Curiosa, cuanto menos, mezcla de géneros representados por ambas películas y muy acertado el título de la película resultante.
"It's a wonderful knife" recoge la trama principal y los mas evidentes elementos característicos de cada una de las dos películas anteriores (que sería del mundo si el protagonista no hubiera nacido ("It's a wonderful life" 1946) y el típico slasher con enmascarado dando matarile a medio pueblo ("Scream" 1996)) y las funde en una película que se nota trata de mantener el equilibrio entre ambas pero cuyo resultado, sin ser denostable, podría haber sido bastante mejor. Aunque solo sea por el original intento de semejante fusión, ya se merece un aprobado.
Y ahora que las plataformas se llenan de películas navideñas a cual más gazmoña (esas sí que son películas de terror), ésta que nos ocupa resulta un soplo de aire fresco para disfrutar en estas fechas.
Recomendable.

La sexta entrega de la saga Scream, como bien nos lo dice la sobrina de Randy Meeks (que como personaje, no llega ni a la suela de los zapatos del que fué su tio) no es una secuela, ni una precuela, ni una recuela, ni un remake, ni reboot, ni spin-off sino una franquicia y como tal ya no hay reglas como en las anteriores, ahora todos los personajes son sacrificables, incluso los principales.

Cumpliendo por tanto esa máxima de las franquicias, el personaje principal de la saga, Sidney Prescott - Neve Campbell, es sacrificado aunque mas por motivos económicos que de guión. Por lo demás, Scream VI consigue lo que pocas sextas partes han conseguido en una franquicia que daba signos de agotamiento: entretener y mucho sin tener que innovar porque situar la acción fuera de Woodsboro tampoco lo es, ya que ésto sucedió en la segunda entrega.

Más puñaladas que nunca antes, un Ghostface más desatado, ataques en público y sin miramientos, humor y mucha, mucha diversión.

Si nunca segundas partes fueron buenas, salvo raras excepciones, esta sexta parte sí que lo es.