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España España · Sevilla
Críticas de ferperavi
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Críticas 83
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
1
18 de febrero de 2011
15 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película ya existía, no era necesario hacerla otra vez. Es la misma historia que la original, sólo cambia el lugar en el que transcurre, que ahora es Nuevo México en vez de Suecia, y algunos pequeños detalles con los que se busca una mayor espectacularidad. También el ritmo es más vivo, como no podía ser de otra manera para enganchar al público yanqui, ya que la original sueca es bastante lenta y en eso radica buena parte de su éxito. En definitiva, es una copia, y por tanto no tiene ningún valor. Todo el mérito es del original, que es un producto más que notable. En definitiva, los vampiros suecos nos emocionaron. Los americanos nos causaron somnolencia.
ferperavi
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6
13 de febrero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los chicos están bien es una comedia independiente americana, muy en la línea de pelis como Juno o Pequeña Miss Sunshine, más creíble que la primera y menos divertida que la segunda, pero que quizás pretende ir algo más allá que estas dos y roza incluso la provocación hacia los más conservadores colocando en el centro del argumento a una pareja de lesbianas y sus dos hijos. Éstos se empeñan en conocer a su 'padre' y a partir de ahí la situación se enreda tanto que hace tambalear la estabilidad de esa atípica familia feliz.

La película es una defensa del matrimonio homosexual, que puede ser tan apasionante o tan caótico como el heterosexual. Es decir, aquí hay una pareja con sus amores, sus buenos momentos, sus crisis y sus peleas. Da igual que el matrimonio esté formado por dos mujeres de mediana edad que por un hombre y una mujer.

Los niños no están locos ni presentan taras ni están acomplejados por tener dos madres. Ni nadie los putea tampoco en el colegio ni en el instituto. Son casi tan maduros como sus madres y sus problemas son los de cualquier adolescente de su edad.

Por todo ello, y por un buen guión con sus buenos diálogos, Los chicos están bien supone un soplo de frescura. Es una peli divertida, amena, que por momentos puede resultar dramática. Es indie, sí, pero sigue siendo americana, por lo que contiene algunos trazos comunes con el cine comercial, sobre todo en determinadas situaciones amorosas y estudiantiles.

Eso sí, como dice Boyero en su crítica de El País, da gusto ver a dos estrellas al servicio de una historia, es decir, mostrando sus arrugas, sin maquillaje, repletas de naturalidad. Tampoco está mal Ruffalo, el donante de semen, un tipo atractivo para las lesbianas que hace temblar los cimientos de la familia.
ferperavi
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7
8 de febrero de 2011
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aronofsky retrata ejemplarmente en esta película la obsesión enfermiza que padece una bailarina encargada de interpretar el personaje principal en el Lago de los Cisnes. Ella, Nina (Natalie Portman), es tan insegura como autodestructiva, vive sometida por una madre sobreprotectora y acosada por un director teatral que le exige más allá de lo que puede dar (en todos los sentidos, absolutamente todos). En sus compañeras ve rivales que pretenden quitarle el papel.

Todo esto lo narra el director con unos planos bellísimos de los ensayos del ballet, con la música y la coreografía ocupando un papel principal, pero también recalcando el carácter autodestructivo de la joven Portman. La película nace de un argumento muy simple y se va adentrando cada vez en las profundidades del personaje de Nina, hasta el punto que el cisne negro que hay dentro de ella se va adueñando cada vez más del cisne blanco que aparentemente es. Con un punto de partida tan sencillo, es increíble la habilidad del maestro Aronofsky para emprender un profundo y prolongado descenso a los infiernos de la personalidad humana.

Si Portman no gana el Oscar a mejor actriz hay que impugnar la gala entera. Tiene buenas competidoras, como la adolescente de Winter's Bone, pero es que no hay comparación posible. Natalie está bellísima, pasa de sensual, inocente, jovial y risueña a dañina, malvada, perversa, enfermiza, trastornada.... Está enorme, sostiene la película con ayuda de una galería de impecables secundarios como el déspota director, su madre, su rival y hasta la bailarina a la que ella arrebató el papel, Winona Ryder, que aparece menos de tres minutos en escena, un tiempo más que suficiente para contar cómo de machacada se siente una reina destronada.

Se compara esta película con la anterior del mismo director, El luchador. A mí me parece que se asemeja más a La pianista, de Haneke, con toda esa carga de terror psicológico, enfermedad y automutilación que tenía aquella.

Hasta aquí todo lo bueno. Tras la tremenda puesta en escena, la película se viene abajo cuando el director recurre al surrealismo para enfatizar el trastorno de su protagonista. Lo hace bien entrada la historia, pero abusa de ese recurso. Tanto que hay escenas que no me creo, aunque su carga dramática sea brutal, lo que conduce al absurdo. Pese a ello, termina uno la película casi agotado, tenso por lo que acaba de ver.
ferperavi
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6
4 de febrero de 2011
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si no supiera que es real, yo jamás me habría creído esta historia. 127 horas es, ante todo, un canto a la vida, a las ganas de vivir de un tipo que queda atrapado en una roca y que hace todo lo posible, absolutamente todo, por seguir vivo. Y es en este mensaje, que se refuerza continuamente con la música, la planificación y el montaje, donde radica la fuerza de la película.

Bueno, ahí, y en el papelón de James Franco, claro, que sostiene la película sin sobreactuar y manteniendo siempre un nivel altísimo. El tipo está realmente bien y protagoniza una de las escenas más sobrecogedoras que se han podido ver en el cine en los últimos años.

Franco está muy por encima del director, que sí que sobredirige. Danny Boyle quiere ser fiel a su estilo y quiere contar la historia de un montañero atrapado de la misma forma que lo hizo con los yonquis, los astronautas y los indios que ganan el 50x15. Muy bien, pero es que aquí se pasa de flashbacks, forwards, alucinaciones y pajas mentales. Mira que la película es corta, pues a mí me llegó a cansar con toda la ornamentación que le mete.

Como todas las pelis de este gran director, 127 horas también tiene un ritmo frenético y concede muchísima importancia a la música. El problema es que quizás para contar la historia de un tío que se pasa 127 horas con el brazo atrapado en una roca a lo mejor sobraba ritmo y era necesario hacer algo un poquito más lento, algo más reflexivo.

Pero Boyle no da tiempo al espectador a que se mimetice con el protagonista. Venga a meterle flashbacks, y forwards, y planos absurdos como el agua cayendo cada vez que bebe y todas esas cosas que se pusieron de moda tras Requiem por un sueño. Y al espectador apenas le da tiempo a darse cuenta de que el protagonista tiene sed, o está hambriento, o está desesperado. Boyle quiere lucirse a costa de Franco, pero no lo consigue.

Y no sé si es que la música no está bien elegida o no bien insertada o simplemente no pega. El asunto es que le quita continuamente dramatismo a la historia y no hay ni un solo instante de silencio en el que uno pueda darse cuenta de la que tiene encima el pobre Franco.

A pesar de todo, es una película que tiene escenas preciosas, planos maravillosos y que cuenta una historia que merece ser contada. Y también vista.
ferperavi
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8
31 de enero de 2011
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesantísima muestra de cine independiente americano la que nos brindan la directora y, sobre todo, la protagonista de Winter's Bone. Ante un paisaje desolador, y frente a unos personajes al límite y un tanto siniestros, una joven de 17 años tiene que luchar por proteger a su madre enferma y a sus dos hermanos menores. Para ello tiene que encontrar a su padre, no porque sienta especial amor hacia él, sino porque para salir de la cárcel éste dejó como fianza la casa de la familia y la amenaza de desahucio es inminente.

Jennifer Lawrence es la nueva estrella del cine americano. La chica se come la película, asume todo el protagonismo y se lanza a la búsqueda del padre con una valentía impropia de una adolescente. "Soy una Dolly", dice. Y de su apellido hace su lema para sobrevivir. Todo está al servicio de la historia, bastante simple pero no por ello menos dramática. Y quizás ahí radique su fuerza. Ahí, y en su honestidad, en su profundidad, en su estudio psicológico, en el drama de una chica que no se derrumba y no conoce el significado de la palabrar llorar, en la evolución de algunos personajes...

El único inconveniente quizás sea su ritmo tan extremadamente lento, que a veces hace que algunas escenas lleguen a ser un pelín largas e incluso con un punto de tedio.
ferperavi
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