La película mas real que he visto, tanto como un sueño; sentida e intensa como una pesadilla. Ligera y profunda. Toca los temas mas álgidos de nuestra especie: el temor a la muerte, al fracaso, a diluirnos, a ser olvidados; el amor y el tiempo.
Sumamente interesante y fascinante.
Maravillosa, salvaje.

No obviaré decir: un acierto mas de los Coen. Me he divertido bastante con esta cinta sin pretensiones. Magistralmente realizada. La historia es muy buena: abogados y sus triquiñuelas, opulencia y el origen del dinero: el engaño. Me sorprende que la critica de filmaffinity haya sido, en mi opinión, tan injusta con esta buena película. Es buen cine y ofrece un casting fenomenal, musicalización inmejorable, fotografía pulcra, y un guión redondo. Va desde lo profundo de las relaciones de pareja, hasta lo vil y superficial del ambiente de la abogacía. Es la muestra de todo lo que no debe ser un jurista, de todo lo que son las mujeres trepadoras, del costo del amor (metafórica y realmente).

Tiene un comienzo espectacular que no decae en ningún momento de la película .

Merece verse. Recomendable por ligera, entretenida, sarcástica y divertida.

Coraline, nos cuenta la pesadilla y fantasía que a la vez vive un niño en su día a día. Es un poema con tantas lecturas como se quiera. En el caso personal encontré varias y muy interesantes; una de ellas, por mencionar: tenemos a la Coraline niña, sujeta a la potestad de sus padres, a su atención y cariño, su inmensa imaginación de niño, dispuesta a vivir, (jugar), aunque aterrorizada por el mundo de los adultos, quienes le ofrecen todas las cosas que pueda desear a cambio de su vida; la bondad y condescendencia aparente a cambio de, lo que va descubriendo de a poco: sus valores unipersonales mas elevados, a saber, su voluntad y su libertad, que le permitirán eventualmente emanciparse y tomar sus propias determinaciones, tener una visión propia de la vida. Coraline, película llena de insinuaciones y dobles vistas, nos sugiere tanto la psicología de la paternidad de una forma sutil y muy atinada: su desinterés, aburrimiento, y el aislamiento en que viven los otros niños (los adultos) faltos de ánimo y con el espiritu robado por los otros padres; la propuesta de un niño que descubre no es nueva pero está perfectamente manejada y va un poquito mas allá, en un genero innovador y por si fuera poco en animación. Una vez entrados en esto, los gráficos son magnificos y dulces y de miedo a la vista, son alegres por una parte y ponen la piel en calosfrió por otra. La música es linda, linda. El guión es, para mí, de lo mejor que he visto en materia de animación. La recordaré con mucho cariño y sin duda la recomiendo por su universalidad, sensibilidad e inteligencia.
Divertida, de buen ritmo, linda y muy sensible, Coraline, es una muy buena opción para pasar una noche de terror muy tierna.


NOTA: Me recordó a un cuento mínimo (ni una página) de Jalil Gibran: Las sonámbulas, que relata muy bien la eterna y sangrienta batalla entre la madre y la hija, en sueños (pesadillas), mientras al amanecer se saludan así:
"...-¿Eres tú, tesoro? -dijo la madre amablemente.
-Sí; soy yo, madre querida -respondió la hija con la misma amabilidad."

La película es un derroche de producción, recuerda a Barry Lyndon. El guión es una adaptación magnifica del clásico de Jane Austen, con una notable ambientación y narrativa destacada para una historia así de intrincada.Las actuaciones y el casting son precisos para la psicología de cada personaje. La música es soberbia. Las coreografías son impresionantes y las locaciones increíbles. La fotografía e iluminación dejan un sabor tan fresco, que evocan la literatura británica vívida del siglo XVIII: desfiles de rostros hermosos con mentes lúcidas, en un vestuario extraordinario y situaciones fulgurantes. Hermosa, limpisima, arquitectónica, estética.

Crítica y apóloga pieza sobre el amor, la caducidad humana, el sentido de la vida, el psicoanálisis, la envidia, el sexo, el tiempo, la vejez, la soledad, los sueños, el cambio... en fin, me quedo corto ante un guión multitematico. Es un planteamiento sutil a la vez que complejo de la condición humana. Un filme ambicioso que a primera vista parece pretencioso, pero no lo es. Excitante y peligroso, como asomarse furtivamente a la intimidad ajena. Perversa y muy interesante propuesta crítica del sistema de salud mental. Thomas Zsazs, sostiene que las enfermedades mentales y los diagnósticos psicológicos no son sino meros pretextos para justificar la incomprensión del comportamiento humano; pues esta cinta se aproxima en mucho a esa teoría.

Visualmente, es una caminata que nos lleva de un ambiente gris azulado -que nos recuerda la época azul de Picasso (incertidumbre, tristeza, pasión sombría y dolor)- hasta hacernos deslizar suavemente en una paleta de colores suaves, apenas sugeridos, sensuales. El rostro expresivo, fuerte y deseable de Sandrine Bonnaire, seduce desde el comienzo de la película, mientras la mirada extraviada de Fabrice Luchini es angustiosa, desesperante y lastimosa. Un clavado, sin pretensiones, al inconsciente colectivo en un coctel de personajes perfectos. Un mercado de espejos.

Prosa en cine que aparenta ser poesía, pero no lo es. La música es insistente y la cámara nerviosa. Los símbolos abundan y los secretos difícilmente se asoman. El guión es un enigma. Es una cinta que escucha. La silueta lacaniana aparece en este film francés, tan francés como Lacán. Película extraña que recomiendo ampliamente. También extraño es que no es memorable, salvo en sueños, me imagino...

Nota (o confesión): la opinión que antecede me ha tomado cuatro días hacerla y no he quedado satisfecho.