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España España · Un lugar de La Mancha
Críticas de CarlosDL
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Críticas 215
Críticas ordenadas por utilidad
7
20 de febrero de 2013
16 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Imagina despertar un día con la cabeza a estallar, la peor resaca de todas, no recuerdas ni quien eres. Andas por la calle y la gente te filma con sus teléfonos móviles. Nadie habla. Nadie te ayuda. El mundo se congela a tu alrededor centrando las miradas en cada uno de tus pasos.

Este capítulo puede que sea el más "radical" de todos, en un principio eres incapaz de entender nada. Te conviertes, en cierto modo, en la protagonista, viviendo una situación ajena a ti pero que te envuelve... Poco a poco, conforme trascurre el episodio las flechas vuelven a apuntar hacia nosotros mismos, nuestra forma de actuar, nuestra percepción y relación con el entorno, y nuestros televisores y entretenimientos habituales. La degradación de nuestra sociedad en la búsqueda de mofa perpetrada tras la vergüenza del igual, lanzar la piedra y esconder la mano, pero sin olvidar que los avances tecnológicos nos permiten grabarlo, así el daño será mayor.

Una vez más, en la búsqueda de comodidad, de libertad, de apertura al mundo, nos convertimos en productos manejados, productos que intentan realizarse a costa de otros, productos capaces de caricaturizarse a sí mismos en su desdén hacia los demás. Como cada entrega, busca meter el dedo en la llaga y lo consigue una vez más.

Pieza que logras encajar del capítulo, pieza que profundiza más la herida, siendo el final el punto clave del guión, girando la trama para dar la guinda al pastel. Como aspecto negativo, quizá la dirección de esta entrega no esté tan pulida como en anteriores, pero son capaces de enmendar errores con la originalidad.
CarlosDL
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7
20 de febrero de 2014
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La grosería y el asco que anuncia el título es el detonante de todo dentro de una película que consigue hacernos partícipes del halo de destrucción entorno a un personaje dispuesto a todo por nada. Su falso ego y la terrible incongruencia entre sus necesidades verdaderas y las que él mismo crea consiguen un personaje igual de burdo que atractivo (aunque no sea acto para todo tipo de públicos). Crea una visión distorsionada de todo lo que le rodea sin importarle demasiado las consecuencias que sus actos puedan tener, lo que da un aire bastante veloz a la película entre drogas de todo tipo, sexo sin sentido y alguna actuación policial más que polémica.

Forman así una comedia negra al estilo británico -en su rama escocesa esta vez- que tanto gusta, ahora impregnado de un sabor a whisky en tu garganta el día después de haberlo ingerido en cantidades industriales. Llama la atención el recuerdo a otras películas británicas como 'Trainspotting' o las creaciones de Guy Ritchie, pero el parecido no va más allá de la apariencia. Filth no sorprende como las mencionadas anteriormente pero nos mantiene frente a la pantalla gracias al laberíntico guión que subsiste en la macabra mente de su protagonista, donde el aparente carnaval de imágenes incorrectas se torna hacia la oscura y traumática experiencia del inspector Bruce Robertson.

El responsable de guiarnos en este laberinto mental se llama James McAvoy y consigue lo que puede ser su mejor actuación hasta ahora. Encarnar a un personaje como este requiere dejarse la piel y él lo consigue con creces, si la película no logra animarte, él te hará saber que no te vas a arrepentir de haberla visto. Robertson parece poseer a su intérprete y convertirlo en una marioneta a su antojo en cada escena. Ojos estallados y dientes rechinantes para hacernos investigar más y más sobre su personaje en busca de un ascenso, en busca de un reconocimiento personal sin importarle a quién pisar ni cómo hacerlo.

Quizá sea aventurarse pero, con una alta carga de ingredientes para convertirse en una película con cierto culto a sus espaldas en unos años, no llego a entender su falta de promoción y movimiento en salas fuera de lugares de habla inglesa como nuestro país. Su humor y su carga psicológica resultan igual de ácidas, aunque puedan ser reiterantes a lo largo de la película, algo que podemos perdonar gracias a su crecimiento entorno a sus últimas escenas. Como decía, puedes reírte, puedes disfrutar de su falta de prejuicios y de su aspecto grosero -e incluso grotesco en algún punto-, además de gozar de una gran interpretación y una intensidad narrativa que ayudan a mantenerte atento. Creo que es una buena recomendación para aquellos a los que nos les importe ver escenas provocativas protagonizadas por personajes 'cabrónidos' en ambientes cargados, y para aquellos que busquen material diferente.

CarlosDL - https://odiseaenelcine.blogspot.com/
CarlosDL
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Led Zeppelin: Celebration Day
Concierto
Reino Unido2012
7,8
386
Documental, Intervenciones de: Robert Plant, Jimmy Page, John Paul Jones, Jason Bonham
8
26 de diciembre de 2012
14 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si algún Dios dijo alguna vez hágase el sonido, entonces Led Zeppelin bajó esa escalera del cielo para honrar a nuestros oídos por el resto de la eternidad.

Tras años de silencio por la desafortunada muerte de John Bonham (batería de la formación original), esta mítica banda decidió reunirse de nuevo en 2007 para hacer un homenaje a Ahmet Ertegun, fundador de la que fuera la discográfica de grupo durante toda su carrera: Atlantic Records. El homenaje no quedó en un recuerdo a dicho personaje, sino que fue una fecha que no se olvidará, suponía el regreso de una de las mejores bandas de la historia al escenario, un homenaje a todo el amante de las guitarras y la buena música, y en sustitución de su difunto batería, quién mejor que su propio hijo; Jason Bonham firmó una actuación digna de su padre y de los mejores baterías.

Celebration Day es el concierto completo que escasos miles de afortunados pudieron disfrutar en ese 10 de Diciembre de 2007 que se grabó en el vinilo de la historia. Es un concierto sencillo, que recuerda la magia de la formación original y los conciertos de su época dorada, la magia de una distorsión única de Jimmy Page alejada de la perfección de muchos guitarristas actuales incapaces de salirse de sus propias técnicas, es una guitarra envejecida y deteriorada, al igual que la banda, pero cargada del mejor rock a cada nota. La voz de Robert Plant puede que no esté en su mejor momento, pero ¿quién la necesita?, los viejos rockeros nunca mueren, sus voces no van a ser menos, eso si, sigue conservando esa voz rasgada que serás incapaz de imitar. Desde 'Good Times, Bad Times' a 'Black Dog', pasando por 'Stairway to Heaven', un recorrido por todos sus discos, un deleite para ellos y sobretodo, un deleite para nuestros tímpanos.

Este documental se convierte en un diamante en bruto, sin pulir, puro rock'n'roll, dinamita que necesita explotar en tus oídos y hacerte disfrutar de nuevo de uno de los mejores directos de todos los tiempos. Ojalá nos deleitaran con una gira pronto, pero como no son más que divagaciones, disfrutemos de este regalo de los dioses del rock, disfrutemos de la belleza de la imperfección y la vejez de su sonido.

-Carlos DL-
http://odiseaenelcine.blogspot.com.es/
CarlosDL
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8
17 de noviembre de 2013
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Corrían los años 80, años de experimentación en la música, el cine y las artes en general. Años en los que los artistas podían surgir de la nada, explotar y desvanecerse al igual que una estrella fugaz al rozar la atmósfera terrestre. Sólo las claves permanecerían en el recuerdo y serían los elegidos para ser recordados. Woody Allen tenía el puesto asegurado. Él siempre fue diferente, polifacético, introvertido y extravagante. Podía sorprender con una comedia absurda o un drama de conversaciones existencialistas sobre la percepción del ser humano en la sociedad... A pesar de ser un gran humorista y músico, puede que la obra que le lanzara a la posteridad fuera Manhattan -obra diferente, cuanto menos-, un drama que odié la primera vez que lo vi, pero al que se aprende a amar poco a poco. Destacado por escribir y dirigir sus obras, parece ser un pozo sin fondo de historias del cual nos sentimos orgullosos por aportarnos al menos una creación al año desde principios de los 80, una promesa bastante vieja, que llevo años secundando con mi asistencia a las salas de cine.

Los saltos entre historias que salen de esta cabeza tan especial confrontan tradiciones, ciudades, estados de ánimo y clases sociales, encontrando en ocasiones algunos trabajos de menor calidad que sirven de aperitivo para obras como Blue Jasmine. Desde 'Match Point' (2005) no veíamos una película tan sencilla en su apariencia y trascendental en su efecto al mismo tiempo. 'Midnight in Paris' (2011) fue una gran obra gracias a su imaginación y la forma de tratar un aspecto de la ciudad que enamora, pero 'Blue Jasmine' da un vuelco ante las últimas obras para crear una fría comedia dramática surgida de aspectos sociales no tan ajenos a la actualidad, enmarcada en el ámbito de una neoyorquina que debe viajar de la ciudad de ensueño a San Francisco, una ciudad altamente trabajadora y sencilla, con una apariencia que recuerda a los aspectos europeos de otras obras del director.

El cinismo y clasicismo de una alta sociedad irritante queda plasmado en un macabro retrato de hipocresía y fatal egoísmo elevado extremos por una actriz que cada día sorprende más. Cate Blanchett forma una personalidad como pocas veces había sido vista gracias a una de las mejores interpretaciones que le hayamos disfrutado en su cine. El resto del reparto cumple con sus intenciones, pero ella consigue que el peso de la película recaiga sobre sus tacones y se mantenga al ritmo de 'Blue Moon' sin tropezar en el intento.

La película acaba adquiriendo un gran valor al aumar la reinvención del personaje con su propio intento de copia, formando situaciones satíricas que ponen en entre dicho las apariencias y las máscaras que cubren a una alta sociedad sin escrúpulos. Acabé gratamente sorprendido de lo que parecía una posible pedantada al estilo Allen y para mí se ha convertido en uno de sus cuadros más valorados.
CarlosDL
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4
15 de febrero de 2017
17 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine francés suele llegar a nuestras carteleras dispensado en cuentagotas, dejando tras la frontera películas que podrían suscitar gran interés en apasionados de este arte pero que quedan fácilmente relegadas. Son pocos los cines que apuestan por este tipo de distribuciones, siendo lo más habitual recibir únicamente los estrenos de comedias al uso que reafirman la ordinaria redundancia que –generalmente- sufren nuestras pantallas. Manual de un Tacaño (Radin!, 2016) es una de esas películas. Ferozmente acogida por el público en el país galo, y convirtiéndose rápidamente en un éxito en taquilla, esta –a ratos- simpática comedia se estrena ahora en España con la intención de seguir cosechando éxitos.

A pesar de que su título español ya deje las intenciones del protagonista al desnudo incluso antes de entrar en la sala, Fred Cavayé -director de thrillers como Mea Culpa (2014) y Cuenta Atrás (A Bout Portant, 2010)- trata de cerciorarse en las primeras escenas de que ningún espectador pueda, quiera, ni tan si quiera intente, dudar que François Gautier es un tacaño. Son, precisamente, estos momentos en los que su guión comienza a utilizar simples –y en ocasiones divertidos- sketches cuando podemos disfrutar de su vitalidad cómica sin pretensiones. Así, estirando los tópicos sobre los avaros hasta la saciedad, consiguen presentar de manera efectiva al personaje interpretado por el simpático Dany Boon, para más tarde cargarle el peso del resto de la película y abandonarle a su suerte ante un camino cargado de tropiezos provocados por sus propios baches argumentales.

Una vez el repertorio de tópicos se ha acabado y la película se ve obligada a tener un sentido para completar los setenta minutos de metraje restantes, François conocerá al amor de su vida y a una joven que se presenta en su casa asegurando ser su hija. Momento exacto en el que Boon comienza a notar el peso de la película en sus hombros y la flaqueza en sus piernas. El guión –si en algún momento estuvo erguido- se desmorona ahora fruto de su indecisión continua entre convertirse en una comedia romántica, un divertido relato sobre la búsqueda de las raíces y el afecto familiar, o un toque de atención hacia la falta de empatía utilizando dosis de vaga moralidad.

Pese al esfuerzo de sus actores por continuar divirtiendo, no pueden evitar generar la sensación de que toda la estructura argumental ya la hayamos visto muchas veces antes, en el mismo lugar en el que acabará esta película; en la parrilla televisiva de tardes de domingo en las que una manta y cualquier película mediocre –que no implique pensar demasiado- pueden ser nuestras mejores aliadas. Con esta amarga sensación plomiza y agotadora, espectadores y protagonista llegan a un desenlace que por desgracia no aporta mucho más que el pistoletazo de salida para levantarse sin problema alguno de la butaca.

Lo mejor: las primeras escenas, cuando el contenido no importa más que la comedia y las pretensiones aún no afloran.
Lo peor: darse cuenta de que se les han agotado las ideas demasiado pronto.

CarlosDL - http://redrumblogdecine.com/manual-boon-apaga-luz/
CarlosDL
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