No había llorado tanto desde el último capítulo de Farmacia de Guardia. Acabé los clínex y seguí por el rollo de papel higiénico. Ojos rojos y mocos non stop. Al llegar al momento álgido cuando cantan el "Eres tú" no me aguanté más y he telefoneado a mi mamá para recordarle entre sollozos y con un hilo de voz trémula cuantísimo la echo de menos.

Aceptable para pasar un rato agradable en el cine con la parienta, pero decepcionante para quien vaya con las gafas de crítico cinéfilo persuasivo del FA que en este título esperaba encontrar una obra de culto. Recomendable entrar en la sala con la cabeza despejada y de buen rollito, así consiguirás echar unas cuantas risas. Para quien no lo consigua, que se fume uno de bellota y despeje sus malos humos antes de escribir una crítica excesivamente dura contra una cinta que no aspira a más: entreneter.

Hay que agradecer a Velilla que a pesar de ser cine español en busca de la sonrisa fácil no recurra al sexo gratuito y pusilánime, si bien es cierto que ver a Carmen Machi y Javier Cámara follando hubiera sido para salir cagando leches. Siendo una españolada como es, no debe ser tan mala como he leído por aquí cuando toda la sala no dejó de reír en toda la película, quizá demasiado porque tampoco es para tanto. Seguramente en mi sala no habría ningún experto crítico de FA o quizá es que son demasiado felices.

P.D. Usuario de FA a favor de que se puedan fusilar las críticas de Pablo Kunt.

La peli cuenta la historia de un niño que queda huerfáno y que se ve obligado a trabajar en su invernadero para sacar a adelante a su hermana pequeña y a su abuela (bueno a una mujer disfrazada de doña Rogelia), renunciando así a su vida de niño y faltando al colegio, con los problemas que la abstinencia escolar supone en los países democráticos. Suena bien, verdad.

Bueno, pues nos encontramos con un peñazo de cuidao que no veas. Los actores más sobreactuados no pueden estar (si es que son actores), se supone que el niño tuvo que pasar un casting y que él fuera el seleccionado hacer temblar de imaginarse cómo serían los demás. Por no hablar del maestro, la asistenta social y ese pedazo de director de colegio.

Los diálogos más ridiculos no pueden ser, no sé si es que no se contratraron guionistas o que no tenían mucha ganar de trabajar, porque vamos los guionistas de Verano Azul a su lado son unos artistas. Y aunque al final intenta conmover, la película está muy lejos de cumplir sus espectativas, si fuera muda a lo mejor, porque con ese reparto no sabes si llorar o reir. Como está Italia..

No soy ni mucho menos un fan de De la Iglesia, de las que he visto su obra de culto "El día de la bestia" me parece sobrevalodora, sin consistencia narrativa; "La comunidad" no está mal pero no es ninguna maravilla; con "Los crímenes de Oxford" me quedé dormido en su estreno; de "Balada triste de trompeta" no puedo opinar mucho puesto que no aguanté ni 15 minutos; y hasta la fecha su film que más me gustaba es precisamente uno repudiado por sus fans: "Crimen Ferpecto", como así dejé inmortalizado en esta sagrada página. Ahora, "El bar" me parece superior.

Entiendo que no guste a todo el mundo porque no es una película para todos los gustos, pero lo que me sorprende es la cantidad de críticas negativas de los que se autodenominan fans del orondo director vasco porque según ellos es "excesivo". Acusar, por parte de los que hasta hace poco eran sus devotos seguidores, a De la Iglesia de excesivo es contradictorio, es como decir que a los miembros de la Asociación del Rifle no les gustan las armas. Si algo positivo tiene este director desde sus inicios es coherencia, la excesividad es algo que siempre ha estado presente en sus obras, incluso las que a otrora sus fans les gustaban tanto.

"El bar" tiene un inicio arrollador, es una historia que te mete en la pantalla desde el primer minuto y tiene un reparto cojonudo. Sí, Mario Casas también. Quizá el problema del guión es que es como una partida de ajedrez: la acción presenta tantas variantes que convierte los espectadores en seleccionadores de fútbol, cada uno cree que lo visualiza que tienen que hacer los protagonistas es lo más lógico y, claro está, la opción que elige el director, como en su día Buñuel (salvando las distancias) no satisface a todo el mundo. En mi opinión, aunque también había imaginado otro final, el desarrollo es más o menos razonable, y si es cierto que el personaje del mendigo es demasiado "excesivo" y con el que el guión presente más fisuras pero también es con el que más te descojonas. Resumiendo, de las mejores películas de esta temporada del cine patrio, con la que pasar un rato de risas y a la vez el culo encogio. Bien Álex, bien. Así, sí.

Detrás de esta “simpática” comedia religiosa, se esconde el modus operandi de la Iglesia Católica durante el siglo XX y todavía en el XXI. Bajo el pretexto de una noble causa (un hospital infantil), dos monjitas no tendrán los menores escrúpulos en llegar a acuerdo con un jefe de la mafia para que les ceda el terreno a cambio de una ¿una vidriera para su hijo? (cuando en la realidad sabemos que el mafioso controlaría el negocio en la sombra). Además, aprovechan su “sagrada” posición para pedir todos tipos de favores, donativos y exenciones a las que estamos obligados todo hijo de vecino, pero que ellas se saltarán bajo la excusa de un “mandato divino”. Lo que tampoco cuenta la película, es que seguramente una vez levantado el hospital infantil, solo podrían acudir los niños previo cheque de sus pobres papás, mientras la Iglesia seguiría lucrándose y evadiendo sus obligaciones fiscales. Así pues, el film queda como un interesante documento histórico de lo dañinas, gravosas y fuera de lugar que están las religiones (todas ellas) en las sociedades modernas. Su lugar está en la Edad Media y allí deberían de haberse quedado.

Me sorprende la baja puntuación de este film. La ví en su estreno, allá en 2005, y guardo el recuerdo de una de las mejores noches en el cine, de las películas que más risas me he pegado con los colegas, nosotros y toda la sala. Y no somos precisamente tipos que se rían muy a menudo. Y ahora, 6 años después, la vuelvo a ver y me vuelvo a reir a carcajada limpia. Es evidente que no es "Los siete samurais", pero es una peli perfecta para desconectar y pasar un buen rato: Buenas actuaciones, buena música, orgías lésbicas en la bañera y un Alberto San Juan pletórico, cada aparición suya en escena es para partirse el ojete.. La verdad que no sé qué queréis, para los tiempos que corren no está nada mal. Ya podéis fusilarme, pero tenía que decirlo.