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Reino Unido Reino Unido · Londres
Críticas de afrancesado
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Críticas 22
Críticas ordenadas por utilidad
6
27 de agosto de 2007
23 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como es de esperar, el gran fallo de esta película es Christopher Lambert. En esta película hace un personaje realmente curioso, es un tanto engreido e insolente (hasta aquí todo normal), pero al mismo tiempo es muy débil, haciendo totalmente de "presa", sobrevive a base de una suerte exagerada, y es incapaz de defenderse por si mismo, hasta el punto de estorbar e incordiar a aquellos que le protegen y de quienes depende.

Me pregunto si el propio Christopher Lambert se daría cuenta del papel tan antipático y poco heroico que le tocó protagonizar en esta película.

Pero afortunadamente hay otros personajes que completan la historia, los cuales sin duda pueden resultar un cúmulo de clichés, pero hay veces que conviene distinguir entre unos buenos clichés llevados con oficio y sin más pretensión que entretener, y cuando te intentan dar gato por liebre. En este caso los clichés resultan el principal encanto de la película, con la historia del clan ninja y su jefe que quiere retirarse, el samurái impertérrito que busca venganza, etc.

El otro punto fuerte son unas escenas de acción memorables, llenas de tensión y con unas coreografías de katanas decentes. Y bueno, en general también se puede hablar de un acabado bastante cuidado (vestuario, fotografía, etc.).

En definitiva, una digna película de acción poco conocida, que se adentra en el género de ninjas y samuráis, ligera pero con un tono de cierta sobriedad que es de agradecer (sin tiempo bala, ni cámaras lentas, ni coreografías imposibles que saturan el cine de acción reciente). Habría sido mucho mejor si el final no llega a ser tan malo, Christopher Lambert termina de arrastrar la película hacia la mediocridad más absoluta con un final absurdo.

6,5/10.
afrancesado
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8
14 de agosto de 2010
20 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la gran película clásica de hollywood de un tema bíblico y al mismo tiempo del Antiguo Egipto, por delante de Cleopatra. Si bien el protagonismo de Egipto es parcial, sobre todo después de la primera hora de metraje, queda indudablemente inmortalizado a través de la visión grandilocuente y épica de hollywood: faraones, pueblos conquistados, tributos y embajadores, intrigas palaciegas, crisis de sucesión, ejércitos y batallas, grandes construcciones de monumentos y ciudades, etc.

No es sin embargo la película más historicista, en aquella época pocas lo eran. La fuente principal utilizada no lo permite, el Éxodo dentro del Antiguo Testamento. A esto se le pueden añadir los inevitables tópicos y clichés americanos de la época, criticando los imperios antiguos y presentándolos como dictaduras y monarquías tiránicas, antidemocráticas y esclavizadoras frente a pueblos oprimidos y deseosos de libertad.

Ocurre que no se puede pedir historicismo al capítulo del Éxodo, está lleno de mitología (independientemente de su valor didáctico, moral y religioso), en él se asegura la emigración de cerca de un millón de hebreos de Egipto, una cifra inverosímil de la que no queda ningún indicio ni rastro arqueológico o documental; y nunca se le da un nombre concreto al Faraón, siempre se le nombra como "Faraón", lo cual ha dado para ríos de tinta sobre cuál pudo ser "el Faraón del Éxodo" en cuestión. La película, no podía ser de otra manera, apuesta para mayor dramatismo y épica por el más famoso y poderoso de entre los posibles candidatos, Ramsés II.

Pero si históricamente la película no deja de ser un gran mito, hay que decir que se trata de un mito relevante que ha perdurado y dejado su impronta a lo largo de la historia, que no podemos despreciar. Tal vez algún día se demuestre que tal éxodo tuvo lugar, ya fueran cien, mil o diez mil los exiliados, pues es inegable que hay en el relato bíblico detalles sobre Egipto que lo dotan de coherencia interna y externa. Pero incluso aceptando que fuera sólo un mito, éste engrandece la historia, significancia y trascendencia del Antiguo Egipto, lo engrandece que un pueblo extranjero entronque sus raíces con la tierra de los faraones, aunque les toque hacer de "malos" a los egipcios, demuestra la gran importancia e influencia que ejercían en la época. Es parte de su herencia haber marcado tan profundamente a todos los pueblos del Levante antiguo. También los griegos a la hora de buscar e imaginar sus raíces se mirarían muchas veces en el espejo egipcio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
afrancesado
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8
14 de agosto de 2010
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
El vampiro es el “monstruo” que mejor ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos, a la llamada sociedad post-industrial y del ocio; bastante más atrás han quedado frankenstein, el hombre lobo, la momia, etc. Cierto es que los zombies están de moda, pero son reflejos muy diferentes de la psicología humana.

El vampiro pasó de satisfacer nuestras ganas de pasar miedo a ser una criatura sensual y filosóficamente estimulante, respuesta de nuestros deseos y de un creciente individualismo, es una criatura que puede pasar por humana (importante, puede socializar), y con la que soñamos ponernos en su piel. A ello ayudó enormemente la humanización del mito del vampiro a través de novelas como “Entrevista con el vampiro” de Anne Rice, de los 70. En el cine "Jóvenes Ocultos" de los 80, enmarcada en el género teen, fue una punta de lanza de esta tendencia. El mito de Drácula se vería inevitablemente afectado por esta corriente en la adaptación de Coppola de 1992.

La misma autora, Anne Rice, se perdería por el laberinto de la extravagancia con sus secuelas de las “Crónicas vampíricas”, si bien “Lestat el vampiro” es un notable entretenimiento, en “La reina de los condenados” ya empieza a escapársele de las manos la gallina de los huevos de oro, queriendo sorprender y expandir el universo y las biografías de sus personajes con explicaciones extravagantes sobre todo lo que se le ocurría: cada vez más poderes sobrenaturales, el origen en el Egipto Antiguo de los vampiros, el diablo, etc. (parece que la próxima entrega lidiará con la figura de Jesús.) Este estilo tiene sus fans, pero no fue nada de eso lo que hizo de “Entrevista con el vampiro” el éxito que fue.

Si Drácula representaba a una aristocracia malvada, arcaica y anquilosada, los vampiros de Rice son una aristocracia completamente aburguesada y de raíces populares, cercana a un ideal de sensibilidad artística y emocional. Rebosan talento, creatividad, atractivo, belleza, pasión y sensualidad, acaban teniendo fuertes crisis y problemas personales y espirituales por un exceso de sensibilidad y emocionalidad, y una tendencia a amar y perder. Condicionados por un profundo sufrimiento endémico, se arraiga progresivamente el gran tema recurrente de las novelas, los peligros y amenazas de la inmortalidad y la genialidad. Soledad y locura.

Arte, sensibilidad, pasión, sufrimiento, incomprensión… Los vampiros acaban vagando por la eternidad buscando alguna compañía especial de la que alimentarse (física y espiritualmente) durante un tiempo y, mientras, se dedican a explotar sus grandes dotes artísticas. ¿Alguna duda de que la autora es mujer? ¿De ser un hombre el autor el universo no habría derivado hacia guerras y política entre facciones de vampiros? Para bien y para mal, se sigue notando mucho las diferencias de gustos entre hombres y mujeres a la hora de crear y consumir ficción; diferencias agudizadas cuanto más nos adentramos en territorios fantásticos, oníricos, idealizados.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
afrancesado
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6
27 de agosto de 2010
23 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para muchos el fallo del Episodio I residó en su infantilización, siendo el blanco de las iras Jar Jar (no en vano creado digitalmente). Además no dejaba de narrar una guerra minúscula en un planeta insignificante. Sin embargo llegado el Episodio III el tono era oscuro y pesimista y la épica altisonante. Para algunos eso fue suficiente, pero no para todos, algo seguía fallando.

Y es que, curiosamente, la nueva trilogía es más compleja que la antigua, y es ese germen de la complejidad que a George Lucas se le escapó de las manos y no supo dominarlo. Me extenderé sobre este punto después.

Tampoco la dirección artística terminó de encandilar. Hay mucha más variedad y cantidad de todo, pero sin duda falta el carisma y la solidez de la estética original. Y ese es el estilo de la trilogía nueva, la cantidad por encima de la calidad.

Se nos satura con incontables criaturas, naves, arquitecturas, vestuarios, batallas, duelos, personajes, etc. Un estallido de colores, formas y movimientos poco efectivo e incapaz de poner el acento en ningun sitio. No desvelo nada nuevo al decir que gracias a la infografía algunos cineastas cuanta mas libertad de medios han tenido más ha caído en picado su imaginación y creatividad.

No es lo mismo estrujarte la cabeza cuando solo puedes permitirte 2 o 3 diseños de naves imperiales y rebeldes, no más de 10 o 20 alienígenas y localizaciones, que cuando puedes permitirte docenas de naves diferentes y cientos y miles de criaturas con que poblar todos los escenarios que te apetezcan, igual que no es lo mismo que James Cameron tenga que filmar Aliens en una central térmica abandonada a que se permita el lujo de recrear la fauna entera de un planeta con miles de variedades botánicas en Avatar.

También pasa con la narrativa, no es lo mismo currarse un buen antagonista a lo largo de 3 películas (Vader), que ir cambiando de antagonista por película (Darth Maul, Dooku, Grievous). No es lo mismo currarse una buena batalla (Yavin, Hoth, Endor) y un duelo a espada por película, que meter multitud de batallas y varios duelos a espada como pasa en el Episodio III, que es de lejos la película mas bulímica de todas, posiblemente Lucas se quedó sin tiempo para contar todo lo que quería, y encima habiendo perdido su Episodio 2 contra Peter Jackson, debió sentir la necesidad de resarcirse y ponerse épico a lo grande…

TRILOGIA ORIGINAL: El imperio está a punto de acabar con la Rebelión gracias a un arma poderosa. Los rebeldes consiguen destruir esa arma en una batalla al borde del exterminio. El imperio rehace su estrategia y casi captura y mata a los líderes rebeldes. Mientras, vuelve a reconstruir el arma poderosa, preparando una trampa para que la Rebelión ataque con todo y sea aniquilada. En la batalla final el Imperio pierde y es derrocado.

Una trama sencilla, clara y directa. El peso de la narración recae en los personajes, la aventura, la acción, y un buen diseño artístico que decore ese universo.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
afrancesado
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Un vistazo a El Padrino
Documental
Estados Unidos1990
7,2
355
Documental, Intervenciones de: Francis Ford Coppola, Mario Puzo, Al Pacino, Diane Keaton ...
7
30 de enero de 2013
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen los 'making of' rutinarios, promocionales y aquellos 'making of' que se mojan, que afloran detalles e indagan en las parcelas más delicadas y de más enjundia de una producción cinematográfica. Personalmente encuentro más sabrosos aquellos que profundizan en la escritura (y reescrituras) del guión y en el casting de actores (la selección, las pruebas, los ensayos, la relación entre actores y director, etc...)

Este documental es de los que se moja con El Padrino I, y al mismo tiempo es puro material promocional de El Padrino III. Lógico si miramos que el año de su estreno y del documental coinciden, 1990. De El Padrino II se habla poco, mayormente de su famoso montaje en paralelo.

En el caso de El Padrino I al ser una adaptación no tiene mucha miga hablar del guión. Es sabido que Hollywood estaba en la peor crisis de su historia, la Paramount tenía los derechos de una novela todavía sin publicar, y querían un director italoamericano para hacer rápido una película medio barata sobre la mafia. A Coppola le costó aceptar el proyecto, y siempre lo vio como un trabajo de encargo, un profesional que pone su mejor empeño y habilidades al servicio de una adaptación.

Aunque cada vez le ve más interés al hecho de hacer protagonista absoluto a una familia, desde sus protagonistas hasta los invitados a una boda. Ese enfoque hará que el público medio pueda sentir una gran cercanía e identificación; aunque se dediquen al crimen se comportan como una buena y tradicional familia. Si además le añadimos un toque costumbrista y folclórico, en un país lleno de minorías desarraigadas, el resultado sería un efecto espectacular sobre la mentalidad americana, después de El Padrino por primera vez se podía estar orgulloso públicamente de tener orígenes extranjeros.

Despojada de sus grandes temas y el disfraz de la cultura italoamericana, la trama es simple: una historia de sucesión, de un rey con tres herederos. Coppola no esconde su admiración hacia Shakespeare, y en El Padrino además de puro cine hay reminiscencias de la tragedia y el teatro. No es casualidad que guste tanto cuando los temas de herencias y sucesiones ya se encontraban entre los más recurrentes de la mitología griega, han obsesionado a los hombres desde hace miles de años, y no en vano han articulado sus sistemas legales, económicos y sociales.

Y entonces la novela se convierte en un éxito inesperado y sensacional, y pone todo el peso sobre los hombros del director. Ahora los productores miran con lupa el proyecto y les parece una mala apuesta un director sin experiencia con grandes producciones. Sus temores se confirman cuando les presenta los actores que tiene en mente. La estrella conflictiva y caída en desgracia Marlon Brando, y un puñado de actores jóvenes y desconocidos…

Sin duda son premonitorias las enormes dudas de los ejecutivos respecto de Al Pacino, quien se sabía con un pie y medio fuera durante el rodaje. Era soso y aburrido, querían a Robert Redford. Quizás no entendieron que Michael no es el protagonista hasta que las circunstancias le obligan a serlo. Esa es su historia dentro de la película, esa es la relación de su personaje con su familia, pasa de estar fuera a estar dentro, se ve en la puesta en escena, de estar sentado a un lado, apartado, mientras Sonny, Tom y Clemenza discuten y planean, a acabar más tarde en el centro y presidiendo.

En el rodaje todo cambió a partir de la escena del encuentro con Sollozzo en el restaurante, los productores por fin dejaron en paz el tema Pacino. Todo cambia también en la trama con esa escena, durante los primeros 30-40 minutos, el protagonista es Vito (Brando), luego Sonny y poco a poco Michael actúa y toma la iniciativa (incluso en Sicilia saborea los dulces del estatus y el poder, toma lo que se le antoja, de querer ser complacido por los demás). Finalmente Michael “heredaría”, narrativamente también, el protagonismo total con la muerte de su hermano y de su padre.

Aunque nunca dejarían de desconfiar de Coppola, a quien acusaban de darle un estilo y planteamiento demasiado clásico a una película que exigía rentabilizar los gustos del nuevo público dominante, los jóvenes. Incluso le insistirían a Coppola para que metiera más violencia en la historia (las vueltas que da la vida). Pero todo ello también es clave para entender que hoy muchos puedan decir que nos encontramos ante la mejor película que ha dado el séptimo arte. Y es que yo creo que no hay ninguna película tan clásica y moderna al mismo tiempo como El Padrino, estás viendo algo clásico y elegante y al mismo tiempo de género y efectista, encauzando las influencias de Arthur Penn o Cassavetes. Si hasta se junta un Brando traído del cine clásico con las las nuevas estrellas de los 70 que no eran caras bonitas, sino auténticas e interesantes.

Por cierto Diane Keaton magnífica para el papel, otro personaje que podría haber quedado soso y aburrido, y que Coppola supo ver a la única actriz que podía aportarle un punto imprevisible y natural.

Por último añadiría que las curiosidades más llamativas de este making of es ver como prueban a James Caan de Michael o a Robert de Niro de Sonny (Coppola con mucho sentido dice que queda como un matón de calle , pero le gustó tanto De Niro que más tarde se acordaría de él para hacer de Vito joven en El Padrino II).
afrancesado
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