Ante todo he de decir que para ver esta película hay que estar previamente preparado, hay que saber, sobre todo, apreciar los detalles extraños y no fijarse sólo en lo superficial.

Cuando vi la película tenía algo de idea de la trama y principalmente tenía curiosidad por saber como apenas 90 minutos de imágenes eran capaces de hacer que unas personas la amaran a muerte y otras la odiaran con todas sus fuerzas.

No me dejó indiferente, pero aunque he de reconocer que no es la mejor película de la historia, ni Lynch el mejor director, hay que admitir y elogiar su gran originalidad y el haber tenido valor para rodarla, y la paciencia necesaria para esperar que viera la luz.

Ante todo, es una película de culto y que si ves nunca olvidarás, te guste más o te guste menos.

Creo que nunca me había emocionado de verdad con una película. Muchos dramas me habían gustado, pero ninguno me llegó tanto como ayer lo hizo GRAN TORINO.

Fui a verla porque la mayoría de las personas que habían ido al cine me la recomendaron y además porque estaba dirigida y protagonizada por el gran Clint Eastwood.

Durante los primeros minutos, me pareció una película buena, pero sólo eso, una buena más. Según van pasando las escenas (llenas de mucha ironía), te das cuenta de que no es una película cualquiera.

Es una historia muy cruda, original, y lo más importante de todo, REAL. Una historia que conmueve, te muestra una ciudad actual, llena de diferentes culturas que se enfrentan entre ellas. El protagonista se sitúa en medio, y pese a su aspecto inicial de tipo duro y gruñón, vemos su lado humano.

Lo único "malo" es que posiblemente será su despedida como actor, y se le va a echar mucho de menos, aunque hay que reconocer que se marcha por la puerta grande y en paz consigo mismo.

Grande, muy grande. Sin palabras.




"Lo que más atormenta a un hombre es lo que no le ordenan hacer"

(CLINT EASTWOOD)

Película muy lenta para algunos, pero realmente especial para otros. Sólo hay que sentarse, agudizar los sentidos y dejarse llevar. Si haces todo eso disfrutarás de una curiosa visión de la vida de un ser humano que se consideraba totalmente acabado, y te darás cuenta de la cantidad de puntos de vista que puede haber de una misma situación.

En la película, hay una canción, que es mucho más que eso, son casi 5 minutos de música y letra casi imperceptible, capaces de enamorar a cualquier ser humano.

"Death to birth", Michael Pitt.

Inolvidable.

Esta es una película mítica, una de esas que no puedes dejar de ver antes de morir. Tiene la seña del director en cada minuto, en cada escena, y ha dejado un vocabulario y un vestuario para la historia.

Personalmente creo que trata un tema muy interesante, el de la reinserción social de los presos, y vemos también lo corrupto que está el mundo, sobre todo políticamente hablando.

Lo único que criticaría, es la excesiva violencia de algunas escenas, aunque posiblemente fuera necesaria para impactar a la gente y que así llegara claramente el mensaje.

¿Cómo hacer una crítica de esta BIZARRÍSIMA obra que contiene lo más repulsivo, desagradable y perturbador de todo el cine medianamente comercial? Y es que John Waters es un genio capaz de parir una película sobre Divine, la persona más inmunda del mundo, y que ésta sea considerada de culto y siga sin superarse en cuanto a depravación y estética chabacana 40 años después.

Pink Flamingos se rodó bajo los efectos de la marihuana - se nota- y mayoritariamente con amigos del director, los cuales formaron parte del grupo de actores y modelos Dreamlanders, y terminaron participando en casi todas las películas de los primeros años de Waters. La trama gira en torno a la lucha entre Divine y su familia y el matrimonio Marble para ver quién es la criatura más inmunda y sucia del mundo. El director no se corta un pelo, y así podemos ver: coprofagia real, sexo con pollos de por medio, venta de bebés, canibalismo, etc. Lo mejor es que en ningún momento podemos hablar de tono moralista, simplemente del gusto por el mal gusto gracias al buen ojo de Waters para dibujar un lienzo siniestro y zafio imprescindible para todos aquellos a los que nos atrae lo grotesco.

Si buscáis una historia seria o una crítica social con buenos argumentos, olvidaos. Sin embargo, si queréis zambulliros en el lado más contracultural y maloliente de Estados Unidos, amaréis a Divine por encima de todas las cosas.