No me extraña que muchos gamers, y sobre todo empresas de desarrollo de videojuegos, se hayan planteado infinitas veces la posibilidad de convertir la experiencia del videojuego en una realidad aumetada, con todo lo que conlleva.

Brooker nos daba pistas advirtiéndonos que esta temporada conectaría elementos del universo Black Mirror de una forma bastante evidente, y aquí hay conexiones claras con capítulos como Playtesting o White Christmas, donde la realidad aumentada y la duplicación de la conciencia, respectivamente, toman protagonismo. El videojuego en sí tendría una tecnología parecida a la 'cookie' de mencionado capítulo especial.

Creo que la intención de este episodio es mostrar el lado rídiculo y también el aspecto terrorífico, por el hecho de que nuestra conciencia clonada se sienta eternamente atrapada en un mundo en el que no ha elegido estar y ni existir (que por un lado podría tratarse de una alegoría existencialista sobre la naturaleza de nuestra libertad y el determinismo del mundo), y que está configurado por los caprichos y las frustraciones de un ser antisocial con una mente privilegiada para la programación, cuyo complejo de dios le anima a encerrar a aquellas conciencias de las personas de su entorno que en algún momento le han hecho (aunque sea una nimiedad) sentir mal, para así sentirse de alguna forma como un invencible (asshole god).

Sin duda alguna, aquí se podría plantear un dilema ético, en relación a la percepción de la vida: la posibilidad de una inmortalidad de la conciencia, pero en un mundo completamente virtual, con réplicas de sentimientos y sensaciones... Situándome en una posición vitalista, en relación a la moral, diría que tus problemas y preocupaciones, tus frustraciones y pormenores, son para afrontarlos y aprender de ellos, porque en un mundo virtual no experimentas las verdaderas consecuencias de los actos, y al fin y al cabo eso es lo que nos hace más humanos.

Arkangel se preveía ser exactamente así: una historia sensacionalista con mucha actualidad, que trata de analizar la sociedad del control, que exacerba la ansiedad y la preocupación en los progenitores, por culpa precisamente de un ¿abuso? de las nuevas tecnologías en cuanto a la información que tienen de sus propios hijos. Aquí, asusta el hecho de que esa información es recabada en directo, y la psicosis a la que llega la madre se vuelve irritante.

Creo que la dirección pide un poco más. La idea y la historia están bien planteadas, pero en la ejecución algo falla, y me refiero al ritmo que se imprime en la historia, que por momento está como trabado, y el tercer acto es como abrupto y precipitado.

Creo que estamos ante el capítulo de contenido más polémico, pero por otro lado de argumento más previsible. Hasta ahora, el más flojito que he visto de Black Mirror, aunque eso no quiera decir que sea malo (ni por asomo). De ahí, mi 6, que Filmaffinity lo traduce a un 'Interesante'.

Estas películas que encierran historias tan crudas y realistas me encantan. Hay quien no le gusta que se exalte el narcotráfico o la delincuencia en general, pero es necesario hacer un retrato fidedigno de personajes que marcaron una época, como estos tres: Azie "AZ" Faison, Rich Porter and Alpo Martinez, tres de los mayores narcotraficantes de la historia de Harlem.

Es remarcable el montaje, que le imprime mucho ritmo a la historia.

Quizá te pueda parecer poco creíble, pero cuando la hayas visto y te documentes sobre la historia real, verás que esta supera a la ficción y te impresionará que este filme esté tan infravalorado.

Una historia de sueños y realidades, de utopías y desdichas, que consiguen atraparte en un nuevo universo donde todo pensamiento, todo impulso lleva a los personajes a experimentar cosas que antes de tomar esas decisiones eran impensables.

En la Italia de finales de los años 60 del siglo pasado, dos hermanos disfrutan de las mismos gustos, los mismos libros, películas... Se forjan su propio futuro mientras el mundo sigue girando, con vistas incluso a mejorarlo. Pero un día sus caminos se cruzarán con el de una chica con un autismo severo llamada Giorgia, que cautivará a ambos y les animará a intentar cambiar su destino.

La serie es una guerra entre pensamiento, proyección y destino, que hace que los enlaces y la relación entre los personajes sea algo palpable, durante toda la serie tienes la sensación de que esto podría haber pasado; la crudeza y, a la vez, la sencillez con la que se trata choca contra el idealismo y el romanticismo de otras series que no consiguen ese grado de introspección. Todo buen cinéfilo experimentará un apego bastante fuerte hacia, como mínimo, algunos de los personajes que aparecen en este genial filme.

La evolución de los personajes es palpable y el grado de identificación con alguno de ellos es muy probable. Reflexionarás. Sufrirás. Llorarás. Reirás. A fin de cuentas, considero este filme de visionado obligatorio.

8/10

Pocas series han conseguido plasmar de una forma tan precisa la red del narcotráfico, desde que va a las calles hasta que llena los bolsillos de algún que otro político o empresario corrupto. Muy pocas han conseguido hacer esto humanizando a los personajes, presentándolos como antihéroes, atrapados en un universo cuyas leyes no les permiten hacer otra cosa, más que jugadores.

The Wire se centra en un principio en las tramas policiales (asesinatos, amenazas, tratos, confidencias, chivatazos...), pero inmediatamente sabes que no solo vas a conocer cómo Bunk o McNulty resuelven tal caso, no. Se trata de presentar al espectador esa resignación, esa lucha constante contra uno mismo, que se proyecta en los conflictos con el entorno.

La ciudad con mayor tasa de homicidios anuales en EE. UU es Baltimore, escenario de la serie, una ciudad que nunca duerme y en la que siempre ocurren desgracias. La droga y la corrupción han terminado de sacudir la poca prosperidad que pudiera haber. Las reglas del juego han cambiado, y los códigos de los jugadores ya no se respetan. Se mata a veces solo porque se puede matar. Se miente solo porque se puede mentir. Se gana porque se puede ganar. El humanismo y la solidaridad no están muy activos en esta serie; no obstante, muchos de los personajes que aparecen en ella parecen anhelar esos valores.