Que ya no recuerde haber visto esta película ya dice algo sobre ella. De mi también, pero esta página es para criticar películas, no hipotálamos. Sí recuerdo que mientras la veía me gustó. El centro de la obra transcurre en una cena de amigos adinerados y los diálogos y las características que van apareciendo de los personajes tienen algo seductor que te mantiene ahí. De la misma manera las actuaciones de Hayek y Lithgow van condimentando muy bien una bomba de tiempo que nos va interrogando (si tenemos ganas) ni más ni menos que sobre el racismo, el machismo y la construcción de las clases sociales. Por más que esta premisa sea muy tentadora, la intención de la película no va más allá de mostrar esto y quedarse quieta. De todas maneras la recomiendo.

Estos dos aspectos son los que atraviesan y construyen esta película con planteamientos que nos permiten tomar posiciones sobre temas que, en primera instancia creemos estar seguros, pero tras una mirada y las maravillosas vueltas de la vida, podemos rápidamente encontrarnos en la vereda de enfrente. Doubles Vies comienza tímida, pero a medida que se va desarrollando empezamos a ver cómo está entretejida la trama literaria (papel vs pantalla) y la trama romántica (fidelidad vs amor libre). Como si de repente leer libros en teléfonos fuera una infidelidad o acaso mantener una pareja monogámica fuera la pretención de que los libros fueron, son y serán el mejor formato para la lectura. Es interesante. La recomiendo.

La empecé a ver sin expectativas. Y las actuaciones, la presentación de los personajes, la ambientación y la paleta de colores me impresionó maravillosamente. Es una delicia seguir cada una de las decisiones de las protagonistas y dejarse sorprender por el camino que trazan en una película en la que el final no es adivinable ni soprendente. Porque justamente esa es una de las maravillas de este film, sabemos que el final no es tan importante porque lo que nos mantiene viéndola es el despliegue cinematográfico de un drama post guerra construido con una sensibilidad tan intensa como maravillosa.

Pongámoslo así:

Puntos a favor: imágenes increíbles, fotografía hipercuidada, opresiva y deliciosa, actuaciones potentes y con la intensidad que la película requiere, historia interesante.

Puntos en contra: redunda en demasía sobre la relación entre el protagonista y el "monstruo" pero sin aportar demasiado, a veces resulta cansador.

En resumen: por supuesto que la vería de vuelta, porque la fotografía y el manejo de planos, paleta de colores, etc es muy pero muy poderosa (a mi gusto, claro está) y la actuación de Sean Harris es poderosísima.

O sea, dos de los temas culturalmente más "delicados" para occidente. El tratamiento de estos temas es exquisitamente frontal en la película, no porque el director decida tomar parte, sino porque los protagonistas ya lo hacen desde el inicio del film, en una discusión familiar que es una de las mejores escenas por lejos. La violencia de las estructuras culturales está presente toda la película, sea porque aparece explícitamente en la escena o porque el espectador carga con ella siempre a punto de vomitarla contra la pantalla, en un grito de ayuda y compasión o en un insulto de odio moralísimo. A mi criterio el final resulta un tanto simplón, aunque la persona que queda fuera de la foto... La recomiendo con ganas.