paul Naschy en un par de escenas.

En resumen, película mala y totalmente olvidable.

Adaptación libre de las 2 novelas del gran Miguel Mihura "Ninette y un señor de Murcia" y "Ninette, Modas de París". José Luis Garci no firma ni mucho menos una de sus mejores películas, me parece que estuvo demasiado "funcionarial" o poco inspirado, pero se deja ver con agrado, aunque sin entusiasmos, más que nada porque una comedia de Mihura es difícil estropearla. Y por supuesto por la escultural Elsa Pataky, que como actriz no sabría definirla, pero que tiene lo que tiene y hace 10 años lo tenía perfectamente puesto y lo enseñaba sin ningún reparo ... Destacar también el muy buen trabajo de Carlos Hipólito, enorme actor inexplicablemente infravalorado en España.

Película buena a secas, que un cinéfilo coleccionista del cine español debe de tener, pero que no pasará a la historia.