La sensación que te invade a lo largo de la película con un personaje entrañable como Odette es de positivismo; es una película positiva de esas que te hace salir del cine con ganas de ser feliz y hacer que tus días estén llenos de sonrisas.

Esta película nos muestra que la felicidad residen en la sencillez de vivir la vida, no es necesario una vida de lujos, de grandes aspiraciones culturales para llegar a la Luna y posarte sobre su regazo.

Es una película bonita, agradable, sin grandes pretensiones metafísicas, simplemente con un mensaje positivo para vivir la vida sabiendo ser felices.

Me gusta la función que Schmitt le otorga a la literatura como elemento enriquecedor no sólo del intelectualismo sino también del alma. Y me gusta muy muy mucho la relación de Odette con sus hijos.

En definitiva, es una película recomendable para pasar un rato agradable que logrará hacerte sonreir y tener un poco más de ganas de vivir.

Esperaba con ansias ver esta película de Gondry y el resultado ha sido positivo aunque un poco decepcionante.

Me explico: La historia es fantástica, es una demostración a corazón abierto del amor al cine y a las relaciones humanas. La película está bañada en ternura y buenas intenciones; sin embargo hacia la mitad del film resulta un poco pesada por la cantidad de interpretaciones satíricas de algunas películas taquilleras de la historia del cine.

La película deja con buen sabor de boca al espectador sin llegar a entusiasmarle en demasía.

Al tratarse de Gondry, las expectativas generadas eran mayores de las que ha aportado con esta película, pero no deja de ser una película original y bonita.

La película de Beresford es una película tierna, agradable y con sentimiento. Lo que nos plantea el director es el tema de la vejez, de hacernos mayores y necesitar que nos cuiden, que nos quieran y no sentirse solo. Miss Daisy es una mujer inglesa, que tiene mucho dinero pero conseguido gracias al trabajo y al respeto. Tiene unas fuertes convicciones sobre la sociedad, el dinero y las apariencias. Es una mujer de trato dificil pero a medida que transcurre la película entiendes que la amargura es un escudo.

Al conocer a Morgan Freeman, su chófer, nace entre ellos una relación de cariño y compañía mutua. El papel de él es magnífico: positivo, risueño, amable, respetuoso. Un personaje entrañable que se colará en el corazón de todos los que le ven y le escuchan.

Muy bonita.

Una obra excelente en la que Juan Diego Botto se eleva como uno de los actores más emotivos del panorama español.

La relación entre el padre y su hija es inmejorable. El extremo al que llega el padre para que su hija pueda vivir sin tanto dolor es de una originalidad y recurrencia exquisíta.


Y, sobretodo, me gustó mucho la modernidad que introduce Mañas en la obra al romper con los roles sexuales inscribiéndose, puede que sin intención, en el movimiento queer que defiende que el género no existe sino que es sólo un producto social.

Una historia dulce, tierna, con unos excelentes actores.
Un canto a la vida, a la felicidad.

Un poema hecho en película.

Increíble.