Si puedo definir esta cinta con una sola palabra es: Sorprendido (para lo que esperaba). No había tenido la ocasión de verla hasta ahora pero me resultó un film con muchos toques familiares de otros títulos pero con una puesta en escena que mezcla de forma efectiva los sustos sencillos y típicos en este género, con una historia algo más elaborada que se va descubriendo según pasan los minutos y te va atrapando a su mundo. El ambiente es uno de los mejores y más usados en el terror pero no por ello deja de ser eficaz a la hora de transmitir ese algo que muchos de los amantes del cine de terror buscamos.

El ambiente se vuelve siniestro según va avanzando. Se desarrolla de forma ordenada y tranquila buscando siempre el impacto imaginativo más que visual y para el contexto, esto fue una de las situaciones que más me llamó la atención en una cinta eficaz en la historia contada. Además de ello el clima musical ayuda en ponerte en situación esperando siempre un desenlace que si bien es previsible a partir de los primeros veinte minutos de rodaje, no deja de ser interesante.

Quizá su punto débil es que pierde algo de fuelle. No mantiene esa intensidad haciendo un vaivén de situaciones a veces estériles que no aportan nada para el impacto visual aunque pueda ser parte de la escenificación que consiguió en pantalla.

Restando el espectáculo visual de las antecesoras que es evidente, diré que me pareció una cinta completa en muchos sentidos. Hace una trama compleja desde el punto de vista de exposición a la sociedad de un submundo donde vivían casi habitualmente esta pareja. Luchando contra la incredulidad y sus propios miedos. Es una película que cumple su objetivo, pierde fuelle en algunos momentos, introdujo en su época una defensa legal a tener en cuenta y como siempre nos engancha aún más en la historia de los Warren; pero como siempre digo: “Cuestión de Gustos”